Cuenca vivirá un verano más de efervescencia turística, pero no será una temporada de récords. Así lo ponen de manifiesto José Manuel Abascal, presidente de Agrupación Provincial de Hostelería y Turismo de Cuenca, y la moteña Patricia Plaza, presidenta de la Asociación de Profesionales de Turismo Rural y de Interior de Castilla-La Mancha (Intur).
Para los meses de julio y agosto ambos sitúan la ocupación de los hoteles y alojamientos rurales de la provincia de Cuenca en un 70 por ciento, aunque si las temperaturas no disparan los termómetros las próximas semanas puede que las reservas a última aumenten esta previsión ya que los visitantes no escaparán al norte y se decantarán por el turismo de interior.
Concretamente, en la capital conquense, julio será más flojo que agosto ya que los conciertos y las corridas de toros de la Feria y Fiestas de San Julián son un aliciente que impulsan las reservas, tal y como viene ocurriendo en los últimos años, aunque habrá que esperar a la próxima semana para conocer el cartel taurino. “En función del nivel de los espectáculos viene más o menos gente y se quedan de uno a tres días normalmente”, señala José Manuel Abascal.
No obstante, el resto del verano las reservas son “de última hora” y de una única noche ya que, en su mayoría, son turistas que van de paso a la playa y aprovechan para hacer una parada en el camino. Por este motivo, Abascal cree que es necesario implementar medidas que fomenten la llegada de turistas a la ciudad en el séptimo mes del año, así como en enero porque son “los más bajos de todo el año” y se acaba notando en el cómputo total del año. “Deberíamos plantear actividades interesantes y atractivas que capten al público”, reitera.
Lo más habitual es que contraten una noche con desayuno incluido o solo la tarifa de alojamiento porque la gente “prefiere salir a disfrutar de la oferta gastronómica de la ciudad”, reconoce Abascal.
En cuanto a los precios, los visitantes pueden encontrar alojamiento desde 30 euros la noche hasta, como máximo, 100. “La horquilla es muy amplia. Cuenca se caracteriza por ser un destino barato, asequible para el turista medio y tenemos que seguir cuidándolo”, reconoce el presidente de la Agrupación. De ahí que, a pesar de que han subido los costes, los precios de las reservas se han mantenido estables. “En Cuenca, los hoteles y hostales hemos asumido ese incremento para que el cliente no lo note y eso al final se nota en las cuentas de beneficios”, asegura Abascal.
Por su parte, la moteña Patricia Plaza, presidenta la Asociación de Profesionales de Turismo Rural y de Interior de Castilla-La Mancha (Intur), asegura que los alojamientos rurales van a cerrar una “buena campaña” estival en la que la ocupación, al menos, será de un 70% con previsión incluso de superar esta cifra a falta de conocer cómo evolucionarán las próximas semanas.
Y es que, la provincia ofrece una amplia variedad de “destinos de naturaleza y agua” que son apetecibles en estas fechas. Si bien, a diferencia de la capital, en los municipios de la provincia la estancia media tanto en julio como en agosto es de tres noches coincidiendo, especialmente, con fines de semana. Los clientes son de perfil variado, desde grupos de amigos, hasta familias o parejas se acercan en estos meses a Cuenca para “disfrutar de planes en la naturaleza que les permitan desconectar sin necesidad de ir a la playa”, explica la presidenta de Intur.
Eso sí, suelen buscar servicios extras como actividades deportivas al aire libre, así como gastronómicas para completar su experiencia en la provincia.Por ello, las empresas de turismo activo viven estos meses una vorágine de reservas.
Con todo, habrá que esperar a septiembre para conocer el balance final del verano.