DIPUTACIÓN TU COMIDA EN CASA
Es noticia en Cuenca: Juzgados
MUSEO DE LAS CIENCIAS
Igualdad laboral

Mujeres en profesiones tradicionalmente masculinizadas

Hablamos con tres profesionales del sector medioambiental de los retos de la mujer en la lucha por hacer visible y normalizar el trabajo femenino
Mujeres en profesiones tradicionalmente masculinizadas
De izquierda a derecha, Rocío Hurtado, Susana Caballero y Silvia Gómez. //Foto: Saúl García
16/03/2023 - Rubén M. Checa

Profesiones técnicas en el campo o en el medio medio ambiente son algunas de las que tradicionalmente han estado masculinizadas. Con el paso de los años, las mujeres han ido abriéndose camino poco a poco y en la actualidad ya es habitual encontrase a féminas en cualquier puesto o ámbito. Desde peones y técnicas de campo hasta bomberas forestales y gerentes de empresas del sector. Una realidad que llega tras muchos años en los que la presencia de la mujer ha supuesto un porcentaje mínimo.

Trasladar a las próximas generaciones de trabajadoras y trabajadores las dificultades del pasado, la situación actual y los retos de futuro, es el objetivo que ha llevado a tres de estas mujeres empleadas en el sector medio ambiental a participar en una mesa redonda organizada por el IES Alfonso VIII de la capital para abordar este tema.

Ellas son Rocío Hurtado, actual técnico de campo en Idea Medioambiental; Susana Caballero, que en la actualidad es peón en el Albergue de Animales y Silvia Gómez, bombera forestal en la empresa pública Geacam. Quisieron poner el foco en el sector del medio ambiente, que tradicionalmente no ha estado muy visible y se ha querido trasladar a las adolescentes de hoy en día que cada vez hay más mujeres en sector masculinizados y el papel femenino tiene más presencia. 

Pero para llegar hasta aquí, ellas tres han pasado por tiempos difíciles sólo por querer dedicarse a la que ha sido su pasión desde pequeñas. Silvia, que lleva más de una década en Geacam, nota cómo desde su entrada en el cuerpo la presencia de mujeres se ha ido incrementando. En su cuadrilla de invierno, de 15 integrantes, son tres mujeres, y además en los puestos directivos y técnicos también va aumentando la presencia femenina. 

Rocío también asegura que la presencia femenina ha tenido menos visibilidad y que ahora, en su departamento, la mujer ya representa el 25% de la plantilla. “Ya se está empezando a notar el camino que llevamos andado”, explica. 

Aunque Susana comparte su trabajo diario con un compañero y tiene una situación tranquila, tuvo una etapa profesional de cuatro años como encargada de una piscifactoría en donde “lo pasó mal”. “Por arriba y por abajo todo hombres, machismo a tope, y no veían nada bien que una mujer de 30 años fuera la jefa”. 

Situaciones pasadas, en las que reconocen las tres, se han tenido que enfrentar a perlas lingüísticas como “marimacho”, “bollera”, “lo que te falta es un marido” o “a ver si te hacen un par de hijos” que, aunque intentaran hacer oídos sordos les afectaba al ánimo. “Hasta hace unos años el machismo era más o menos constante, por ser mujer tenías que demostrar el doble que un hombre, tu valía”, explican, aunque eso es ya pasado. 

Porque con el transcurso de los años, ese lenguaje soez y esta situación se ha normalizado, y pueden ejercer sus profesiones con más tolerancia en empresas y en el sector,  sin discriminaciones de género por ejercer su labor. 

¿Cómo podría mejorar aún más la situación? Las tres coinciden en que, para que la situación siga normalizándose, se debería visibilizar más, hacerlo más normal, y sobre todo seguir organizando mesas redondas para abordar el tema.

 Rocío, cuenta que cuando decidíió estudiar ingeniería técnica forestal no tenía ningún referente de mujer ingeniera, por lo que considera  importante que se vea, que se normalice”, apunta.

Silvia también ve importante el apoyo por parte de las administraciones, sobre todo en situaciones de maternidad, para que así las mujeres no tengan que dejar de lado su ámbito laboral. 

 Susana, Rocío y Silvia les dicen a las chicas “que no se echen atrás en ningún momento”: “si les gusta cortar un pino, llevar un tractor o el monte... cualquier cosa la pueden hacer, que no piensen que estarán solas, y ahora mucho menos, y que no dejen que nadie les corte las alas porque, aunque ya se ha avanzado muchísimo, queda camino, y tienen que seguir tirando hacia adelante”.