Este sábado la Guardia Civil celebra la festividad de la Virgen del Pilar, su patrona, y lo hace con el orgullo de ser el cuerpo policial más antiguo de España, con 175 años trabajando por garantizar la seguridad de los ciudadanos de todo el país, abarcando también aquellas poblaciones de muy escaso número de habitantes que tanto abundan en Cuenca como consecuencia de la despoblación.
“Todo el mundo tiene el mismo derecho a ser atendido, también los ciudadanos de los núcleos de población más pequeños”, sostiene Antonio Benavente, primer teniente del cuerpo.
En su día a día, la Guardia Civil se ocupa de tareas preventivas y de seguridad a través de una docena de unidades especializadas en áreas concretas creadas a lo largo de sus 175 años de existencia, entre las que se encuentran algunas muy conocidas como la de atención a la naturaleza (Seprona), la de tráfico o el servicio de Policía Judicial. Pero la primera que se creó, coincidiendo con la constitución del cuerpo el 13 de mayo de 1844, es la de Seguridad Ciudadana, a través de la cual cada provincia dispone de una serie de patrullas que, distribuidas por demarcaciones, vigilan en coche, en moto y a pie el territorio con sus carreteras y sus núcleos poblacionales, sus viviendas y sus negocios, sus acontecimientos culturales o sus eventos deportivos.
“La presencia uniformada de la Guardia Civil, que da vueltas por toda la provincia, hace que la gente se sienta segura más allá de que Cuenca tampoco sea una provincia problemática. Además, cuando ha habido problemas, estos se han solventado”, considera Benavente.
En la demarcación de la Serranía, en torno a Villalba de la Sierra, en la unidad de Seguridad Ciudadana se hace mucho hincapié en el tema de la caza, muy arraigada en la zona. Se trata de velar por que se respete la normativa vigente tanto en su práctica como en las armas utilizadas para ello. A menudo se hacen así controles de armas.
A destacar asimismo las investigaciones que realizan para evitar la circulación y el consumo de drogas. Especial incidencia se hace en las entradas y salidas de aquellos pueblos en fiestas, también en la capital cuando se celebran San Julián y San Mateo. “Vigilamos los accesos para evitar que entren sustancias estupefacientes o armas”.
Ahora que arranca la temporada de setas, por estas fechas es también habitual la búsqueda de personas que se pierden.
LABOR HUMANITARIA
A estas y otras acciones hay que sumar la labor humanitaria que desarrolla esta unidad de la Guardia Civil, cuyos profesionales están presentes en accidentes, inundaciones o cualquier catástrofe que pueda acontecer para intentar ayudar a quienes más lo necesitan.
La unidad de Seguridad Ciudadana es así “la primera fuerza de reacción ante los problemas más cotidianos, pero a veces también más graves, que se pueden producir, donde evaluamos si nosotros mismos podemos asumir esa incidencia o hace falta que se encargue otra especialidad, según también su disponibilidad de apoyo”.
Hacia los profesionales que conforman este cuerpo de seguridad en Cuenca y esta unidad en concreto, Benavente solo tiene buenas palabras. “Hay mucha voluntad de servir. Si hay que quedarse más horas porque hay un asunto que resolver, nadie pone pegas, se resuelve y luego ya habrá recompensa, aunque la mayor recompensa es la satisfacción del deber cumplido, que es lo que nos mueve: hemos nacido para esto, ser guardias civiles es nuestra forma de vivir”.
Si hay así una fecha especial para estos profesionales dependientes de los ministerios de Interior y Defensa, esa es la del 12 de octubre, Día de la Hispanidad, “un día de hermandad en el que celebramos lo que somos, guardias civiles, de lo que estamos orgullosos”.
En señal de agradecimiento a su labor, es de prever que, como suele ser habitual, numerosos conquenses se acerquen este sábado a las inmediaciones del cuartel donde se celebará el tradicional desfile de reivindicación de este cuerpo “vertebrador del Estado” con 175 años de historia al servicio de una ciudadanía que sabe responderle con ánimos y aplausos.
