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Seguridad

La mujer gana peso en la plantilla del Cuerpo Nacional de Policía

Su presencia es aún escasa, del 14%, pero en la última promoción alcanzaron el 25% y se prevé que su número siga en aumento
La mujer gana peso en la plantilla  del Cuerpo Nacional de Policía
09/02/2020 - Gorka Díez

Hay profesiones que tradicionalmente han estado asociadas a los hombres, como es el caso de la de policía nacional. Algo lógico si se tiene en cuenta que las mujeres tuvieron que esperar 155 años para poder acceder a este cuerpo de seguridad del Estado creado en 1824 por el rey Fernando VII con el nombre de Policía General del Reino.

No fue hasta 1979, ya con la democracia, cuando las puertas de la Policía Nacional se abrieron a las mujeres, una decisión pionera en su momento, que de hecho llegó nueve años antes de la incorporación de la mujer a la Guardia Civil, y que ha sido celebrada estos días con motivo del 196 aniversario de la constitución de la Policía Nacional.

Cuarenta años después, ya se puede decir que las mujeres están plenamente integradas en las plantillas. Acceden por oposición, de la misma manera que los hombres solo que con unas pruebas físicas de acorde a su capacidad, desempeñan las mismas funciones y reciben idéntico salario. Aunque los datos demuestran que todavía son clara minoría: apenas el 14 por ciento del total. Un porcentaje que no obstante aumenta cada año, como muestra el hecho de que ellas representaran el 25 por ciento de la última promoción de agentes incorporados al servicio. “Somos minoría porque la mujer no pudo acceder a la Policía Nacional hasta mucho más tarde, pero, aunque no se va igualando en número, cada vez van entrando más”, señala la subinspectora y delegada de Participación Ciudadana Consuelo Martínez Sahuquillo, quien además percibe que entre las chicas que cursan los últimos años de instituto hay muchas interesadas en ser policía. “Así nos lo transmiten las alumnas de Bachillerato en las jornadas de puertas abiertas que mantenemos en institutos: muchas quieren ser policías y tienen previsto prepararse las oposiciones. Vamos evolucionando”.

La de policía es una profesión atractiva porque permite trabajar al servicio de la sociedad. Y ofrece estabilidad laboral. El comisario-jefe de la Comisaría Provincial en Cuenca, Manuel Laguna, destaca además la promoción que de este cuerpo de seguridad han hecho las películas y series de televisión con policías como protagonistas. “Han dado una imagen de que somos otros ciudadanos más y que estamos para ayudar y proteger al los ciudadanos, siempre próximos a ellos”. Aunque entiende que, para querer ejercerla, sea uno hombre o mujer, es imprescindible la vocación, “como en el sacerdocio”.

"En los institutos muchas chicas nos dicen que quieren ser policías y tienen previsto prepararse las oposiciones: vamos evolucionando"

Violencia de género

La presencia de mujeres en la Policía Nacional destaca al frente de la Unidad de Familia y Mujer (UFAM), que atiende los casos de violencia de género, donde representan al 70 por ciento de la plantilla. Al ser un servicio dirigido a mujeres sobre una problemática tan delicada las usuarias pueden sentirse más próximas a una policía mujer.

Se trata además de un servicio que cada vez tiene más trabajo en unos años en los que la lucha contra la violencia doméstica está a la orden del día y cada vez son más las mujeres que se animan a dar el paso de denunciar. Los policías tienen asimismo capacidad de intervenir de oficio si saben de un posible caso de maltrato por familiares o vecinos de la presunta víctima.

Claro que son muchas más las unidades existentes en la Policía Nacional que cuentan con mujeres entre sus efectivos. En la Comisaría General de Policía Científica, que cumple ahora 25 años, rondan el 40 por ciento. Y crece su presencia en las llamadas Unidades de Intervención Policial, cuyos profesionales tratan de garantizar la seguridad ciudadana patrullando las calles o atendiendo las llamadas de emergencia los ciudadanos. “El 80 por ciento de los temas que tratamos son humanitarios: alguien que se cae en la calle, que se ha pasado de copas, una discusión entre vecinos, un intento de suicidio…”, explica Laguna sobre las labores que hombres y mujeres del cuerpo realizan cotidianamente.

También ha habido mujeres policía que han participado en grandes operaciones desarrolladas el pasado año en la provincia como la liberación de mujeres explotadas sexualmente en clubes de la denominada “ruta del amor” o en la desarticulación, en Huélamo, de una red de tráfico de drogas en la que se incautaron más de 3.000 kilos de marihuana.

A ello hay que añadir su participación en encuentros con colectivos como asociaciones de vecinos con el fin de conocer de primera mano los “problemas e inseguridades” de los barrios o las labores preventivas y de concienciación sobre cuestiones como la violencia de género, los riesgos de internet, la drogadicción o la prevención del alcohol y otros tóxicos. Encuentros dirigidos a todo tipo de públicos que ponen su atención en aquellos colectivos más vulnerables como niños, adolescentes y mayores. “Para el ciberacoso la clave está en la educación y la formación en los colegios. Allí les pedimos a los niños que tengan cuidado con las fotos que suben a Facebook o que sepan que hay gente que puede tener perfiles falsos”, sostiene Laguna.

Ventas por internet

El auge de internet hace muy necesario que los profesionales estén atentos a cuanto acontece en la red. Por ejemplo, se han disparado las denuncias por compras online cuyo producto se paga pero no llega al domicilio. “Si las ventas por internet aumentan cada año un 30 por ciento, las denuncias igual, ya sea por causas fortuitas o por estafas”.

En aras de evitar incidencias, en la Policía Nacional han puesto en marcha campañas de concienciación para que los bancos activen el llamado “doble código”, consistente en el envío de una clave al móvil de la persona que quiere hacer una adquisición por internet. El problema, cuenta Laguna, es que “hay muchas compras que se realizan fuera de la Unión Europea y entonces hay menos garantías de que lleguen, no porque alguien nos quiera estafar, sino porque muchas veces las cosas se quedan en las aduanas. Nosotros lo que recomendamos es comprar siempre en direcciones seguras e incluir un seguro de compra por si el producto no llega”.

A todo esto hay que añadir la constante vigilancia de los agentes de la Policía Nacional ante la amenaza del terrorismo yihadista, “que da la impresión de que irá a más”, ante lo que los hombres y mujeres del cuerpo deben extremar las medidas de seguridad, sobre todo cuando se producen aglomeraciones de gente. “Cuenca es una ciudad tranquila, pero hay que estar en alerta por si a alguien se le cruzan los cables”. Nunca hay prevención que sobre.