El Gobierno regional quiere convertir el Museo de Paleontología de Castilla-La Mancha en un espacio de referencia para todos aquellos investigadores que quieran presentar sus hallazgos científicos, según ha señalado hoy la directora provincial de Educación, Cultura y Deporte, Mª Ángeles Martínez, durante la presentación del trabajo publicado este miércoles en la revista PLOSONE sobre los coprolitos (heces fosilizadas) del Cretácico Inferior del yacimiento conquense de Las Hoyas, que ha sido realizado por investigadores del Área de Biología-Paleontología de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM).
Martinez ha afirmado que el MUPA “está a disposición de todos aquellos investigadores que quieran dar a conocer los resultados de sus estudios, pues es voluntad del Gobierno regional hacer de este Museo un reclamo turístico importante para Cuenca, pero también seguir desarrollando su dimensión científica, que se verá reforzada también por el futuro Centro de Investigación paleontológica que la Junta quiere impulsar junto a la Fundación UNED”.
En cuando al estudio presentado hoy, ha asegurado que “es una muestra más de la riqueza patrimonial que atesoran los yacimientos paleontológicos de la provincia de Cuenca” y ha señalado que el Gobierno regional “seguirá trabajando para ponerlos en valor”.
Los coprolitos de Las Hoyas
La doctora en Paleontología y directora del yacimiento de las Hoyas, Ángela Delgado Buscalioni, y la investigadora Sandra Barrios han sido las encargadas de presentar este trabajo en el que se han catalogado más de 1.500 ejemplares de coprolitos, constituyendo este conjunto uno de los registros mejor documentados y completos del mundo referidos a un humedal continental del Cretácico Inferior.
Según han explicado, se han caracterizado hasta 12 tipos diferentes de coprolitos atendiendo a su morfología y se ha elaborado una clave dicotómica para precisar sus formas, la geometría de sus extremos y su simetría. Gracias a ello se ha podido llegar a algunas conclusiones. La primera de ellas es que las heces fósiles permiten proponer diferentes tipos de estrategias alimenticias. Así, se sugiere que hace 126 millones de años se podría distinguir entre procesos digestivos menos eficaces y/o contenidos ácido-enzimáticos poco agresivos y estrategias digestivas más eficaces que darían lugar a heces en las que apenas aparecen inclusiones óseas. De este modo, esta publicación aporta una primera evidencia para valorar, según la muestra estudiada, que los procesos digestivos menos eficaces eran dominantes en este ecosistema.
Estos fósiles se han estudiado con técnicas no destructivas. Así, en primera instancia se analizó la composición química de la matriz mediante análisis EDX, observando que se compone principalmente de fosfato cálcico, lo cual indicaría que los productores de estos coprolitos eran carnívoros, en parte debido a la descomposición del apatito que forma parte de los huesos. Según sus formas, y en ocasiones también por su contenido, se puede afirmar que los productores de ciertos coprolitos eran depredadores de vertebrados, pues una buena parte de estos icnofósiles contienen pequeños fragmentos óseos. Es más, gran parte de los huesos incluidos en los coprolitos son de peces, por lo que se puede asegurar que los productores eran mayoritariamente ictiófagos. Esto quiere decir que los depredadores que produjeron estas masas fecales pudieron haber sido otros peces, cocodrilos, salamandras, e incluso tortugas.
Por otra parte, el estudio ahonda en por qué los coprolitos son tan abundantes en el yacimiento de Las Hoyas. En este sentido, las investigadoras han indicado que la preservación en este yacimiento se asocia a la presencia de tapetes microbianos, capaces de proteger los restos y favorecer la fosilización. Al estimar la abundancia relativa de coprolitos en las capas de sedimento asociadas a los períodos de mayor crecimiento de los tapetes microbianos, el porcentaje de coprolitos en estos es hasta veinte veces mayor que en aquellos periodos con menor desarrollo o incluso sin estos tapetes microbianos.