Christian Escribà, el pastelero de las emociones de chocolate

Si hay un elemento que es capaz de regalar pequeños momentos de felicidad, ese es el chocolate. O así lo ha dejado claro el maestro pastelero Christian Escribà, que ha sido uno de los ponentes de la primera jornada del VI Congreso Culinaria que se está desarrollando en Cuenca.

El pastelero catalán pertenece a la cuarta generación de artesanos de la pastelería, pues ya lo fue su padre, su abuelo y su bisabuelo, y lleva ya más de 30 años “haciendo feliz a la gente” con sus diferentes creaciones.

De su establecimiento ubicado en el corazón de Barcelona han salido durante todas estas décadas miles de productos elaborados en chocolate, caramelo o flores de azúcar. Y es que defiende la pastelería como elemento creativo de cara a eventos o regalos y generar así recuerdos inolvidables.

De ahí que varias líneas de trabajo suyas en los últimos años se hayan centrado en el chocolate como elemento central en una pastelería creativa y personalizada que tuvo su germen cuando Antoni Escribà, su padre, descubrió la manera de imprimir en chocolate en 1982.

En en 2010 ideó la impresión de códigos QR en chocolate, que empezó a comercializar en 2020 durante la pandemia en un hotel, dejando ese QR en las habitaciones y, tras escanearlo el huésped, se lo puede comer. Ahora ha avanzado su técnica hasta la impresión en tartas y monas, para así integrar el diseño con el producto pastelero sin decoración añadida.

En este tiempo también ha desarrollado productos de chocolate para regalos corporativos, haciendo que la inversión que hace la empresa se convierta en una fidelización del cliente o de los empleados a partir de la sorpresa, emoción y el recuerdo de productos en chocolate.

Paralelamente, con la pandemia vieron en Escribà que había margen de mejora en cuanto a la rapidez, y por eso se ha incorporado la más alta tecnología junto a un gran equipo humano que la haga funcionar para que en 24 horas puedan tener productos artesanales 100% personalizados y adaptados a las necesidades.  

Por ejemplo, hay hoteles donde se alojan celebridades, y un de las formas con las que les sorprenden es con regalos de chocolate personalizados. Además, hay empresas que han regalado a sus clientes y empleados un curioso jamón hecho con chocolate, y se incluye dentro de la caja un poco de sal y aceite para que la degustación sea lo más característica posible.

“Es importante hacer productos que fidelicen al cliente, y creen una sorpresa que nunca se esperan”, ha detallado Escribà, que también ha recordado cómo la familia de embutidos Subirats en los últimos años está apostando por el sello pastelero para regalar trampantojos de sus productos elaborados a base de chocolate.

Dentro de esa idea de crear momentos únicos a través del chocolate, han destacado elaboraciones como una libreta comestible para Audi, la puesta en marcha de una especie parque temático del dulce de 8.000 metros cuadrados llamado ‘Fantasía’ en Singapur en el verano de 2014 o la puesta en marcha cada año de la Casa Seat de Navidad, con decoraciones también a base de chocolate que visitan cada año unas 100.000 personas.

Además, Escribà también ha utilizado el chocolate para llevar a cabo maquetas de promociones de viviendas encargada por importantes constructoras y venderle al cliente de una forma dulce su nuevo hogar, e incluso construyeron en chocolate una maqueta del Museo Dalí en su 50 aniversario hace pocos días.

Por último, ha expuesto un video donde un novio contactó con él para decorar una habitación de hotel íntegramente de chocolate para pedir la mano de su novia, muy fan de Escriba, haciendo que las vestimentas de los armarios, la ropa de cama, las plantas del balcón o elementos del baño y de la habitación fueran todos muy dulces.

Así, el afamado maestro pastelero ha puesto en valor cómo la gastronomía y el arte de la pastelería no es solo un elemento que sirve para endulzarnos después de cada comida, sino que puede hacer las delicias de todos en cualquier momento de forma muy imprevista y única.