Si algo caracteriza a las fiestas de San Mateo es el colorido de los atuendos de las peñas. Cada una de ellas ha hecho de su logotipo, algunos con diseños muy trabajados, su seña de identidad.
Juanjo Dolz lleva más de 30 años materializando estos colores y estos distintivos en las prendas de los peñistas ya sean camisetas, pañuelos, o sudaderas. Lo hace desde ‘B52’, su taller de serigrafía ubicado en el centro de Chillarón, donde realiza todo el proceso completo y de forma artesanal. Así, se encarga realizar el trabajo creativo, emulsionar, preparar y quemar la malla, revelar; encintar, hacer el registro manteniendo la impresión en el mismo lugar y, por último, el tiraje.
Una minuciosa labor que garantiza la calidad en todo lo que hace y que supone muchas horas de trabajo.
Según explica, las peñas suelen hacer los encargos con poca antelación por lo que los pedidos se acumulan en las dos semanas previas a La Vaquilla. “Tengo muy poco tiempo, en una semana tengo que hacer unas 2.000 camisetas, más sudaderas y pañuelos”, señala Dolz.
La organización es clave para “no acabar loco”. “Sigo unas pautas muy claras, hasta que no termino con una peña no empiezo con la siguiente, si no no hay manera”.
Este año estampará los emblemas de unas catorce. Con algunas de ellas lleva trabajando desde el principio, como es el caso de la Orden del Temple, que este año cumple su 20 aniversario y vestirá un ‘uniforme’ especial, con dos colores por delante y dos por detrás. Terminar 150 camisetas le ha llevado a Juanjo dos días completos.
“La mayoría utiliza diseños muy naif y algunas de ellas se esmeran y nos traen cosas con mucha categoría”. Por ejemplo, cita el dibujo que elaboró El Chaflán en el pasado San Mateo a cinco o seis colores que representaba un toro con las Casas Colgadas dentro “y quedó precioso”. También menciona a ‘Nos sobra la vaca’ que suele hacer diseños distintos, ‘La vaca boluda’ o ‘La vaca chorra’, una de las de creación más reciente “pero con distintivos muy bonitos”.
Este artesano no descansa ningún día y trabaja hasta el último momento para que todo esté punto para el desfile “y para que no me pille el toro, nunca mejor dicho”. En estas tres décadas no han faltado anécdotas. Alguna vez, dice, ha entregado las camisetas media hora antes de que los peñistas iniciaran la marcha hasta la Plaza Mayor “pero nunca ninguna se ha quedado sin salir por mi culpa, me preocupo como si cada una de ellas fuera la mía”, asegura.
Este artesano reivindica que se haga coincidir siempre La Vaquilla con el fin de semana ya que cuando cae en días de diario, como este 2018, estos pequeños negocios se ven muy afectadosSu pericia profesional y el carácter artesanal dan como resultado algo único, que no pueden emular las máquinas industriales. “Ninguna de mis camisetas es igual, aunque parezca a simple vista que lo son, cada una tiene su toque”, recalca.
Además, Dolz no permite que ninguna estampación salga torcida o con algún pequeño defecto. “Si esto ocurre empiezo otra vez, para esto soy muy paranoico, me gusta ver que lo que he hecho está bien y que todo queda perfecto”.
Conseguir estos impecables acabados y la durabilidad de sus tintas es su forma de luchar contra otros negocios que pueden ser más baratos. Son cada vez más las peñas que lo valoran y optan por estos talleres tradicionales.
Finalmente, hace una reivindicación: que hagan coincidir siempre las fiestas con el fin de semana como ocurre en otros lugares de España. “Cuando cae entre semana, como es el caso de este año, a todos los comercios relacionados con San Mateo nos perjudica mucho. En mi taller el volumen de facturación ha bajado más de un 30 por ciento, ya que hay muy pocos peñistas”.