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Edificio Iberia

Un nuevo renacer para el icónico edificio Iberia

El estudio Mota & Vignolo lleva la dirección facultativa de las obras de rehabilitación cuya máxima es poner en valor el carácter patrimonial de la edificación
Fotos: Saúl García
15/07/2022 - Rubén M. Checa

Si hay un edificio en pleno centro urbano de Cuenca que nos transporta hasta principios de siglo XX, ese es el Edificio Iberia. Primero fue hotel, luego sede social de la extinta Caja Castilla-La Mancha, y después un edificio que ha estado sin uso concreto hasta este 2022. 

Obra del arquitecto Luis Sainz de Terreros, uno de los protagonistas del modernismo en la Gran Vía de Madrid con edificio icónicos como La Adriática junto a la plaza de Callao, abrió sus puertas en el año 1927, siendo casi el único reducto de esta etapa de la arquitectura que queda en la capital, por lo que se merece “el mayor de los mimos”. 

Así lo ponen de manifiesto Carmen Mota y Nacho Vignolo, ambos arquitectos del estudio de arquitectura Mota & Vignolo, en cuyas manos está ahora la dirección facultativa de la nueva reforma del inmueble que arrancó hace escasos días para adaptar el icónico inmueble de principios del siglo XX a los usos de principio del siglo XXI como futura delegación de la Junta de Comunidades en Cuenca. 

Aunque en un principio el estudio se centró casi exclusivamente en la eficiencia energética del inmueble, también se ha puesto el foco sobre algunas cuestiones patrimoniales durante el proceso de obra. 

De esta forma, Mota y Vignolo quieren recuperar la esencia del edificio original y sus diferentes transformaciones, respetar su identidad y valores arquitectónicos, y poner en valor el carácter patrimonial del inmueble, que es lo que va a ser representativo como sede del Gobierno regional. 

Todo esto lo conseguirán mediante la intervención para la puesta en valor de la fachada, el cuerpo de escaleras de la entrada principal y sus espacios interiores, reutilizando para ello elementos cuyo estado de conservación permite que sean reutilizados. 

“Se está valorando la reutilización de instalaciones que todavía funcionan adecuadamente para ser eficientes energéticamente mediante su recuperación, de esta forma no se tendría que producir más energía para cambiar algo no ha agotado su vida útil”, argumentan los arquitectos del estudio. 

“MIMAR” EL IBERIA

El proyecto original de reforma contempla la renovación prácticamente integral de todos los sistemas eléctricos, de iluminación, sanitarios, fontanería, aspectos de domótica, iluminación exterior, etcétera. Pero todo esto se llevará a cabo “mimando el edificio y dedicando a su valor patrimonial el mayor de los esfuerzos, para así mejorar las riquezas de este inmueble tan emblemático para la ciudad”. 

Para llevar a cabo esta tarea, el equipo que dirigen Mota y Vignolo está intentando recuperar esas primeras capas que tenía la fachada, reutilizar las carpinterías de madera y tratarlas para sacarles su esplendor, así como poner en valor todos los elementos que han supuesto la identidad del Edificio Iberia. 

“Tampoco se trata de recuperar íntegramente el edificio a su configuración original”, apuntan los directores facultativos de la obra, ya que están viendo “cómo integrar todos esos elementos nuevos que fueron objetos de reforma para ponerlos en consonancia”. Lo ejemplifican con unos falsos techos de madera que se fueron incorporando en 2002, en los que consideran necesario realizar un esfuerzo para su integración con el carácter histórico del edificio.

Todo ello en una actuación que se llevará a cabo desde el sótano del edificio a la planta baja con una sala de exposiciones que se verá ampliada y las 4 alturas restantes, en donde las dos primeras se destinarán a un uso ciudadano y, las dos últimas, serán la propia delegación de la Junta. 

JAVIER BERNALTE, EN EL EQUIPO

Para llevar a cabo esta rehabilitación, el equipo de Mota & Vignolo se ha reforzado con la incorporación del arquitecto Javier Bernalte, un profesional al que el estudio considera “una suerte” contar con él por su perfil de trabajo. 

Profesor en la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Castilla-La Mancha en Toledo, ha recibido dos menciones en la última bienal de arquitectura de España, y cuenta también con más menciones en otras bienales arquitectónicas del mundo como la de arquitectura veneciana, así como premios regionales. 

Suyas son las rehabilitaciones de varios edificios del campus toledano de la UCLM en la Fábrica de Armas, como la facultad de Enfermería y la escuela de Aeronáuticos, así como la Senda de las Moreras y el Edificio de Menores, todos ellos también en la capital regional. 

“Nos parecía que era una figura sustancial para enfrentarnos a esta obra porque él tiene una forma de hacer las cosas que nosotros apoyamos, que es prescindir de todo lo superfluo, de todo lo que pueda ser banal, e intentar que sea el edificio el protagonista y que la misión del arquitecto pase desapercibida, porque lo que se haya recuperado sea la personalidad del edificio y esa sea la que pese en el resultado final”, aseguran desde el estudio. 

Y es que todas las obras de Bernalte está dotadas de una austeridad, de una limpieza y una sensibilidad que, ojalá dentro de cuatro meses cuando acabe la rehabilitación, “también se plasme en la nueva imagen del edificio Iberia”, esperan desde el estudio. 

Por todo ello, desde el estudio conquense se enfrentan a una rehabilitación en la que van a jugar el papel de médicos para hacer una intervención respetuosa con el edificio y recuperar la esencia de lo que fue. Del mismo modo, que siga siendo la referencia del centro urbano de Cuenca como lo es, ya que “no hay conquense que no conozca el inmueble”. 

Una actuación que incluso respete a Fermín, uno de los fantasmas que, según la leyenda, se dice que habita el edificio. “Si después de tantos años vacío no le han echado, esperemos que la reforma no lo haga”, concluyen entre risas Carmen Mota y Nacho Vignolo.