Mimar el belén de la Hispanidad para que cada año luzca radiante
Uno de los belenes más arraigados en la Navidad de Cuenca es el que el Ayuntamiento instala cada año en la plaza de la Hispanidad. Está compuesto por unas 30 figuras, una veintena de casas y otros elementos, así como adornos florales naturales.
Para que cada mes de diciembre este nacimiento luzca de manera excepcional, diferentes trabajadores municipales redoblan esfuerzos estos días para que así sea. Por ejemplo, el servicio de obras almacena las diferentes casetas, molinos o el portal de Belén, mientras que los trabajadores de Parques y Jardines se encargan de las flores.
Pero si hay un trabajo que logra dar ese brillo a las figuras del nacimiento, ese es el que realizan César Pérez, técnico de Festejos y Lola Rodríguez, auxiliar administrativa del área de Festejos, Juventud y Participación Ciudadana. Ellos son los encargados durante todo el año de custodiar el misterio, los pastores o los Reyes Magos en las dependencias del Centro Joven, y los días previos a la inauguración del mismo, se encargan de restaurar cada pieza para que cada conquense las vea en todo su esplendor estos días.
Según relatan Pérez y Rodríguez, como las figuras están a la intemperie, no se libran de sufrir los efectos del hielo, la lluvia y el frío, y de ahí que sean constante las grietas o desgastes de pintura de muchas figuras que componen el belén. La gran mayoría tienen unos 50 años, y están elaboradas con elementos como escayola. Las figuras adquiridas más recientemente están elaboradas en resina, por lo que no sufren tantas grietas. Además, el transporte desde la plaza de la Hispanidad hasta el Centro Joven provoca que muchas veces se rompan las figuras porque, por ejemplo, la base de cada camello de los Reyes Magos es de cemento, un elemento muy pesado.
Todo este trabajo lo hacen de forma altruista en medio de su quehacer diario, porque no entra entre las tareas que tienen a su cargo. De ahí que el concejal de Festejos, Alberto Castellano, solo tenga palabras de agradecimiento hacia ellos por llevar a cabo la restauración de las piezas de manera extraordinaria a su trabajo.
“Hacen algo que es beneficioso para la ciudad porque cada año los vecinos y vecinas demandan ver este belén municipal”, recalca el concejal.
REEMPLAZO
Lamentablemente, no hay año que los vándalos de la ciudad no hagan de las suyas robando o rompiendo alguna de las figuras que componen el pesebre. De ahí que este año haya cuatro figuras del Niño Jesús y dos reemplazos de la Virgen María, San José, el buey y la mula. Estas figuras las adquieren en la tienda de Castillo en bruto, por lo que también las pintan y decoran para que cada conquense pueda disfrutar del belén municipal a todo color.
Para intentar capturar a quien haya vandalizado el nacimiento, este año el Ayuntamiento está enfocando esta zona con la cámara de tráfico ubicada en Carretería, para intentar así dar con los delincuentes.
Aún así, Castellano hace un llamamiento a la responsabilidad porque la ciudad “es de todos” y lo que le roben o destruyan, “lo pagamos también entre todos”. “Seguro que nadie en su casa quiere romper o robar sus propias figuras”, sentencia el concejal.
Por las manos de César y Lola no solo pasan las figuras del belén de la plaza de la Hispanidad, sino que también se encargaron recientemente de restaurar los gigantes y cabezudos de forma altruista para que los conquenses podamos disfrutar de ellos cada vez que salen a la calle. “Nos da pena que las figuras salgan en mal estado”, concluyen los trabajadores municipales.