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Las Navidades en blanco y negro a las que ponía color Vidal Acebrón

A través de RNE en Cuenca, organizaba la “Caravana de la Alegría” y la “Subasta de música” pro campaña de Navidad y presentaba festivales navideños
Las Navidades en blanco y negro a las que ponía color Vidal Acebrón
01/01/2025 - José Vicente Ávila

La llegada de cada Navidad evoca recuerdos de antaño y ogaño, que se entremezclan en las vivencias de cada persona, pues como dice el viejo aforismo, cada uno cuenta la feria según le va en ella, y en esta feria de pascua florida (Natividad y Reyes) que se conmemora en poco más de dos semanas, entre las vísperas del sorteo de la Lotería, el importado Papa Noel, la Nochebuena, la Nochevieja y los Reyes, las experiencias vividas refuerzan los lazos entre los seres queridos “que vuelven a casa por Navidad”, aunque no falte el contraste de opiniones en la mesa familiar que sólo apacigua la bandeja de los turrones.

Con recuerdos y añoranzas navideñas en Cuenca, de aquellos niños y niñas que hoy son bisabue@s y abuel@s, evocamos las Navidades en blanco y negro de la década de los 50 y 60, que no son comparables con la explosión de luz y color de la iluminación de las calles en el tiempo de Adviento de mediados del Siglo XX y el cuarto de siglo que vamos a estrenar en el nuevo 2025. Bombillitas del anuncio Osram que anunciaba “más luz” se alineaban en tiras de lucecitas esquina a esquina en aquellas oscuras noches de frío y nieve.

En los años que van desde 1950 a 1960, la radio era la gran protagonista en Cuenca y su provincia, pues la televisión llegaría a finales de esa década y con pocos aparatos en la ciudad. En el Quiosco del Parque de San Julián se montaba un belén viviente y algunos nacimientos se veían en escaparates, pues hasta 1961 no llegaría ese Belén anual y popular de las grandes figuras en la Plaza de la Hispanidad.

 

SUBASTAS NAVIDEÑAS EN LA RADIO

La Navidad estaba en la radio, en la emisora de Radio Nacional de España en Cuenca, en un cuarto piso de la calle Sánchez Vera. Desde allí se emitía la “Caravana de la alegría” y la “Subasta de música”, con el fin de recaudar fondos para la Campaña de Navidad y de manera especial para el Asilo de Ancianos Desamparados, sito en la Plaza de la Merced, actual Museo de las Ciencias. En aquel locutorio estaban cada noche de diciembre el colaborador radiofónico Vidal Acebrón Pérez, junto a los hermanos Álvarez Chirveches, Enrique y Martín, a los que se sumarían los jóvenes locutores Luis Calvo, Rafael Núñez y Palmira Sánchez.

La radio catalizaba la vida conquense junto al bisemanario “Ofensiva”, que se hacía eco de la amplia lista de donativos para la campaña de Navidad. Recogemos por ejemplo la noticia del 27 de diciembre de 1957 en la que se titula que “77.332 pesetas se han recaudado en la Subasta de Música” de Radio Nacional de España en Cuenca, aparte de las aportaciones de “patatas, judías, dulces, garbanzos, tabaco, chocolate, pollos, un pavo, conejos, ropa, tortas de alajú, harina, jabón y otros utensilios de limpieza para la casa”.

Vidal Acebrón, que hacía un programa infantil con Luis Calvo, era la voz de la subasta e informaba que “de los últimos discos subastados, el titulado “Noche de paz” fue adjudicado a un anónimo de Madrid por 3.750 pesetas. Pero tanto el disco como la caja sorpresa fueron donados por esa persona a la emisora, que hizo de nuevo una subasta y el lote fue adquirido por José Saiz Guijarro, el médico de Alconchel de la Estrella, por 2.000 pesetas. Y por el disco “El buey y la mula” la empresa “Bodegas Murguer” donó 600 pesetas y cinco garrafas de vino de diferentes clases.

Además de la subasta de discos, también se ofertaban productos que donaban los comercios y cada año, una hermosa zambomba que elaboraban los componentes de la famosa “Parranda del Orfeón Benéfico” de la Casa de Beneficencia, beneficiaria igualmente, como el Asilo de Ancianos, de los donativos de alimentos y juguetes.

Había una gran relación entre los periodistas de la radio y del periódico hasta el punto de que en la víspera de la Nochevieja de 1957 los redactores y locutores de RNE en Cuenca visitaron los talleres del periódico en el edificio de Caballer para ver cómo se imprimía el periódico y el extraordinario de fin de año de “Ofensiva”, con entrevistas de Luis Calvo a sus compañeros y trabajadores del periódico, emitidas por la noche. Vidal Acebrón, colaborador de RNE, era además publicista y comercial, amén de dibujante, publicando sus trabajos en la prensa y, sobre todo, en los programas que él mismo editaba sobre las fiestas de San Julián y la Semana Santa.

FESTIVALES Y VILLANCICOS

En aquellos años de la década de los cincuenta eran habituales estas veladas artístico-musicales, tanto en el Cine España como en el Cine-Xúcar, recién inaugurado, o en el Cine-Club Palafox, donde el Seminario de los Padres Paúles celebró diversos festivales, dado el buen hacer del Coro dirigido por el padre Alcácer, natural de Aldaya, que llegó a Cuenca en 1952 y dejó una gran obra musical, destacando sus famosos “villancicos conquenses armonizados”, que presentó en Cuenca el 5 de enero de 1957 coincidiendo con la Cabalgata de Reyes.

En las Navidades de 1954, hace 70 años, se celebró en el Cine España, con un lleno absoluto, un festival artístico organizado por el Grupo de Caridad de los barrios de “La Guindalera” y “Buenavista”, que fue presentado precisamente por Vidal Acebrón, con su acostumbrada salutación, para que “resultase simpatiquísimo”. Por el escenario fueron desfilando la “Orquesta de Cabañas” con tres interpretaciones; “la gentil danzarina Mary Carmen Suay, que hizo gala de su arte en sus dos interpretaciones”; Eduardo Palomares, que hizo las delicias del público con sus poemas humorísticos, especialmente con “Romance en fa”, y el aplauso general para María Eugenia Jiménez, Lourdes Herraiz y Mary Sol Pérez, en sus respectivos bailes. Destaca “Ofensiva” que la gran ovación de la noche la cosechó María Ángeles Clemente “con sus bailes gitanos”.

Vidal Acebrón, presentó después a Pili Álvarez con su canción “La violeta” y a Goyita de Lerma con canciones de copla, cerrando el apartado de canto con la potente voz de Ángel Mayordomo, con tres interpretaciones, entre ellas “Granada”. Se cerró el festival con la actuación del coro de los padres Paúles, dirigido por el musicólogo padre Alcácer, que entusiasmó al público con “La barcarola” y “Villancico andaluz”. Una velada musical navideña con interpretación al piano del organista de la Catedral, Miguel Martínez Millán y la profesora Isabel Díaz, que resultó todo un éxito, y una buena recaudación destinada especialmente para los más necesitados en los días navideños.

También en las Navidades de 1955 se celebró un gran festival organizado por RNE para agradecer a las entidades y personas su colaboración con el programa “Subasta de música” que realizaba Vidal Acebrón. Previamente, el director de la emisora, Enrique Álvarez Chirveches y Acebrón Pérez se reunieron con el gobernador civil y el obispo para entregar la recaudación de 25.000 pesetas de la subasta. 

En el acto celebrado en el Cine Xúcar, intervinieron el coro y la rondalla del Seminario, las bailarinas María Luisa Sánchez, María Asunción Ruiz  y  Marisa Jiménez; los cantantes Ángel Mayordomo y Encarnación Martínez; un trío de concertistas con armónicas; la pianista Elvirita Evangelio y la simpática pareja de “Imágenes en la radio”, Maruli y Alberto. Concluía el periódico señalando que “este festival navideño fue presentado por el locutor Vidal Acebrón y fue uno de los más brillantes celebrados hasta la fecha”.

(Esta vez hemos querido recordar la figura de este inquieto locutor y publicista, que tanto hizo por fomentar las tradiciones y costumbres de Cuenca, como lo fue Vidal Acebrón Pérez. Su último programa de ferias lo editó en 1970, con el epígrafe de Publicidad Vidal, en camino de Cañete, pues falleció en accidente de tráfico el 8 de marzo de 1971. Para él y su familia nuestro recuerdo en los días navideños en los que tanto se prodigó en favor de los pobres y necesitados).

También en aquellas fechas, del 19 al 22 de diciembre de 1956, el Cuadro de Teatro del Instituto “Alfonso VIII” representó “El cartero del Rey”, de Tagore, con la dirección de la profesora de Literatura Mercedes Serrano. Se destacaba en la prensa la actuación de los jóvenes actores María Luisa Rojas (Sada, la poesía misma) y Antonio Escutia (Amal, el angélico sin alas), además de otros intérpretes como Emilio Cotillas y Pedro Guijarro, destacando el juego de luces en el escenario. El broche lo ponía Mary del Olmo al piano, con dos sonatas de Beethoven y las habilidades y simpatía de los jóvenes alumnos José Cerrada y Miguel Zapata para rifar los regalos de las casas comerciales.

LA INOCENTADA DEL CIRCO

En la prensa se iba publicando la relación de personas que ofrecían su donativo para la campaña de Navidad; la programación de RNE; el movimiento demográfico, los atendidos en la Casa de Socorro, las farmacias de guardia y, ojo al dato, los estancos de servicio, dos por día, sitos en Calderón de la Barca, la Ventilla, Plaza Mayor, Sánchez Vera y Puerta de Valencia.

No faltaba la costumbre de la inocentada en la prensa cuando el periódico aparecía el 28 de diciembre, que no era frecuente hasta que no fue diario a partir de 1957. Así el día de los Inocentes de 1958, el redactor Eduardo Bort Carbó, que firmaba con su nombre sus artículos de “Perfil del día”, anunciaba que “Por fin llegó el circo”. Recordaba que el Circo de Casartelli era famoso mundialmente y escribía: “El circo ha llegado esta madrugada. Lleva trece camiones con material y artistas. Lentamente, ha ascendido la caravana por la calle que conduce a la Plaza Mayor. Quieren lograr un espectáculo digno y han buscado este escenario de nuestra mejor plaza para presentarlo en Cuenca”.

Añadía: “Claro, todo esto ha suscitado inconvenientes, comentarios y opiniones. El autobús, ¿dónde dará la vuelta? ¿Habrá seguridad en las jaulas de las fieras? ¿Dónde colocarán los elefantes? Estas preguntas son el tema general, el comentario del día allá arriba. Sin contar con la otra noticia: que los circenses compran gatos, perros, etc., para dar de comer a los leones, leopardos, tigres y panteras, por poco dinero. De forma que no han olvidado nada”.

Para dar más credibilidad a la noticia decía: “Uno, que vive por allá arriba y que llega a casa de madrugada, ha tenido ocasión de hablar con Casartelli. Montarán hoy el circo, que no es muy grande, y cabe perfectamente en la Plaza. Repartirán la propaganda, tras los oportunos permisos… Como hoy no será posible armar todos los tablados, solamente funcionará el parque de fieras, que se podrá visitar por una módica entrada”.

“¡Ya era hora!, --concluía Eduardo— de que se acordase de nosotros alguna firma de esta categoría. Hoy, a ver a las fieras. Y cuando el Circo esté montado y funcione, a divertirnos. ¡Qué remedio queda!”. En la siguiente edición, Eduardo aclaraba que “lo del circo era una inocentada”, aunque “un amigo mío de verdad se ha enfadado conmigo porque subió con su esposa y sus chicos a la Plaza Mayor…”. Otro amigo le mandó una caja que al abrirla iba en tres cajas más con envolturas y en la última apareció un ratón… Eduardo se juró no hacer más inocentadas…

PETICIONES A LOS REYES MAGOS

Por aquellos años no se hablaba de Papá Noel ni mucho menos. En la víspera de los Reyes Magos del 5 de enero de 1955, cinco niñas conquenses respondían a las preguntas del maestro y periodista Andrés Gallardo --firmaba sus textos sobre la provincia como “Don Fernandico”--, que titulaba su artículo como “Repóquer de inocencia”. Las niñas eran Marisa Rojas, Maricarmen Suay, Mary Blanca Vila, Matilde Torallas y Mary Paz Sabau. 

El reportero Gallardo escribe lo que las niñas le piden a los Magos de Oriente, que según ellas llegan a Cuenca camino de Barcelona: “Marisa un llorón, un rosario misionero y un portaminas; Maricarmen dos tomos de cuentos y lo que quieran; Mary Paz un muñeco de goma; Matilde alegra sus ojos claros al enumerar: un Jesusín, unas zapatillas, un diábolo y un juego de lavar; Mary Blanca termina: una Gisela. Todas añaden que los Magos les traen todo lo que les piden, menos Mary Blanca que, a veces, recibe otras cosas”.

Las niñas recuerdan regalos de otros años como una casa de muñecas o una Gisela. Gallardo les pregunta si saben lo que los Reyes les traen a sus papás. “Al mío un llavero y un encendedor; al mío colonia, al mío discos, al mío un llavero y un tazón y al mío unos zapatos”, responden a coro. “Sólo de comprobar las caras de ilusión merece la pena ver a  estas niñas que esperan sus regalos en la noche de Reyes. Repóquer de inocencia”.

En aquellos años de la década de los 50-60 varias cabalgatas recorrían la ciudad entre los días 5 y 6 de enero, la del Frente de Juventudes en colaboración con el Ayuntamiento, con visitas obligatorias a la Casa de Beneficencia y al Asilo de Ancianos (Plaza de la Merced), los repartos de juguetes en Previsión y Sindicatos, y la Caravana de la Alegría de RNE, organizada por el programa “Imágenes en la radio” con Vidal Acebrón, Martín Álvarez Chirveches, Luis Calvo, que iba encabezada por unos borriquillos donados para el Asilo, amén de escuadras motorizadas, camiones de peñas taurinas y casas comerciales, grupos de jotas y banda de cornetas y tambores al son de “La doble águila”. 

 

6 DE ENERO: LA ESTATUA DE HURTADO DE MENDOZA

Precisamente el día 6 de enero de 1957, y por un solo día (de diez de la mañana a seis de la tarde), fue expuesta en la sala de entrada de las Escuelas Aguirre la estatua en figura mitral de Hurtado de Mendoza, realizada por el escultor de Gascueña, Fausto Culebras, en colaboración con el escultor de Pajaroncillo, Leonardo Martínez Bueno, con destino para la ciudad de Cuenca del Ecuador donde se encuentra. Al día siguiente la estatua del monumento a Hurtado de Mendoza, que medía cuatro metros de altura, fue trasladada a Madrid para su bronceado. Fausto Culebras falleció en Cuenca del Ecuador en 1959, cuando estaba trabajando para la colocación del monumento a Hurtado de Mendoza.

 

1960: SUBIDA A LA TORRE DE MANGANA

Nada nuevo hay bajo el sol. Ahora que es noticia que en pocas semanas se pueda acceder al interior de la Torre de Mangana en 2025, resulta que hace 64 años ya subieron a la Torre unos privilegiados. El 5 de enero de 1960 publicaba “Dardo” (Eduardo Bort) en el periódico conquense que “el domingo (3 de enero) hubo visitas de excepción. Algunas personas visitaron la Torre de Mangana, pero por dentro y por arriba, que es como se debe de ver. Aseguraron que desde allí el paisaje es maravilloso y que toda la ciudad visible aparece con singular belleza. Será cuestión de probar. Y no estaría de más contar con esta costumbre en lo sucesivo para ofrecerla a los visitantes, aunque alguien que viva por los alrededores se encargase de guardar la llave. ¿Por qué no en el Ayuntamiento?, donde sin duda, ya está desde siempre”.

Parece escrito ayer y han pasado 64 años. Será una de las novedades turísticas en Cuenca de este Nuevo Año 2025. Y como se solía entonar por entonces, “la Nochebuena se viene, la Nochebuena se va y nosotros nos iremos y no “guerveremos” más”. ¡Ea!