La peatonalización, culminada a finales de septiembre, del pequeño tramo de vía que comunica Ramón y Cajal con Camino Cañete, con el que se da continuidad, aunque con un paso de cebra elevado de por medio, al cierre al tráfico de la parte de la calle Lorca más próxima a Fermín Caballero, no convence a los vecinos de los bloques ubicados en sus proximidades consultados por Las Noticias.
El principal motivo es que se han quedado sin la veintena de plazas de aparcamiento de que disponían a las puertas de su casa, y donde tenían derecho a estacionar con la acreditación de la zona ORA, la cual sin embargo denuncian que no les da derecho a dejar sus vehículos en la próxima Camino Cañete, a la que dan las ventanas de algunas de sus viviendas.
“Sí podemos aparcar en Ramón y Cajal, pero suele estar ocupada, y a veces solo encontramos aparcamiento en la Puerta de Valencia, un engorro cuando venimos con bolsas”, critica un vecino.
El hecho de que ya no puedan pasar vehículos por este tramo de vía ni siquiera creen que les beneficie al no tener que soportar el ruido que la circulación genera, pues consideran que no era una vía por la que transitaran muchos coches. En cambio, sí temen que a partir de la primavera, cuando instale su terraza el único bar ubicado en esta calle, El Que te Dije, puedan sufrir un ruido molesto.
Además, y en esto coinciden con los comerciantes de la zona (dos peluquerías y el citado bar), opinan que la calle no ha quedado bonita, ya que al contrario de la parte de la calle Lorca próxima a Fermín Caballero peatonalizada durante la legislatura de Francisco Javier Pulido (2007/2011), no se le ha dotado de un nuevo pavimento uniforme, sino que simplemente la calzada se ha elevado al nivel de las aceras, para mejorar la accesibilidad, y el hormigón se ha pintado con un verde grisáceo similar a la zona de terrazas de Carretería que apenas unos pocos meses después ya presenta un aspecto muy sucio, con manchas de posibles orines de perros. “Muchos utilizan ahora la calle para pasear al perro y en ocasiones se llena hasta de excrementos”, denuncia otro vecino, que advierte asimismo de que apenas se ven a barrenderos trabajando en esta vía.
Todos coinciden también en que el contraste entre el pavimento de este tramo de vía y el próximo a Fermín Caballero no queda bien y no da continuidad a la calle.
Para evitar que algún conductor despistado se introduzca en la calle para acceder a Camino Cañete se han instalado dos jardineras que impiden el paso de vehículos pero que también hay quien considera que no quedan bien.
A ello añaden su percepción de que no era necesario hacer peatonal una calle con muy pocos negocios y escaso tránsito de peatones más allá que quienes la atraviesan para llegar a otras zonas de la ciudad.
Los empresarios sí se muestran satisfechos
Los propietarios del bar y de las dos peluquerías advierten de la citada suciedad pero sí valoran que por la calle ya no pasen coches, pues consideran que de esta manera se gana en tranquilidad.
En una de las peluquerías destacan sobre todo que se haya igualado la acera a la calzada, lo que garantiza el acceso a personas con problemas de movilidad y cumple con la normativa de accesibilidad.
Cuenca peatonal
El caso es que con esta peatonalización Cuenca amplía este tipo de vías, de las que ya hay en torno a media docena. A destacar, por ser la más antigua, la calle de San Esteban, en el entorno de las Escuelas Aguirre, con un pavimento uniforme que se instaló en la legislatura de Pulido, aunque la vía no es tan transitada como las vecinas Aguirre y Carretería.
Otras calles peatonales con pavimento homogéneo son José Luis Álvarez de Castro, entre Carretería y Colón, y San Francisco, esta última una muy frecuentada zona de bares que se cerró al tráfico con éxito durante la última legislatura de José Manuel Martínez Cenzano (2003-2007).
La calle peatonal más extensa es Carretería, cerrada al tráfico en la pasada legislatura, presidida por Juan Ávila, aunque pese a las nuevas reformas realizadas al principio de la actual para retirar las tablas sigue sin contar con un adoquinado nuevo y homogéneo. A ella hay que añadir un pequeño tramo de Sánchez Vera, la plaza de la Hispanidad y Doctor Chirino, calle esta última por donde no obstante siguen pasando autobuses y taxis, lo que es criticado por los hosteleros con terraza.
