Con muchas ganas. Así aguarda el equipo de maromeros con su capataz, Álvaro Guijarro Lozano, a la cabeza, la llegada de San Mateo, la fiesta por excelencia de la ciudad de Cuenca para la que este año, tal y como apuntan todas las previsiones, se espera “una participación masiva que puede llegar a ser un problema”.
Estas son las palabras que Guijarro Lozano lanza a los ciudadanos alertando de que “la vaca puede hacerles mucho daño si no son conscientes de los peligros que conlleva ponerse delante” y por ello insiste en la importancia de ser “precavidos en todo momento”. Además, “deben tener cuidado con el alcohol porque puede pasarles factura”, insiste.
En su caso, el capataz de maromeros, lleva 35 años, que se dice pronto, corriendo la vaca y al igual que él son muchas las personas que “esperamos con muchas ganas la llegada de San Mateo”. Y es que, tras dos años sin festejo, las emociones están a flor de piel.
Por este motivo y para no emborronar la felicidad de tanta gente esperan que las fiestas transcurran sin incidentes porque “para nosotros, para los maromeros, lo más importante es que todo el mundo se lo pase bien y no haya heridos ningún día”, asegura.
Ante esto explica que él y su equipo vestirán este año pantalón blanco y camiseta amarilla para que todo el mundo pueda distinguirlos con facilidad ante cualquier problema: “Nosotros nos encargamos de dirigir la vaca e intentaremos hacerlo lo mejor que sabemos para poder hacer un quite lo más rápido posible si fuese necesario”. Indumentaria que por primera vez después de muchos años les suministra el Ayuntamiento de Cuenca a quien agradecen este guiño porque “supone un gasto más para nosotros”. explica.
Además, este año utilizarán maromas nuevas que son “más ligeras, cómodas y llevaderas”, lo que les permitirá hacer mejores nudos y tirar de la vaca sin hacerse daño en las manos.
Otra de las mejoras que se han llevado a cabo este año es la adecuación de las cuadras ya que en el interior se ha habilitado un corral “con el objetivo de que las vacas estén sueltas y puedan moverse o tumbarse con facilidad”, comenta. Esto se ha hecho buscando el bienestar del animal para que cada vez sean mejores las condiciones.
Con todo, después de más de seis meses de preparativos previos, el equipo de maromeros ya tiene todo listo para la celebración de San Mateo aunque este año dos de los habituales serán baja por motivos de salud. En su lugar se han incorporado dos jóvenes conquenses que tal y como apunta el capataz “están preparados por si necesitásemos su ayuda”.
Solo faltan horas para que el grupo de maromeros se reúna por última vez antes del lanzamiento del primer cohete que anunciará la salida de la primera vaca: “Es un momento especial”, confiesa Álvaro. Y es que, si existiera un medidor de ganas estaría ya a punto de reventar.
