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Semana Santa Cuenca 2021

La otra “pandemia” de la Semana Santa: la lluvia

Seis procesiones, de nueve, fueron suspendidas en 2013 por el agua y cinco en 2019, de las diez que ahora componen la Pasión conquense
La otra “pandemia” de la Semana Santa: la lluvia
Abrazo de dos nazarenos tras la suspensión de Camino del Calvario en 2019.// Foto: Saúl García
01/04/2021 - José Vicente Ávila

Por segundo año consecutivo, la pandemia de la Covid-19 ha motivado la suspensión de las procesiones de Semana Santa, no sólo en Cuenca --que está declarada como de Interés Turístico desde 1966 y con carácter de Internacional a partir de 1980— sino en todo el orbe cristiano, porque la enfermedad epidémica es mundial.

Se da la circunstancia además de que el año pasado, el 2020, a la suspensión por el virus se sumó en pleno confinamiento la lluvia el Viernes Santo, en un día pasado por agua, con los tambores y clarines de turbas sonando desde los balcones a las doce del mediodía.

Y es que la meteorología es la “otra pandemia” que suele afectar a nuestras procesiones, bien para suspenderlas antes de salir o hacerlo al comienzo o mitad del recorrido, como ha sucedido muchos años.

A la suspensión general de los años 2020 y este 2021 de los desfiles procesionales por el Covid-19 se pueden sumar en el túnel del tiempo los años 1937 y 1938, debido a la guerra civil, e incluso 1939, quizá con la duda de algún desfile excepcional. Pero desde la reconstrucción de la Semana Santa de 1940, quizá los años con más suspensiones por la lluvia hayan sido los recientes 2013 y 2019.

2013: Seis procesiones suspendidas de nueve

Escribía en www.elblogdecuencavila.com el 27 de marzo de 2013, Miércoles Santo, que “ni los más viejos nazarenos del lugar recuerdan un hecho tan insólito de que las tres primeras procesiones de la Semana Santa de Cuenca se hayan tenido que suspender por la lluvia y el mal tiempo generalizado.

Para los anales de la historia nazarena de Cuenca cabe anotar que si en las vísperas del Domingo de Ramos la ciudad vivió un auténtico día procesional con 15 imágenes en el matinal Vía Crucis del Año de la Fe y el traslado vespertino de la Virgen de las Angustias, en los tres días siguientes el agua a veces tan esperada, ha ahogado las ilusiones de miles de nazarenos que contemplaron con lágrimas en los ojos las suspensiones de la procesión del “Hosanna”, la penitencial de la Vera Cruz del Lunes Santo y la procesión del “Perdón” del Martes Santo”.

La otra “pandemia” de la Semana Santa: la lluvia

Había sido un comienzo prometedor y esperanzador pasional con ese desfile excepcional del Vía Crucis del Año de la Fe y nadie podía suponer que tras esa procesión de 15 imágenes de hermandades de la capital y de la provincia, llegase la “riada de suspensiones”.

Anotaba entonces: “Creemos que es la primera vez que sucede esta situación, sobre todo si tenemos en cuenta que desde el año 1996 desfila la procesión penitencial del Lunes Santo, que si el primer año salió con fina lluvia, los demás años sí pudo desfilar con la excepción de 2003, que tampoco desfiló.

El año pasado, sin ir más lejos, la procesión se suspendió a medio camino. Tanto en el 2003 como en este 2013, la procesión de las Siete Palabras, con la imagen de la Vera Cruz, discurrió por el interior de la Catedral”.

“En cuanto a la procesión del Domingo de Ramos, en distintas ocasiones se ha visto afectada por la lluvia, sobre todo en 1990 cuando salió por vez primera la Virgen de la Esperanza. Hace pocos años también fue suspendida y no llegó a salir. Este año 2013 la Hermandad esperó el tiempo preciso, pero ante la amenaza del mal tiempo se decidió no salir. En San Andrés, los banceros movieron los dos “`pasos” a los acordes de la marcha “Costaleros”, que interpretó la Banda de Música de Cuenca, y la Escolanía de la Soledad de San Agustín también acompañó con sus voces a las imágenes, para ahogar las penas de los nazarenos”.

“En el lluvioso Martes Santo se esperó el tiempo prudente, pero en vista de que el agua no cesaba y de que el cielo seguía encapotado la procesión fue suspendida. Esta procesión es una de las que más veces se ha suspendido por el agua, aunque tenía la potestad de poder integrarse en la procesión del Silencio, y así lo hizo en los años 1963, 1974, 1991, 2000 y 2003. Desde hace pocos años se acordó en la Junta de Cofradías que esta integración no se llevase a cabo en el futuro.

En ese año 2013 sí pudieron desfilar, mirando a las nubes, eso sí, las procesiones del “Silencio” y de “Paz y Caridad”. Pero el agua llegó en la madrugada del día procesional por excelencia en Cuenca. Así comenzaba la reseña de aquel 29 de marzo de 2013:

“No se recuerda un Viernes Santo tan pasado por agua y sin procesiones en Cuenca como el de 2013. El día más grande para la capital conquense se quedó en el día más triste, con muchas lágrimas en las mejillas de nazarenos y nazarenas y caras de tristeza por la ilusión rota por una lluvia que ha sido protagonista durante gran parte del mes de marzo. Por vez primera, los desfiles procesionales “Camino del Calvario”, “En El Calvario” y el “Santo Entierro fueron suspendidos, quedando los “pasos” sin salir de sus respectivas iglesias. Llueve en Cuenca, brotan lágrimas de muchas mejillas, el Júcar baja caudaloso y el Huécar recorre a borbotones la calle de los Tintes. Lloran los nazarenos en el día procesional por excelencia.

La otra “pandemia” de la Semana Santa: la lluvia

Este Viernes Santo no hay procesión en la sombra como recitaba Federico Muelas: “¿Llora el viento, llora el río? / ¿Quién llora en la Noche Santa? / Decidme, ¿de qué garganta / fluye este rumor sombrío? / No es tu dolor ni es el mío / que es la entraña del dolor. / Es madre mía, el amor / de Cuenca que lloró tanto / que está modelada en llanto / la imagen del Redentor.”

“Cuenca sin procesiones en este lluvioso, doloroso y lacrimoso Viernes Santo. Se cumplían por cierto en 2013 los diez años de aquel Viernes Santo –18 de abril de 2003—en el que la imagen de Jesús Nazareno de El Salvador no salió en procesión por decisión de la Hermandad, en contra de sus propios Estatutos y del pueblo nazareno de Cuenca. Aquel Viernes Santo, que no llovió, sólo salieron en el “Camino del Calvario” las imágenes de San Juan Evangelista, el Encuentro de Jesús con su Madre y la Soledad de San Agustín. “En estos diez años las suspensiones, completas o parciales, han sido casi la constante en esta procesión de la madrugada conquense”, decíamos en 2013.

2019: Jueves, Viernes y Sábado Santo sin procesiones

Pero nunca digas, “nunca jamás”, porque en 2019 se repitió otro Viernes Santo sin procesiones, por la incesante lluvia de todo el día, además de un Jueves Santo sin la procesión de “Paz y Caridad”. Dado que desde 2018 se había incorporado a la Semana Santa la procesión del Duelo, en ese año 2019 eran cinco las procesiones suspendidas de las diez programadas.

Resultó muy emotivo poder contemplar en la parroquia de El Salvador, poco antes de las seis de la mañana, cuando se suspendía la procesión “Camino del Calvario” cómo los banceros y hermanos del “Jesús de las Seis” cantaban el Miserere a la imagen de Marco Pérez, ayudada por el Cirineo y el “Et secundum” al “paso” de Jesús Caído y la Verónica. O cómo los banceros de San Juan Evangelista movían las andas mientras la Banda de Música de Horcajo de Santiago interpretaba el “San Juan”. Y el silencio de oración emocionada de los hermanos de la Soledad de San Agustín. Para las dos procesiones siguientes de ese 2019, “En El Calvario” y “Santo Entierro”, la “suerte” ya estaba echada, pues no dejaba de llover.

“Fue un triste Viernes Santo, con las imágenes en andas recluidas en sus iglesias, en el que no faltó sin embargo la visita anual al Santuario de las Angustias para dar el pésame a la Madre. Miles de personas descendieron por las pedregosas cuestas para hacer fila de oración en torno a la Madre, allí en su ermita del roquedal conquense, bajo una lluvia que no cesó en toda la jornada. Nunca un Viernes Santo dejó a Cuenca huérfana de sus famosas procesiones”, concluía en la croniquilla.

La otra “pandemia” de la Semana Santa: la lluvia

No podemos olvidar tampoco que en 2018 la procesión “Camino del Calvario” tuvo que variar su recorrido en el ascenso, regresando a “El Salvador” por la calle del Peso, y lo propio lo hacía la del “Santo Entierro” volviendo sus pasos hacia la calle del Peso desde la curva del Escardillo, mientras la imagen del Yacente, cubierta de una funda de plástico aguardaba en la puerta de San Juan para cerrar el Viernes Santo sin procesiones, y con filas de paraguas entre las tulipas.

Sin embargo, en ese año 2018 sí pudo salir por vez primera la procesión del Duelo. Pero una vez nada más, y ojalá vuelva en el 2022 después de tres años de obligado “descanso”.

Este 2021, sin procesiones de Semana Santa, al menos el Calvario del cerro de la Majestad vuelve a ser instalado, por una acertada decisión municipal, para así mantener la esencia de una ciudad que vive por y para la Semana Santa. Hay que recordar que este Calvario se coloca en el cerro sobre el que se arracima el barrio de San Antón con su parroquia de la Virgen de la Luz, desde el año 1935, curiosamente durante la República. Incluso ya en 1929 se barajó la posibilidad de colocar las tres cruces en el Cerro del Socorro.

Y dado que no tenemos confinamiento, la Junta de Cofradías ha organizado actividades para mantener viva la llama nazarena, mientras que en las iglesias y parroquias se celebrarán, como cada año, los Oficios con las medidas de distanciamiento y de asistencia establecida por los responsables de Sanidad. Esperemos que para la Semana de 2022, del 10 al 17 de abril, podamos celebrar las procesiones por nuestras calles, porque hayamos superado el Covid-19 con las vacunas y tampoco lo impida la lluvia, pues algunas Hermandades cumplirán entre tres y cuatro años sin desfilar.