Los broncos tambores de Las Turbas han resonado desde los balcones este plomizo Viernes Santo en Cuenca, igual que el miserere, mezclados con sirenas de ambulancias, bomberos y Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en la ciudad, que sigue luchando contra la pandemia del coronavirus.
Al mediodía, el miserere ha vuelto a sonar en el reloj de la Torre de Mangana e instantes después, una decena de ambulancias del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam), bomberos y Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado se han concentrado frente a la iglesia de San Felipe Neri, donde ha sonado de nuevo ese miserere.
A pie, algunos sanitarios y profesionales públicos, con mascarillas y paraguas; en balcones, terrazas y ventanas, conquenses y turbos, algunos entre lágrimas, con sus tambores desempleados y lazos enlutados.
La caravana de la esperanza que estos días recorre la ciudad de Cuenca a las 20.00 horas también ha hecho resonar sus sirenas en la Plaza Mayor de Cuenca, donde cada Viernes Santo y cada Semana de Pasión llegan las hermandades que componen los desfiles nazarenos.
Han hecho parada además en la Puerta de Valencia y han recorrido el parque de San Julián.