La segunda corrida de feria, la de rejones, con su saldo artístico de ¡nueve orejas y un rabo!, la podemos catalogar como la “novena sinfonía del rejoneo”, con triple salida a hombros de los tres caballeros en plaza, por orden de éxito artístico: Guillermo Hermoso de Mendoza (cuatro orejas), Diego Ventura (tres y rabo), y Rui Fernandes (dos orejas). Para valorar en su medida de festejo histórico por el número de apéndices cortados, tenemos que remontarnos a la feria de 2015 (hace ocho años), en la que se cortaron ¡diez orejas y un rabo!, repartidas entre Diego Ventura (cuatro y rabo), Sergio Galán (tres) y Leonardo Hernández (tres), con toros de Benítez Cubero. Corrida triunfal o triunfalista: he aquí la respuesta del público y del palco.
RUI FERNANDES
El portugués Rui Fernandes sacó partido a sus dos oponentes, de distinto juego. Abrió plaza “Linero”, de Benítez Cubero, que manseó en los inicios, buscando la querencia, hasta que el jinete lusitano, a lomos de “Bala”, le colocó el primer rejón de castigo. El toro acusó el castigo y se fue tras el corcel, recibiendo el segundo rejonazo. Rui se mostró sobrio en banderillas con “El Dorado”, colocando cinco palitroques, pues uno cayó a la arena. La labor fue a más, ahora montando a “Iceberg”, colocando las cortas, para acabar con el rejón de muerte. El puntillero levantó a “Linero”, pero enseguida claudicó el burel y una oreja logró en la petición del respetable.
En el cuarto, Rui Fernandes pedía el aplauso del público, entretenido con la merienda, la bota y el bote. El portugués tenía delante a un “Pollito” de 557 kilos, que acometía ante los cites del rejoneador, que colocó rejones de castigo a lomos de “Olimpo”, para seguir en el tercio de banderillas mostrando un toreo a caballo sin alharacas, entre quiebros y requiebros para ir banderilleando, acompasando los tiempos, sin lograr el embroque. Con “Estoque” y de nuevo “Iceberg” fue modelando su actuación, refrendada por otro rejón de muerte. Logró el premio de una oreja y en ese momento ya sabíamos que había tres puertas grandes… y se encendió la luz.
DIEGO VENTURA
Qué vamos a decir del líder del escalafón que no se sepa. Quizá apuntar que la de ayer domingo fue su undécima actuación en Cuenca, sumando 26 orejas y dos rabos. El segundo de la tarde atendía por “Báltico”, pero el toro de Pallares tenía enfrente un “brazo de mar” tal cual un centauro, llamado Diego, y por ventura un rejoneador que da espectáculo. Y así fue su primera faena ante un toro con movilidad al que Ventura le sacó todo el mejor partido, tanto en los rejones de castigo como en banderillas, logrando conectar con el público por su espectacular “arte del rejoneo”, en el que hubo algún desliz, pero sobre todo mucho arrojo, sobre todo cuando quitó del alazán la cabezada para banderillear de frente o al quiebro. Diego puso en pie los tendidos con su actuación, en algún momento de cara a la galería, en sus cites y desplantes, para lograr el refrendo con las cortas y el rejón de muerte. Los pañuelos flamearon los tendidos y el presidente se acordó que… hasta el rabo todo es toro. ¡Humm!
El quinto de la tarde, “Bonarillo” de nombre al igual que el tercero, levantó murmullos en cuanto se vio el peso en la pizarra del ruedo: ¡683!. Tal cual. Cuando salió al ruedo el zambombo de Pallarés, la exclamación de asombro fue general. ¡Arrea! Y ¡arre!, que el toro era un corredor de fondo. Aquí tuvo faena Ventura, tanto en los rejones de castigo como en banderillas, cambiando de caballos para ir domeñando y llevar a la cola del caballo al zambombo que daba juego. Colocó banderillas a dos manos, dos cortas al violín y de frente y clavar el rejón de muerte, pero “Bonarillo” no doblaba con sus 683 kilos y Ventura, que retiró a los auxiliadores, permaneció a caballo unos minutos hasta que llegó el aviso y se acostó. El puntillero fue eficaz y Ventura paseó otra oreja.
GUILLERMO HERMOSO DE MENDOZA
Si el año pasado abrió la puerta grande con dos orejas, este año se ha superado y Guillermo Hermoso de Mendoza ha logrado cuatro apéndices, tras una tarde redonda en el enfrentamiento particular de alto tronío entre Ventura y el, con su padre Pablo pendiente de todo desde el callejón. Con un rejoneo más sobrio y clásico, pero con aportaciones propias de joven maestro del también denominado arte de Marialva, Guillermo de Mendoza cuajó en la plaza de Cuenca dos actuaciones de mucha enjundia, quizá con menos espectacularidad, pero igualmente con mayor tronío, pues el navarro no sólo sigue los pasos del gran Pablo Hermoso, sino que despunta en suertes que él quiere incluir en su repertorio. Con caballos como “Ecuador” o “Basajaun” logró momentos relevantes en banderillas, de frente y al quiebro, ante “Bonarillo”, tercero de la tarde, que acompañó en la lidia de Guillermo, que culminó con “Esencia” en las cortas y las rosas. Eficaz con el rejón al segundo intento se ganó las dos orejas.
En el que cerró plaza, “Murteiro”, de 547 kilos, Guillermo ya fue aplaudido al comparecer en el ruedo. Volvió a estar lucido en los rejones de castigo para realizar una gran intervención en banderillas montando a “Estraño”. Le extrañó que la música no acompañase y pidió su participación. El toreo de Guillermo a caballo fue “in crescendo”, logrando la comunión de nuevo con el enfervorizado público, con grandes momentos sobre “Malbec” al son del pasodoble “Nerva”. Toreo sin alharacas, pero con eficacia y lucimiento para finalizar su intervención con las cortas y otro par a dos manos, entre el delirio general. Acabó su labor en el segundo intento de rejón de muerte y de nuevo los pañuelos afloraron para pedir el doble trofeo concedido.
Final feliz con los tres caballeros a hombros en esa “novena sinfonía” de las nueve orejas y el rabo, que no superan los datos de las diez y rabo de 2015. El futuro sigue siendo halagüeño y… hermoso, por ventura.
LA FICHA
Segunda corrida (de rejones) de la Feria de San Julián. Domingo, 27 de agosto de 2023. Presidió Javier Canales, asesorado por Miguel Tinajero y el veterinario José A. Mondéjar Donate.
Rui Fernandes (a la federica con casaca verde oliva), oreja y oreja.
Diego Ventura (chaquetilla burdeos), dos orejas y rabo y una oreja.
Guillermo Hermoso de Mendoza (chaquetilla gris perla), dos orejas y dos orejas.
Ganado: Se lidiaron cinco toros despuntados de Pallarés y uno (primero) de Benítez Cubero, que manseó. Bien presentados en general, pero con distinto juego. Aplaudidos en el arrastre segundo, tercero y quinto. Peso: 489, 446, 512, 557, 683 y 547 kilos.
Incidencias: Tarde fresquita y soleada. Tres cuartos de entrada, con el público entregado a los caballeros en plaza. Dos alguacilillos hicieron el despejo con cinco caballos sobre la arena. Prólogo ecuestre de los tres rejoneadores muy vistoso y aplaudido por el respetable, que en parte debe tener en cuenta que los auxiliadores están para hacer su labor y merecen un respeto. Un espectador se dirigió en el silencio de la suerte suprema al rejoneador Ventura y éste le respondió con un “baja tú”, con aplausos para el centauro. Colorido de las peñas mateas en la andanada del “5”. En el callejón se encontraba Pablo Hermoso, padre del actuante Guillermo, así como el ex rejoneador de Tarancón, Paco Benito.