La Audiencia Provincial de Cuenca acoge este miércoles el juicio contra T.M.C., un profesor de religión acusado de un delito continuado de agresión sexual a una menor de edad durante el año 2016.
El Ministerio Fiscal solicita una condena de 12 años de prisión, junto con medidas adicionales de protección y reparación para la víctima, A., que sufrió graves secuelas psicológicas a raíz de los hechos.
Según el escrito de la Fiscalía, T.M.C. aprovechó su posición como profesor en un instituto de secundaria y su rol en actividades parroquiales para establecer una relación de confianza con la víctima y su familia.
En 2016, el acusado inició contactos frecuentes con A. a través de mensajes de WhatsApp con contenido inapropiado y de índole sexual, que generaron incomodidad en la menor.
El primer incidente ocurrió el 14 de mayo de ese año en los salones parroquiales, donde, bajo el pretexto de preparar una vigilia, el acusado citó a la menor y presuntamente la abordó y realizó tocamientos sexuales, obligando la menor a masturbarle sin que ella opusiera oposición a dichos actos, dado el importante ascendente que T.M.C. ejercía sobre ella.
Otro incidente que relata el escrito se habría producido el 21 de junio de ese mismo año, cuando T.M.C., tras citar a la menor en su despacho, la instó a mantener contacto sexual y, ante las negativas de la menor, el acusado cerró la puerta con llave y se abalanzó contra ella sometiéndola a otra agresión sexual, valiéndose del aislamiento del lugar y la vulnerabilidad de la víctima, a la que obligó a participar en actos de la misma índole.
A., ante la situación de presión emocional y anulación de opciones de defensa por el entorno ambiental, no pudo sino someterse a T.M.C.
Según el informe, en total se produjeron al menos cinco episodios similares entre mayo y noviembre de 2016, en diferentes localizaciones, incluyendo un solar de propiedad del acusado.
Durante este tiempo, T.M.C. habría empleado frases manipuladoras como “no te doy un beso para que no te enamores”; “una vez que se abre el melón hay que acabarlo”,;“ Yo no puedo hacer esto” , generando con ello una fuerte sensación de culpa hacia la menor.
A raíz de los hechos, A. desarrolló un cuadro de ansiedad y depresión, además de sufrir pesadillas recurrentes.
En 2021, seguía recibiendo tratamiento psicológico y psiquiátrico debido al impacto de los abusos, según se desprende de los informes presentados por la Fiscalía.
Por todo ello, el Ministerio Fiscal solicita para el acusado 12 años de prisión; prohibición de acercarse a menos de 200 metros de la víctima durante 14 años; inhabilitación especial para trabajar con menores por 20 años; libertad vigilada durante 10 años tras el cumplimiento de la condena, y una indemnización de 100.000 euros para la víctima, de la que responderán subsidiariamente la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y el Obispado de Cuenca.
También se ha solicitado el embargo preventivo de bienes del acusado para garantizar el cumplimiento de las responsabilidades civiles.
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