Sergio ha conocido a sus abuelos y el resto de la familia por videollamada. El bebé remoloneó un poco en el vientre de su mamá, Mabel, y vino a este mundo cinco días después de la fecha de nacimiento prevista, como si quisiera retrasar un poco su venida a este planeta patas arriba por la Covid-19. Pero el milagro de la vida se hace paso aún en medio del caos y el domingo 5 de abril nacía en el hospital 'Virgen de la Luz' de Cuenca un niño completamente sano.
El pequeño es uno de los bebés que ha nacido en medio de una pandemia que tiene en jaque a medio planeta. En el hospital conquense han venido al mundo 57 niños en todo el mes de marzo, muchos de ellos ya en pleno confinamiento.
En los días previos al nacimiento, el mayor miedo de Mabel era que su pareja, Sergio, no pudiera acompañarla durante el parto. “Es lo que más me preocupaba”, recuerda. Por lo demás, asegura que, dentro de las circunstancias, iban relativamente “tranquilos” porque la matrona había intentado transmitirles calma en todo momento en las jornadas anteriores al parto.
Mabel, de 34 años, cuenta que varias amigas suyas tenían conocidas que habían dado a luz en plena cuarentena sin ningún problema, y eso también la había tranquilizado un poco.
Fuentes del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam) confirman que la pareja puede estar presente en el parto, siempre y cuando no sea positivo en Covid-19 o haya sospecha de esta enfermedad. Dentro de las medidas especiales por la emergencia sanitaria, las consultas de Obstetricia y Monitorización Fetal, que estaban en el Policlínico del hospital Virgen de la Luz, ya se trasladaron a finales de marzo al Centro de Especialidades de Cuenca, en el barrio de Villa Román.
Aunque Sergio al final no pudo estar en el parto porque hubo que hacer cesárea pero sí pudo acompañar a Mabel durante todas las horas previas al nacimiento en la sala de dilatación.
“En la planta de Maternidad no hay problemas. Está todo muy controlado”, asegura la joven, que dio a luz con mascarilla. “El personal se portó fenomenal, con mucha paciencia”, añade.
Los nuevos papás estuvieron solos y no han tenido que compartir habitación hasta el último día que pasaron en el hospital, el martes, cuando ingresó otra mujer.
“Es que hubo de repente un baby boom y algunas tuvieron que compartir habitación”, relata. “Ahora ya parece que se han relajado los partos”, explica.
Normalmente, si todo va bien, en caso de cesárea se suele dar el alta a la mamá y al bebé a los tres días pero en las circunstancias actuales, las familias se van para casa a las 48 horas para evitar cualquier riesgo de propagación.
Así que el martes ya les habían dado el alta y se fueron para su casa, en Cuenca capital. A estas alturas, Mabel y Sergio, padres primerizos, deberían estar dando los primeros paseos con su bebé en busca de los rayos del sol. Pero, como todos, están en casa confinados para prevenir contagios por este coronavirus y ni pueden contar con la ayuda de nadie en estos días.
"Es un poco difícil estar viviendo esto solos mi pareja y yo, no poder hacer cosas habituales como ir a ver a la familia o salir a pasear con el niño”El resto de la familia todavía no conoce a Sergio en persona y han tenido que tirar de fotografías y de videollamadas para presentarlo. La única que ha podido verlo, desde el rellano y guardando las distancias, ha sido la abuela materna, que les hizo la compra el miércoles y se la llevó a casa.
“Sergio es muy tranquilo. Hemos tenido mucha suerte. Nos está ayudando a llevar la situación", subraya. No obstante, añade que las circunstancias se hacen "un poco cuesta arriba" para unos padres primerizos que no pueden contar con la ayuda de ningún familiar en estos primeros momentos tras la salida del hospital. "Es un poco difícil estar viviendo esto solos mi pareja y yo, no poder hacer cosas habituales como ir a ver a la familia o salir a pasear con el niño”, reconoce.
Mabel tiene cita este lunes en su centro de salud para que le quiten los puntos. Y el martes, tendrán que hacer con Sergio lo más parecido a una ‘excursión’ en estas circunstancias para ir al pediatra a la primera revisión.
Ya habrá tiempo para besos. Seguro que los familiares de Sergio están guardando bien todos los que no han podido dar en estos días para que no se pierdan y, el día que la Covid-19 lo permita, repartirlos a diestro y siniestro y fundirse todos en un gran abrazo.