La firma SEAT ha cumplido este mes nada más y nada menos que 70 años. Un aniversario en el que hemos querido rescatar las vivencias de una de las figuras más reconocibles de esta marca de origen nacional que pertenece ahora al grupo Volkswagen: el Seat 600.
Más allá de un simple automóvil, este icono de la automoción aún puede observarse por las carreteras de hoy día, y en Cuenca cuenta con un buen número de propietarios de estas piezas de coleccionista. Uno de ellos es Javier Ortega, gerente de Talleres Ortega, que guarda con mimo uno de los primeros modelos en llegar a Cuenca allá por 1970, un Seat 600 N, la primera de las series fabricadas.
"El coche lo compró mi padre allá por 1967 aproximadamente, y le costó unas 27.000 pesetas de la época, era de segunda mano obviamente, ya que el 600 entonces nuevo estaba alrededor de las 70.000 pesetas", nos comenta Javier, que disfrutó a los mandos de esta joya nada más obtuvo su carné de conducir.
"Si miras la matrícula, sabes que fue de los primeros coches de este tipo en llegar a Cuenca. Era la manera de moverse entonces, con el 600 ibas a todos lados, viajabas a Madrid, lo tuve hasta que cambié de coche, y lo he guardado hasta hoy, lleva casi dos décadas parado, pero gracias a amigos y demás me están convenciendo para restaurarlo", confiesa.
Basta con dar un vistazo para observar que este 600 aún guarda detalles originales: "Lo que más suele llamar la atención son las 'puertas suicidas' que se abren al revés de las que se ven actualmente, luego mantiene la misma pintura y detalles como las advertencias en el velocímetro, al ser un coche que no tenía contador de revoluciones del motor, te marcaba con puntos en rojo las velocidades ideales para meter segunda, tercera, etc. Por otro lado también le he añadido un toque personal", nos indica el dueño de este mítico coche señalando el escudo de la ciudad de Cuenca colocado en la parte trasera de su 600. A esto se le añaden la parrilla "bigotuda" junto a uno de los pocas pinceladas que han sido cambiadas por el tiempo, los faros auxiliares. "Los originales iban encima de las aletas, pero en este se los cambiamos justo debajo de los faros principales", explica Javier.
"Ahora puedes montarte un coche como estos prácticamente por piezas". Y es que la restauración de automóviles de otra época es un sector en auge. "Puedes conseguir desde piezas nuevas que sustituyen a las originales hasta recambios de entonces que te llegan hasta en su caja original de Seat de entonces, ¡pero a precio de oro!".
Junto a este 600 encontramos el de Anselmo Castillejo. Un modelo 600E restaurado siguiendo las líneas del vehículo original. Su hijo Pablo nos muestra cómo ha mantenido en perfecto estado desde la propia documentación del vehículo hasta los libros de advertencia y manejo que se proporcionaban con la compra del vehículo.
"En este caso, este lo compramos hará un par de años y sólo había pasado por un dueño. Estaba en un estado bastante pobre pero lo hemos restaurado hasta dejarlo impecable, de hecho el pasado año estuvo en la concentración de 'El Espíritu del Jarama' el pasado año y mi padre se mueve con el cada fin de semana. La gente te sigue mirando cuando vas por la calle en uno de estos, por su particularidad, el ser un coche tan pequeño, pero también por lo que representa, es todo un símbolo automovilístico".
Como estos, en Cuenca siguen rodando por sus calles un buen puñado de este emblemático coche que ahora se ha convertido en toda una pieza de coleccionista y que celebra junto a la marca que lo impulso en España un 70 aniversario marcado por la pandemia.