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Día Internacional de la Mujer

Pequeñas historias, grandes mujeres

Cruz Roja Cuenca celebra en El Mirador una Biblioteca Humana para hablar de tres experiencias profesionales en femenino
Pequeñas historias, grandes mujeres
Teresa Arévalo, Luz María Zamorano y Blanca Pinedo Rodríguez. // Foto: Saúl García
06/03/2020 - Dolo Cambronero

La historia la van escribiendo las personas anónimas. Como las vecinas, madres, compañeras, abuelas e hijas que en su día a día hacen pequeñas cosas que no se visibilizan pero que sostienen nuestra sociedad. Precisamente con el objetivo de rendir un homenaje a estas mujeres cotidianas, Cruz Roja celebra este viernes 6 de marzo, en el centro comercial El Mirador, una novedosa actividad bajo el nombre de Biblioteca Humana, que pretende acercar a la ciudadanía las experiencias vividas por tres féminas conquenses de diferentes ámbitos.

La acción se enmarca dentro de la batería de actividades programadas por Cruz Roja Cuenca para conmemorar el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, que incluyen en la capital una exposición, un reconocimiento a doce féminas y un taller sobre sexualidad, además de otras iniciativas en Las Valeras, Iniesta, Buendía y La Parrilla. Bajo el lema #Incuestionables, la entidad quiere destacar la labor cotidiana que realizan las mujeres.

“La Biblioteca Humana es una actividad muy interesante. Estamos ilusionados porque siempre nos vamos a grandes mujeres de la historia y nos olvidamos de las que están al lado, las vecinas, las madres, las compañeras...”, señala Ana Belén López Miota, voluntaria de Cruz Roja Juventud, quien pone como ejemplo “de superación” a Luz María Zamorano Andrés, una de las participantes en esta acción, por desempeñar su oficio en “un mundo de hombres”.

Y es que Luz María Zamorano, de 36 años, es ahora cortadora profesional de jamón. Antes se había dedicado durante 17 años al sector de la hostelería, trabajando como camarera en diferentes establecimientos de Cuenca.

Pero llegó un día, hace ahora cuatro años, en que se dio cuenta de que había llegado el momento de dar un salto y “avanzar”. “Siempre me había atraído el mundo del jamón y decidí especializarme para buscarme la vida en este mundo”, relata, explicando que cuando ella empezó no se veía mucho en Castilla-La Mancha esta actividad, que era más habitual en Andalucía.

POCAS MUJERES EN EL SECTOR

“Ahora estaremos unas cinco o seis mujeres en toda España”, calcula. “Me ha costado sobre todo porque la gente está acostumbrada a ver a hombres y hay quien duda de si nosotras somos capaces”, lamenta, aunque reconoce que esto ocurre cada vez menos.

Esta profesional también apunta que otras personas llaman más a las mujeres cortadoras “porque queda más bonito”. “Es un arma de doble filo”, considera. “Si alguien duda de mí, no me enfado. Me espero a que la gente vea cómo trabajo. Me lo tomo como un reto”, afirma.

"Es una idea motivadora para otras mujeres que puedan estar pensando en montar su propio negocio y que no se atreven"

Teresa Arévalo Aguirre, de 28 años, es otra de las participantes en esta actividad de Cruz Roja. Tras la muerte de su padre en 2014, ella y su hermano, Francisco, cogieron las riendas del negocio familiar, el Hotel Arévalo, que lleva abierto más de treinta años.

“Decidimos seguir y le hemos dado una vuelta de tuerca implementando redes sociales, programas informáticos...”, detalla, explicando que ahora se están planteando hacer obras en el edificio este año.

Considera que no se ha encontrado más trabas por el hecho de ser mujer: “Todo lo contrario. He tenido muchísimo apoyo por parte de la gente. Quizás por ser joven sí he tenido más dificultades porque lo asocian con poca experiencia”. No obstante, aclara que su madre sí tuvo más problemas por su cargo como directora del hotel: “Cuando ellos empezaron eso era impensable”.

La joven, que también forma parte de la directiva de la plataforma Mujeres que mueven Cuenca, estudió Administración y Dirección de Empresas (ADE) y ahora se está formando en Derecho, no descartando continuar con Turismo.

DE VUELTA A CUENCA

Por último, también contará su experiencia profesional Blanca Pinedo Rodríguez, de 30 años. Profesora de Música y Movimiento para bebés y niños de hasta seis años, la joven decidió volver en mayo del año pasado a su Cuenca natal cansada de la vida estresada de Madrid y creó Pequemúsica.

En noviembre se incorporó a trabajar tras su baja maternal e imparte cursos para niños en varios establecimientos de la capital. En relación con la igualdad de género, apunta que, en su anterior trabajo en una escuela municipal de música, los directivos eran todos hombres; y, ahora, cuando va con su pareja, se dirigen a él sobre cuestiones del negocio de ella: “Se nos deja en un segundo plano. Te cuestionan la capacidad de trabajo que tienes”.

Celebra iniciativas como la Biblioteca Humana porque permiten aprender unas de otras: “Es una idea motivadora para otras mujeres que puedan estar pensando en montar su propio negocio y que no se atreven”.


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