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Las personas con discapacidad auditiva reclaman plena inclusión en la sociedad

Desde ASPAS señalan que la pandemia ha incrementado las dificultades de comunicación del colectivo y piden que no se levanten más barreras
Las personas con discapacidad auditiva reclaman plena inclusión en la sociedad
26/09/2020 - Paula Montero

La mayoría de los sordos profundos no ha escuchado nunca la voz de su padre, ni la música, ni si quiera saben cómo suena la lluvia o el agua de un río. Pero afortunadamente, gracias a la detección e intervención temprana de la sordera, se puede atajar a tiempo e incluso recuperar parte de la audición con ayuda y tratamiento de médicos otorrinos y logopedas.

Esta es la labor que llevan a cabo desde la Asociación de Padres y Amigos del Sordo de la provincia de Cuenca (ASPAS) desde su fundación en el año 2008. Entre sus prestaciones se encuentra el servicio de atención temprana bajo convenio con la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y servicio de atención y asesoramiento a las familias que cada año se suman a este grupo.

Una entidad que lucha a diario por reivindicar y reafirmar los Derechos Humanos de las personas con discapacidad auditiva y más durante la Semana Internacional de las Personas Sordas que este año se celebra del 21 al 27 de septiembre. Además, el 26 de septiembre, Día Internacional de las personas sordas, es una jornada que sirve al colectivo para luchar por la diversidad y la unidad asociativa de la comunidad sorda que necesita que las sociedad les contemple.

Una edición marcada por la pandemia de la Covid-19 que ha impedido realizar actividades especiales o la lectura de un manifiesto como es habitual desde hace varios años en ASPAS Cuenca.

Este atípico 2020 estará marcado para siempre por el coronavirus, la enfermedad que ha trastocado la vida de todos y todas y que también cambió los planes de la Asociación puesto que las clases de logopedia tuvieron que adaptarse al formato online por la cuarentena que impedía la realización de las mismas en la sede.

No hay que crear nuevas barreras, hay que eliminar las que ya existen y luchar por la plena inclusión e igualdad de las personas sordas en la sociedad

Sin embargo, la cuarentena no fue capaz de frenar las ganas de trabajar de los más de 60 usuarios de la Asociación y de las cuatro profesionales que se encargan de favorecer su desarrollo auditivo y, aunque con algunas dificultades, no han dejado de ofrecer apoyo y ejercicios vocales a través de la pantallas de tablets y ordenadores.

Sin embargo, en el mes de septiembre, han recuperado la normalidad y la mayoría de los asociados han vuelto a recibir la formación y clases de manera presencial. “Fue complicado al principio porque los chicos y chicas tuvieron que adaptarse, los ejercicios de logopedia pierden mucho a través de la pantalla pero nuestras profesionales han hecho todo lo posible por continuar”, recalca María José Mondejar, presidenta de ASPAS Cuenca.

Además, está claro que con la llegada del coronavirus las mascarillas se han posicionado como un elemento imprescindible para la vida, un accesorio que para las personas con discapacidad auditiva son una nueva barrera a superar ya que impiden y dificultan la comunicación. “No hay que crear nuevas barreras, hay que eliminar las que ya existen y luchar por la plena inclusión e igualdad de las personas sordas en la sociedad”.

Las personas con discapacidad auditiva reclaman plena inclusión en la sociedad

En este sentido, las desigualdades del colectivo se han visto incrementadas con la generalización de los servicios de atención teléfonica que imposibilitan el acceso a información o la cobertura de necesidades básicas ya que no pueden comunicarse a no ser que dispongan de un intérprete. Además, el acceso a la educación equitativa, inclusiva y de calidad no está garantizada al completo con la modalidad online ya que los estudiantes sordos se encuentran en desventaja respecto al resto de alumnos y alumnas. “En todos los edificios públicos se piensa en la accesibilidad y adaptación para personas con silla de ruedas o ciegos, pero nadie se fija en poner luminosos en lugar de señales sonoras para las personas sordas”, explica Mondejar.

Por tanto, hay que tener en cuenta que ayudar a una persona con discapacidad auditiva también depende del resto de la sociedad que debe impulsar una reconversión de los servicios para favorecer su plena inclusión. “No son ciudadanos de segunda, tienen los mismos derechos que el resto y, por ejemplo, con tan solo subtitular un vídeo se consigue su plena inclusión en muchas ocasiones”, destaca.

En cuanto a la obligación de usar mascarilla por el coronavirus, trabajan para conseguir la homolagación completa de las que son beneficiosas para las personas sordas, puesto que el filtro transparente ha pasado los exámenes y la tela y sujeción también, pero en conjunto no garantiza la completa protección. “Si de normal a una persona que escucha perfectamente hay veces que nos cuesta comprender lo que dice otra persona con la mascarilla puesta para una persona sorda es un impedimento enorme. No puede apoyarse en la lectura de labios y tampoco puede ver los gestos y expresiones que tan importantes son para ellos”.

Todos los edificios deben contar con un equipo de sonido FM para que la persona sorda pueda escuchar los mensajes sonoros

Por ende, reclaman que todos los edificios públicos, espectáculos y actos en general cuenten con un equipo de FM o un búcle magnético para que el portador del audífono pueda escuchar cualquier mensaje sonoro. “En ASPAS Cuenca tenemos a disposición de quien lo necesite un dispositivo de sonido FM para que, por ejemplo, se utilice en reuniones, entregas de premios o actos a los que vaya asistir una persona sorda”, recalca Mondejar.

Con todo, desde la Asociación de Padres y Amigos del Sordo de la Provincia de Cuenca sueñan con un mundo perfecto e ideal en el que la discapacidad auditiva fuera normal y no tuvieran que luchar por conseguir la igualdad a diario. Hasta entonces continuarán luchando para que los más de 60 usuarios y las más de 85 familias aderidas alcancen la felicidad sin importar su discapacidad.