Que las personas que tienen vivienda en el Casco Antiguo pero no son residentes en él no vayan a poder acreditar su vehículo para circular libremente por esta zona de la ciudad una vez que se ponga en marcha, muy próximamente a modo de pruebas, el sistema de lectores de matrícula, es uno de los reproches que la Asociación de Vecinos del Casco Antiguo le hace al Ayuntamiento sobre un proyecto que busca reducir la circulación en coche y fomentar el uso de los aparcamientos privados de pago.
“No es que estemos radicalmente en contra del proyecto, pero sí de que el control informático no contemple registrar a las personas que no viven aquí pero sí cuentan con una residencia, que de esta manera, cuando vengan, van a tener solo 30 minutos para circular por el Casco, lo que por ejemplo limitará su tiempo para descargar las maletas cada vez que vuelven a su casa del Casco”, señala, Gerardo Rubio, que desde la pasada semana vuelve a asumir la presidencia de la asociación de vecinos tras el fallecimiento, en diciembre, de Juan del Arce,
También, los vecinos denuncian que queden excluidos del sistema antiguos vecinos del Casco que ahora viven en otros barrios pero “siguen teniendo aquí el médico”. Y lo mismo les sucede a los vecinos que viven en el barrio del Castillo, zona no controlada por las cámaras, y que en ocasiones necesitan desplazarse en coche por la zona delimitada, entre el arco de Bezudo y el puente de la Trinidad, bien para realizar compras, llevar a sus hijos al colegio o ir al médico.
Del mismo modo, Rubio cree que el sistema puede ser perjudicial para los familiares o amigos que les visiten en su domicilio, que también verán su tiempo muy limitado para circular por el Casco y no podrán estacionar salvo en aparcamientos de pago o en el barrio del Castillo. “Entendemos que si nos visita un familiar debería tener permiso para aparcar cerca de nuestra puerta y bajar las maletas”.
Considera, asimismo, excesivo las cuantías de las multas que plantea el Ayuntamiento, de entre 100 y 200 euros por circular más de 30 minutos por el Casco, de 200 por aparcar mal y a partir de 200 por circular a más de 30 kilómetros por hora.
“Como empiecen a llegar turistas, entre los que suele haber gente muy despistada que sube muy lentamente con el coche, porque no conocen la zona y no saben muy bien dónde van, y les caigan multas de 200 euros, esto puede espantar al turismo”, advierte también Rubio.
Consideran que el control debería ir acompañado de un refuerzo de los autobusesBUENO SI BAJA EL TRÁFICO
Pese a estos inconvenientes, el nuevo presidente del Casco considera que el sistema de lectores puede ser positivo siempre y cuando sirva realmente para reducir el tráfico, que sobre todo los puentes y fines de semana hay momentos en que resulta excesivo.
Eso sí, considera que este sistema debería ir acompañado de un refuerzo de los autobuses, con vehículos “más pequeños y menos contaminantes, pero que puedan circular con una periodicidad de 10-15 minutos”.
Otra posibilidad, señala, sería fomentar el uso del taxi, pues “a grupos de cuatro personas les puede salir más barato que subir en autobús”.
También, considera que el Ayuntamiento debería negociar con los parkings privados para que estos ofertaran más plazas para los residentes. En este sentido, según Rubio se debería hacer un estudio de cuántos coches hay en el Casco y el número de plazas disponibles tanto al aire libre como a cubierto. “Pero parece que se van a poner las cámaras y esperar a ver qué pasa”, concluye el presidente vecinal.