Después de décadas en el tintero, Cuenca da un paso adelante en materia de accesibilidad. Las obras de los esperados remontes al Casco Antiguo, que supondrán una inversión de más de 15,6 millones de euros, IVA incluido, arrancarán tras Semana Santa, con un plazo de ejecución de 32 meses.
El proyecto ha sido presentado este viernes en los jardines de Cecilio Albendea en un acto en el que han estado presentes el presidente y vicepresidentes autonómicos, Emiliano García-Page y José Luis Martínez Guijarro, respectivamente, acompañados por el alcalde de la capital conquense, Darío Dolz; la delegada de la Junta en Cuenca, María Ángeles Martínez; la subdelegada del Gobierno de España en la provincia, Mari Luz Fernández; y el director general de Transportes y Movilidad, Rubén Sobrino.
El presidente regional ha considerado que esta obra de mejora de la accesibilidad al Casco va a influir en la economía de Cuenca, duplicando las actividades relacionadas con el turismo y poniendo "de moda" esta parte de la capital conquense.
Para el jefe del Ejecutivo de Castilla-La Mancha, este proyecto va a transformar Cuenca radicalmente aunque manteniendo "lo esencial", permitiendo que la ciudad "presuma de su pasado y conquiste su futuro".
Los remontes se iban a ejecutar con recursos del Gobierno regional y del Ayuntamiento aunque el proyecto contará finalmente con financiación de los fondos europeos de Recuperación y Resiciliencia, los Next Generation.
El nuevo acceso contempa seis tramos de escaleras y otros tantos ascensores, que se sumarán a las pasarelas o calles y escaleras ya existentes. La conexión parte del Paseo del Huécar, frente al Auditorio, y llega hasta la plaza de Cecilio Albendea, salvando un desnivel de casi 60 metros. Las obras se ejecutarán por tramos para minimizar las molestias que suponen estos trabajos y se va a poner en marcha un plan de seguimiento con los vecinos para comprobar el desarrollo de las sucesivas actuaciones, ha explicado Guijarro.
Para facilitar el acceso a las viviendas del Casco, se ha acordado con el Ayuntamiento que los vecinos podrán utilizar como aparcamiento la Plaza de Ronda, así como los usuarios de los alojamientos turísticos. Las personas que tienen garajes en sus casas en esta zona de la ciudad, cuando no se pueda entrar a ellos, tendrán acceso al párking del Auditorio.
El vicepresidente autonómico ha detallado que las obras se paralizarán durante grandes celebraciones como la Semana Santa y San Mateo para facilitar el acceso al Casco. El resto del tiempo, se podrá utilizar la vía alternativa de Matadero Viejo.
Un proyecto que supondrá un "antes y un después" para Cuenca y que ha conllevado un proceso administrativo complejo debido al gran valor patrimonial de la ciudad de Cuenca, con el reto en todo momento de protegerlo a la vez que se potencia. Por ello, se preservará la antigua muralla sin actuar sobre ella y, con el fin de que el impacto visual sea mínimo, se soterrará lo máximo el trazado de las escaleras mecánicas y los ascensores bajo las zonas verdes existentes. Los revestimientos serán en tonos ocres para garantizar la integración arquitectónica y paisajística.
Martínez Guijarro ha resaltado que esta iniciativa tiene que servir para mejorar la accesibilidad de los vecinos al Casco pero también para hacerlo más atractivo con el fin de que vengan más conquenses a vivir a esta parte de la ciudad, beneficiando igualmente a los turistas que visiten Cuenca.
Para el responsable regional, este proyecto es fruto de "decisiones valientes" que se han tomado en esta legislatura para solucionar problemas "estructurales" que arrastra Cuenca desde hace decenas de años. Sobre esta cuestión, ha incidido en que esta valentía va a permitir "coser grietas históricas" de la ciudad: la unión de la parte baja y alta con estos remontes, así como la de las dos mitades de la capital con la integración de los terrenos de Renfe.
Por su parte, el alcalde, Darío Dolz, ha recordado durante la presentación del proyecto a Miguel Ángel Troitiño, que fue fundamental para que Cuenca fuera declarada Patrimonio de la Humanidad y que ya había planteado una iniciativa para mejorar la accesibilidad al Casco en la década de los noventa del siglo pasado.
