El Ayuntamiento de Cuenca espera que el memorial en recuerdo de los conquenses que fueron deportados a los campos de concentración nazis pueda estar ya instalado dentro de un par de semanas. El lugar escogido para su ubicación es el Paseo del Huécar, en concreto, el jardín que hay justo antes de la subida al Teatro Auditorio José Luis Perales, según ha confirmado a Las Noticias de Cuenca el concejal de Cultura, Patrimonio Histórico y Turismo, Miguel Ángel Valero.
El homenaje al centenar de personas de la provincia de Cuenca que sufrieron el horror nazi consistirá en un monolito con unas dimensiones de 1,75 metros de altura por un metro de anchura, culminando en la parte superior con una pequeña pirámide.
Según precisa el edil, el monolito, que se está ultimando actualmente, está realizado en piedra caliza de tonos rojizos procedente de La Serranía conquense. En los lados del pedestal, se sobrepondrán placas de mármol negro en la que se grabarán con láser los nombres de los 99 conquenses que estuvieron en distintos campos de concentración: 65 víctimas, dos desaparecidos y 32 supervivientes.
Listado
El Consistorio de Cuenca ha trabajado en este proyecto de la mano de la asociación sociocultural La Gavilla Verde –con base en el municipio conquense de Santa Cruz de Moya y que se dedica principalmente a la recuperación de la memoria del movimiento guerrillero– y de la investigadora Ana Esteban. En estos momentos se está terminando de cotejar el listado inicial de deportados que se pasó al Ayuntamiento.
De hecho, Valero precisa que desde que se inició este proyecto hasta la fecha, se ha conocido el nombre de otras dos personas que estuvieron en los campos de concentración.
Cabe recordar que esta iniciativa parte de una moción que fue presentada por Cuenca, En Marcha! en el Pleno de septiembre de 2019 y que fue respaldada por el Grupo Municipal Socialista, frente a la abstención de Ciudadanos, el rechazo del PP y la ausencia en el debate de Cuenca Nos Une, que, como suele hacer, abandona la sesión cuando se abordan asuntos ideológicos o que no tienen que ver con la ciudad.
Para Valero, con esta especie de obelisco cuadrangular se rinde homenaje a las personas que fueron torturadas y/o perdieron la vida por sus ideales que no fueron otros que la lucha por la libertad. “Después de una condena física, fueron condenados al ostracismo, que es lo que más duele”, considera el concejal, que recuerda que muchos desaparecieron y ha costado mucho conocer sus nombres y su suerte.
“Estamos muy contentos. Es un orgullo y una cuestión de justicia”, añade Valero, que también pone en valor que se ha colaborado de manera constructiva con asociaciones como La Gavilla Verde, además de con otras personas expertas. En este sentido, cuenta que hay colectivos de la ciudad francesa de Burdeos que quieren visitar esta instalación, que estará situada en las inmediaciones de la placa que hay en el Paseo del Huécar en memoria de las jóvenes Laura y Marina, que fueron asesinadas por Sergio Morate.