Paloma Sánchez-Garnica: "La lectura es la base fundamental para una sociedad crítica"

“Pura curiosidad” para “entender qué falló para que ocurriera lo que ocurrió” es lo que motivó a la escritora Paloma Sánchez-Garnica (Madrid, 1962) a escribir ‘Últimos días en Berlín’, novela finalista del Premio Planeta sobre la que ha compartido en la tarde de este domingo impresiones con lectores en el Centro Cultural Aguirre de la capital conquense en el marco de la Feria del Libro Cuenca Lee 2022. Aunque además de para hablar de su obra, para la autora, este encuentro tenía otro objetivo aún más importante: “Motivar a la lectura, de mis libros y de todos los libros. La lectura es la base fundamental para una sociedad crítica y estamos en un momento histórico en el que necesitamos una sociedad crítica”.

Antes de en la capital, la escritora ha mantenido esta mañana un encuentro en Iniesta en el que han participado 150 personas de clubes de lectura de diferentes pueblos de La Manchuela, como Iniesta, Quintanar del Rey, Villarta, Villalpardo, El Peral, El Picazo, Motilla del Palancar, Minglanilla o Puebla del Salvador.

Momentos antes de comenzar el encuentro en Cuenca –en el que ha estado acompañada por la diputada de Cultura, Fátima García-, la autora ha señalado a Las Noticias de Cuenca que este tipo de actividades con clubes de lectura son “absolutamente gratificantes y muy enriquecedoras”. “No solamente ellas me preguntan, generalmente son mujeres, y yo puedo responder sino que me hacen ver cosas de los personajes, de la historia de las que yo no he sido consciente cuando lo he escrito”.

LABOR "ADMIRABLE" DE LAS BIBLIOTECAS

Sánchez-Garnica también ha aprovechado para destacar el papel de las bibliotecas, la mayoría con mujeres al frente, sobre todo en los pueblos pequeños, donde hacen una gran labor de fomento de la lectura a través de clubes que logran “sacar a la gente del apalancamiento delante de la televisión” y les motivan para que expongan sus puntos de vista. “Y eso también supone socializar, hablar delante de otros, aprender de los demás. Para mí es una labor admirable, encomiable que respeto muchísimo”, ha incidido.

"Me quitaba el sueño la novela" por la dureza de la historia, le ha confesado durante el encuentro una lectora a la escritora, matizando la autora que no quería meterse "en las trincheras" de la contienda "ni en el horror del Holocausto" sino saber "qué pasó en esa sociedad alemana de principios de los años treinta para que siguieran de forma masiva, incondicional a un salvapatrias como Hitler y que se dejaran envenenar por una ideología como el nazismo que llevó a Europa y al mundo a la Segunda Guerra Mundial".

La escritora, con ocho libros a sus espaldas, ha explicado que durante el proceso de documentación de 'Últimos días en Berlín', en la que hay una gran presencia femenina, se le cruzaron otras novelas que le llevaron también a meterse en "la otra cara de la moneda, el totalitarismo estalinista" y en ese "Moscú de los años treinta, con esa sociedad condicionada por el miedo, por el terror de las purgas". "Ese equilibrio entre estos dos escenarios, políticos, sociológicos y de lugar, Berlín y Moscú, fue lo que me impulsó a, de la mano de Juri Santacruz [protagonista de la obra], a escribir", ha narrado.

En cuanto a sus retos de futuro, ha avanzado que ya está "analizando el terreno" para su novena novela. “Tengo otra vez ese chispazo de curiosidad de entender una determinada época pero no digo nada porque me da muchísimo pudor aún. Voy a ver dónde anclo los cimientos”, ha explicado. Mientras tanto, sigue con la promoción “de locura” de la obra finalista del Premio Planeta y confía en poder empezar a escribir a partir del verano.