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Feria Taurina San Julián 2022

“Pepinazo” de Tomás Rufo, a hombros, y magisterio de Manzanares con oreja de ley

El Juli cortó un apéndice y se le pidió otro en el cuarto, negado por el palco
Fotos: Lola Pineda
21/08/2022 - Chicuelito

Los fallos con el acero evitan triunfos mayores, pero hay faenas que quedan para el recuerdo, como las dos que José María Manzanares dictó en Cuenca en la tarde dominical, imponiendo su magisterio de Tauromaquia de temple, elegancia y sapiencia torera, sin alharacas, transmitiendo todo ese arte a los tendidos. Sólo se llevó una oreja, que fue de ley, y que valió por dos, de ahí la clamorosa despedida por parte del público. Faenas que quedan en la retina.

El triunfador en números fue el toledano Tomás Rufo, que se lo jugó todo a una carta en el que cerró plaza y con su toreo contundente de calidad y valentía, soltó un “pepinazo” para abrir la puerta grande, dicho en loor de su Pepino natal. El Juli pudo acompañar al toledano en la salida a hombros, pero el palco le negó la oreja pedida en el cuarto, tras el regalo de la primera. La bronca al presidente nos pareció inmerecida. Los toros de José Vázquez no estuvieron a la altura esperada, siendo aplaudidos segundo y sexto.

 

EL JULI

Abrió plaza Julián López “El Juli” con el castaño “Nizardo” que era más de castaña por su poca transmisión. El madrileño lo recibió con verónica en mitad del platillo y chicuelinas en el quite y poco más. Pues tras pasar por el piquero y los toreros de plata con sus garapullos, la faena resultó un tanto insulsa por el poco juego del burel y la poca confianza de Julián, quien con oficio sacó una faena de poco brillo que acabó con una estocada casi entera. Hubo petición y el presidente concedió el apéndice que iba a marcar el listón de los éxitos.

En el cuarto El Juli estuvo un poco más lucido ante “Orvallo”, pero faltaba transmisión y el personal daba cuenta del bocadillo. No pudo lucirse con el capote y el de Vázquez se fue al picador reserva, actuando bien los banderilleros con Álvaro Montes destacado. Julián López buscó el triunfo a base de tesón y experiencia, logrando series cortas y sobre todo imponiendo su mando ante el morucho, pues en realidad pechó con el lote menos boyante. Cumplió bien el expediente y tras la estocada certera gran parte del público pidió la oreja. Pudo haberla concedido el presidente, pero no lo hizo y en el balance creemos que acertó, tras equivocarse al conceder el trofeo en el primero. Saludó el Juli y la bronca fue para el palco, ciertamente inmerecida. El público es soberano y por tanto nuestro respeto.

 

 

El Juli. // Foto: Lola Pineda

JOSÉ MARÍA MANZANARES

José María Manzanares cuajo dos faenas de maestro, con esa Tauromaquia tan personal que le caracteriza. Sus fallos a espadas le privaron la puerta grande, pero aquí quedaron dos faenas de toreo grande y poderoso y mayestático por su elegancia y quietud. El segundo de la tarde atendía por “Ilógico”, pero Manzanares impuso la lógica de su capote con lances de cartel, despaciosos en las verónicas y la revolera. Bien el piquero y los banderilleros, con saludo de Duarte, y ya tenemos al alicantino con la flámula para dictar su magisterio taurino con ambas manos, aprovechando la buena embestida del noble toro de Vázquez. Las tandas de redondos y naturales se repitieron con mando, temple y quietud, rematadas con los pases de pecho casi interminables, transmitiendo sus emociones al público. Faena para el recuerdo que el maestro alicantino no pudo refrendar con los aceros, siendo aplaudido en cada intentona. Al final, la ovación fue de gala en el saludo desde los medios.

En el quinto, “Hereje”, de nuevo la torería de la esencia y la elegancia, con verónicas superiores de empaque y la media de cartel. Tras el puyazo pidió el cambio, con buena actuación de los de plata en banderillas, saludando Mambrú y Blázquez. Blandeó el burel en los comienzos de la faena, pero Manzanares no quería “herejías” de su oponente y poco a poco lo metiendo en la prodigiosa muleta, de menos a más, dando otra lección de ese magisterio que dicta con la muleta. Redondos ligados con el de pecho, naturales, y de nuevo las series sobre ambas manos a los sones de “Manolete”. Faena inteligente de torero de temple y mando, sin alharacas, y con mucha parsimonia y esencia de Arte con mayúsculas. Tras un pinchazo sin soltar prendió la estocada mientras sonaba un aviso. Flamearon los pañuelos y aunque sólo fue una oreja, lo era de ley, como si fueran dos. De ahí la triunfal vuelta al ruedo.

 

José María Manzanares.// Foto: Lola Pineda 

TOMÁS RUFO

Se presentaba en Cuenca el torero de Pepino, que sin haber cumplido aún un año de alternativa, ha triunfado en Sevilla, Madrid, Castellón y otras importantes plazas. Cosa curiosa: cuando Tomás Rufo nació en julio de 1999, a Maximino Pérez le ofrecían la plaza de Cuenca, que desde entonces regenta. Podemos decir que es “un hijo de Maxitoro”, como hijos fueron los del indultado “Carcelero” aquí lidiados. El toledano venía a Cuenca con ganas de triunfo, y dado que el tercero, “Latoso”, hizo honor a su nombre, se la jugó a una carta en el sexto.

“Latoso” nos pareció un toro descoordinado desde su salida, sin atender capotes, piqueros o banderilleros, aunque al menos un buen subalterno como Fernando le colocó un buen par-. Sin apenas lucimiento con la franela, Tomás Rufo brindó su faena al público, dando a entender que es un torero que quiere ser, que quiere triunfar.

Consiguió el de Pepino sacar algunas tandas cortas por la izquierda, pero bien que “Latoso” se rajaba se metió entre los pitones para sacar una faena de arrimón. Acabó de pinchazo y descabello y se le ovacionó por sus ganas, y al toro le dieron la lata con pitos en el arrastre, al menos para que tomase nota el mayoral.

Ya hemos dicho que Rufo “quiere ser” y en cada plaza se la juega. En Cuenca fue a por todas el paisano regional, que mostró un saber estar en los terrenos, y medir las distancias. Es un torero de futuro y se llama Tomás… Con siete verónicas recibió a “Discreto”, el de mayor peso y mejor clase, llevándolo bien al piquero con sutileza capoteril. De “Discreto” nada, porque el burel se hizo rogar ante las llamadas del picador y a la quinta que arrancó derribó al caballo, pero el del castoreño administró bien la vara y García Marugán fue aplaudido.

Ya tenemos a Rufo de blanco y oro refulgente por los focos de la plaza. Inició la faena muleteril con cuatro pases de rodillas para conectar con el público y entre pausas para dar respiro al toro fue sacando tandas con la derecha, al natural y largos pases de pecho, cambiando de mano y electrizando los tendidos. Valiente a carta cabal, torero de cabeza fría y manos poderosas manejando la muleta en series con la izquierda y la derecha, de mucha enjundia, aplomo y naturalidad.

Está llamado a ser grande este torerazo de Pepino que para rematar su faenó soltó el “pepinazo” para abrir la puerta grande, aunque la estocada resulto tendida y con ganas de acabar lo hizo con el descabello. En circunstancias normales, hubiera sido oreja con petición, pero la primera de la tarde no se podía medir igual, y por ello el público insistió en la petición. Dos orejas y la puerta grande para Tomás Rufo, que aún estuvo casi un cuarto de hora en la calle junto al coche, firmando autógrafos y posando con los móviles de jóvenes aficionados. Triunfo más que merecido.

 

 

Tomás Rufo.// Fotos: Lola Pineda

LA FICHA

Segunda corrida de la Feria de San Julián. Domingo, 21 de agosto de 2022. Presidió Emiliano García, asesorado por Javier Canales y el veterinario Luis Colmenar. El palco fue abroncado al no conceder la oreja solicitada para El Juli.  El diestro Tomás Rufo hizo el paseíllo montera en mano por ser su primera actuación en Cuenca.

Julián López “El Juli” (azul verdoso y oro): una oreja y petición de oreja.

José María Manzanares (azul marino y oro), saludos desde los medios y una orejas.

Tomás Rufo (blanco y oro), saludos desde el tercio y dos orejas.

Saludó en el segundo Daniel Duarte y en el quinto “Mambrú” y Luis Blázquez, todos de la cuadrilla de Manzanares.

El ganado: Se lidiaron seis toros de José Vázquez, de Colmenar Viejo (Madrid), que tuvieron un comportamiento ciertamente desigual, aunque con nobleza. Sin clase primero, tercero y cuarto. Aceptables los tres restantes, aplaudidos segundo y sexto en el arrastre. Peso: 473 kilos, 505, 523, 526, 538 y 540.

Incidencias: Tres cuartos de entrada en tarde soleada, con gran ambiente en los tendidos, donde destacan las peñas en la andanada del 5 y 6. En el tendido 8, entre el público, el presidente del PP de Castilla-La Mancha, Paco Núñez, y en el callejón el matador de toros Pablo Aguado, anunciado para el lunes. El público despidió a los matadores con fuertes ovaciones en la despedida con Tomás Rufo por la puerta grande.