Las orugas procesionarias vuelven a ser protagonistas indeseadas de la primavera en el colegio público de Fuente del Oro, donde un grupo de madres y padres de alumnos, principalmente de Infantil, no descartan emprender movilizaciones si las administraciones no resuelven un problema que está generando un gran perjuicio a los alumnos, en especial a los de entre tres y seis años de edad al encontrarse el patio de recreo de Infantil rodeado de pinos de los que cada día descienden un buen número de estos insectos.
Las orugas producen erupciones en la piel que no suelen ser graves pero sí causan dolor y escozor. Requieren además del uso de antihistamínicos, de los que no se puede abusar y menos cuando se es niño. Y no son pocos los alumnos que están padeciendo lesiones bien por haber tenido contacto directo con ellas o con sus pelos urticantes, que se dispersan en el aire.
“A los niños les tienen dicho las maestras que no deben tocar los muros ni sentarse en los columpios, porque aunque en ellos no haya orugas, basta que hayan pasado por ahí para que les de reacción y les salgan picotazos hasta en las piernas aunque lleven pantalones largos”, relata una madre.
Piden al Ayuntamiento que fumigue
La dirección del colegio, que al igual que el AMPA, aseguran que hace ya varios meses que ha enviado una carta al Ayuntamiento solicitando medidas para prevenir la aparición de orugas sin recibir contestación alguna, se plantea incluso modificar el horario del recreo de los alumnos de Infantil, que tiene lugar a las doce del mediodía, para que no coincida con el de Primaria y que de este modo los niños puedan jugar en el patio de Primaria, más amplio y sin tantos pinos en sus proximidades.
La madre que se ha puesto en contacto con Las Noticias asegura no haber visto en ningún momento a ningún operario municipal o contratado por el Consistorio fumigando y tanto las inmediaciones del centro como su interior se encuentran, insiste, llenas de orugas, muchas de ellas muertas tras haber sido pisadas pero con los citados pelos urticantes propagándose todavía en el aire.
El presidente de los vecinos del barrio, Antonio Gómez, ya demandaba la primavera pasada una intensificación de las tareas de eliminación de capullos de orugas durante el invierno para evitar que aparecieran en primavera o al menos no lo hicieran de la forma tan masiva en que lo vienen haciendo.