Ocho años ha tenido que esperar la Asociación de Vecinos de Casablanca para ver cumplida su petición de que se rehabilitara o demoliera el edificio del número 4 del Paseo de San Antonio, desde entonces en un estado ruinoso que se declaró oficialmente como tal en 2012 pero al que hasta este jueves no se había dado una solución definitiva.
Finalmente, después de que el Ayuntamiento concediera el pasado mes de marzo la licencia necesaria para demoler el edificio e instara a ello a los propietarios del inmueble, este jueves al mediodía arrancaban las tareas de demolición.
Según testigos presenciales, momentos antes de que se iniciaran los trabajos varias personas que ocupaban el edificio desde hace al menos dos años han saltado del inmueble.
La presidenta de la asociación de vecinos del barrio, Mari Carmen Checa, agradece las gestiones realizadas al Ayuntamiento, en especial al concejal de Urbanismo, Julián Huete, aunque considera excesivo el tiempo que ha pasado desde que el edificio se declarara en ruina, casi una década durante la que a su entender podía haber ocurrido una desgracia por el riesgo de caída de trozos del inmueble y las consecuencias que ello hubiera podido acarrear de haber impactado en algún peatón. El riesgo de desprendimiento era especialmente importante en una marquesina de la casa.
“En numerosas ocasiones denuncié que había además gente ocupando el edificio, lo que era un peligro para ellos conforme estaba la vivienda, pero no se actuó porque según me dijeron hubiera sido allanamiento de morada. Pero a punto ha estado el edificio de haberse desplomado y de haberlos matado”, señala.
Ahora, eso sí, falta que el Ayuntamiento realice los trámites para hacer lo propio con el inmueble número 2 de la calle Diego Jiménez, anexo al derruido y según los vecinos también en un estado muy deteriorado, lo que entienden que hace necesaria su demolición o, si se considera, restauración integral. “No podemos entender que si hay dos casas en ruinas tiren una pero vayan a dejar la otra”.
Checa confía en que esto se haga realidad en breve, sin tener que volver a esperar tanto tiempo, y que de esta manera mejore la imagen del barrio de Casablanca, como tantas veces ha denunciado la asociación con toda otra serie de problemas como decenas de baldosas rotas en zonas como la plaza de Santa Ana, escaleras en estado precario o deficientes accesos para las personas con movilidad reducida.
otros edificios
Los de Casablanca no son no obstante los únicos edificios cuyo derribo sería recomendable dado su estado. Otro caso conocido es el del número 2 de Sánchez Vera y el del número 24 de Carretería, que están contiguos. Sus propietarios iniciaron en 2009 los trámites para su declaración de ruina urbanística pero no llegaron a culminar el proceso, y en los últimos años el Ayuntamiento les abrió varios expedientes instando a su reforma o demolición.
El posible derribo estaría ahora mismo paralizado, pendiente de una resolución judicial, pues uno de sus propietarios aboga por reformar el inmueble y el otro por demolerlo.
El otro inmueble muy deteriorado es el ubicado, haciendo esquina, entre las calles Los Tintes y Fray Luis de León, perteneciente en parte a la Fundación Sánchez Vera. El Ayuntamiento lo declaró el pasado mes de julio en estado de ruina urbanística. A su estado ha llevado el hecho de que la citada Fundación, a la que el Ayuntamiento cedió varias plantas en 2009, no cumpliera su compromiso de reformar los inmuebles, ante lo que el pleno aprobó por unanimidad en marzo una moción de IU que abogaba por recuperar dichas plantas en propiedad y darle una solución. Pero otras partes del edificio pertenecen a otros propietarios, algunos de los cuales ni siquiera han podido ser localizados.