La música y el arte son los grandes olvidados en el mundo de la enseñanza, por ello Blanca Pinedo ha decidido sembrar el ‘gusanillo musical’ en niños y niñas de hasta siete años. Graduada en Enfermería, con un máster en Musicoterapia y con una amplia trayectoria como profesora de Música y Movimiento, esta conquense de 30 años dejó atrás su ajetreada vida en Madrid para regresar a sus orígenes: Cuenca.
Este proyecto que nació con talleres puntuales en Navidad o en periodos vacacionales despertó la curiosidad de todos los que participaron. Gracias a la gran acogida que tuvo y a las colaboraciones con ‘Mamá a contramarcha’ o ‘Mamá Pato’ ha conseguido sacar adelante este proyecto emprendedor que cuenta ya con cuatro grupos semanales de diferentes rangos de edad.
Sorprende que algo que nos rodea desde las dieciséis semanas de vida, cómo es la percepción de sonidos y por tanto de música, sea tan ignorado. Blanca imparte talleres de estimulación prenatal a embarazadas, en los que las madres “reconocen sentir emoción y una fuerte conexión con el bebé”, comenta. Un ejercicio que se convierte en relajante y estimulante a la vez.
Con los bebés de 8 a 36 meses crea sesiones divertidas con canciones que requieren de utensilios cotidianos como vasos, pañuelos o cucharas, con el propósito de mantener la atención de los pequeños. “La sopa del bebé” es una de las melodías que más gustan y además “enseña hábitos de comida saludable desde tan temprana edad”, explica Blanca Pinedo.
Estas clases a las que acuden en compañía de sus padres favorecen la estimulación musical temprana, la capacidad de comunicación y además los alumnos aprenden a interpretar ritmos, melodías y coreografías mientras que utilizan instrumentos como maracas, huevos de percusión o panderetas. “Hago muchas actividades que inculcan valores y otras enseñanzas como aprender los números o los colores, pero siempre bajo el hilo conductor de la música”, dice. Esto aumenta su expresividad y capacidad de comunicación.
Con los niños de 3 y 4 años procura provocar un acercamiento a la música clásica y que, a través del juego, conozcan compositores como Beethoven o Chopin. “Se trata de que aprendan de forma divertida”, explica. Además, empiezan a conocer algunas figuras musicales y “los padres se sorprenden al ver que sus hijos conocen 3 símbolos en apenas dos meses”, remarca.
La música y el arte son igual de importantes que otras actividades
RETOS
Para 2020 planea aumentar sus clases con una nueva colaboración en ‘Despierta Cuenca’ con dos grupos de 3 a 5 años y de 5 a 7 años. Aprenderán conceptos más complicados como las notas del pentagrama o ritmos corporales. “Venir a estas clases no es venir a la ludoteca. Muchos padres me dicen que mis clases no son comparables a fútbol o a natación y me gustaría dejar claro que la música y el arte son igual de importantes que otras actividades”, sostiene.
MUJERES QUE MUEVEN CUENCA
Con la música como motor de este proyecto, Blanca ha decidido unirse al proyecto ‘Mujeres que mueven Cuenca’ porque “siempre he creído en Cuenca, me encanta mi ciudad y creo que hay que darle una oportunidad. Me encantaría que mis hijos crecieran aquí”. Con el propósito de demostrar que Cuenca no se muere, Blanca repite que hay que remar en la misma dirección para demostrar a todos aquellos que anhelan la ciudad que existen motivos para regresar y quedarse en nuestra ciudad.
Esta emprendedora, que en la actualidad estudia Magisterio de Educación Infantil en la Universidad de Castilla-La Manca, planea abrir su propio local para el próximo curso, con más variedad de horarios y más grupos; todo un ejemplo de que las mujeres sí que mueven Cuenca.