
Es una persona muy familiar, de las que comenta todo con sus allegados, no porque no tenga poder de decisión, sino porque le gusta saber la opinión de los suyos en todos los aspectos de su vida. Y como no podía ser de otra forma, cuando le designaron cartelista de la Semana Santa de Cuenca 2025 no dudó en contar con ellos y ellas. Esta vez para algo más que consultarles. Y es que, Luis Moya, optó por contar con ellos para reflejar el poder de la unión alrededor del Jesús de las Seis con las manos de siete personas imporantes para él. “Siempre había tenido en mente esa foto, pero nunca había podido hacerla”, recuerda.
Habló con la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno y el 4 de octubre pudo por fin hacer la foto en El Salvador. “Preparamos el set con el fondo, los focos, el ordenador para ver el resultado… pero tapamos todo para que no se viera nada de lo que estábamos haciendo y el cartel fuese totalmente sorpresa”, cuenta. Sin embargo, una vez terminó la sesión y llegó a casa se dio cuenta de que el resultado no era el esperado por lo que el día 7 de octubre volvió al templo para repetirlo. No había margen para fallar de nuevo y finalmente todo salió bien. “Tuve 20 minutos, pero hice fotos desde muchas perspectivas porque quería que la imagen quedara compensada”, explica.

A pesar de los nervios del momento, Moya asegura que esos dos días quedarán para siempre en su memoria y en la de su familia. “Tener la capilla cerrada para nosotros, a oscuras y ver tan de cerca a Jesús fue maravilloso para todos”, cuenta.
Sin embargo, más allá de representar la importancia de la unión familiar, Moya quiere con este cartel hacer un llamamiento a la comunidad nazarena para que el foco de la Semana Santa vuelva a ponerse en la religión y no en la tradición. Al mismo tiempo, hace un llamamiento a la sociedad conquense para que esté unida a todos los niveles porque “la ciudad necesita de esa unión en la política, en las empresas...”. “Debemos ir todos a una”, reitera.
Ahora, con el trabajo hecho y habiendo recibido una avalancha de felicitaciones por el cartel, a Luis Moya solo le queda disfrutar de la Semana Santa de Cuenca 2025, esa que va a vivir muy de cerca como hermano de ocho cofradías, y que capturará, como no podía ser de otra forma, a través de su cámara. Siempre rodeado de aquellos que más quiere. Ojalá la meteorología le deje plasmar en el diario que está escribiendo desde que le nombraron cartelista las vivencias, sentimientos y emociones de una Semana Santa que, esperemos, sea histórica por buenos motivos. “Si Dios quiere y no llueve, va a ser muy bonito para mí”, concluye