Los datos epidemiológicos de la provincia de Cuenca en las dos últimas semanas son preocupantes y las residencias universitarias están en el punto de mira a nivel nacional, pero ¿qué sucede en las de la capital conquense?
En concreto, para el curso 2020/21 se han ofertado 486 plazas en total, de las que 198 pertenecen a la Residencia Universitaria ‘Alonso de Ojeda, 103 a ‘Bartolomé Cossio’ y 185 a ‘Juan Giménez de Aguilar’. Las dos primeras cuentan con habitaciones individuales y dobles de las que cada una ha dejado libre un dormitorio para aislar a alumnos positivos. Por su parte, ‘Juan Giménez de Aguilar’ oferta pisos de 6 y 4 plazas, y se ha dejado libre un apartamento de dos dormitorios.
Grandes comunidades de estudiantes que según indica Ricardo Cuevas, director general de Universidades, Investigación e Innovación de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, están sujetas a una guía viva de recomendaciones y protocolos que varía según la incidencia de la pandemia y también al reglamento interno propio de cada centro.
En este sentido, la directora de Residencias Universitarias en Cuenca, Cristina Castillo, confirma a Las Noticias que, de media entre las tres residencias, un 15% de residentes ha pasado el coronavirus desde que arrancó el curso el pasado 7 de septiembre.
Contagios que se han producido tras la asistencia a reuniones en pisos de estudiantes, botellones en parques y fiestas en locales de ocio nocturno de la capital que en las últimas semanas han promocionado los denominados ‘tardeos’, modificando su horario para mantener sus puertas abiertas pese a las restricciones horarias implantadas por las autoridades sanitarias.
Además, el incumplimiento de las normas ha tenido consecuencias. En total, se han tramitado 30 partes de amonestación que corresponden a faltas leves, mientras que se han interpuesto 5 expulsiones temporales identificadas como faltas graves. Sanciones comunicadas tras detectar reuniones de siete personas o más sin mascarillas en habitaciones dobles, donde solo pueden entrar la pareja de estudiantes convivientes. Además, también encontraron a personas fumando, algo que ya estaba prohibido antes de los cambios propuestos por la situación sanitaria en el régimen interno de normas.
Además, al cierre de esta edición, Cristina Castillo confirma que hay 5 personas confinadas pendientes de recibir el alta en los próximos días.
PETICIONES DE SALIDA
En la última semana, a través de redes sociales, un grupo de estudiantes ha mostrado su interés por salir de la residencia ‘Alonso de Ojeda’. Al respecto, Castillo indica que 3 jóvenes han redactado su petición formal mientras que en total son dos grupos de 5 personas que “desean alquilar un piso”. En cuanto a los motivos, “se han dado cuenta de que es posible que enlacen varios confinamientos y aquí se sigue la cuarentena tal y como nos indica Sanidad, no tienen la misma libertad que, por ejemplo, en una vivienda”.
Ante estas peticiones se han propuesto soluciones y desde la dirección han intentado “buscar sustitutos para las plazas que podrían quedar vacantes”, sin embargo el curso está avanzado y es difícil encontrar interesados. El problema deriva en la obligación de pagar el 50% de las tasas a pesar de abandonar la residencia ya que los estudiantes renuncian a la plaza que les fue adjudicada. “En otros cursos ha habido gente que se ha marchado por enfermedad e igualmente ha tenido que hacerse cargo de los gastos”, concluye Castillo.
Fiestas y novatadas en exterioresLas novatadas al inicio del curso son habituales año tras año a pesar de estar prohibidas en todas las residencias universitarias, aunque al realizarse fuera de las instalaciones desde la Dirección “no podemos evitarlas a pesar de tener constancia de las mismas”, explica la directora de las tres residencias universitarias conquenses, Cristina Castillo.
Sin embargo, los jóvenes han optado por trasladar las tradicionales novatadas de la Plaza de España o del Parque de Los Moralejos hasta aguas abajo del Polideportivo El Sargal, “porque así evitan ser vistos”, recalca.
Además, tienen constancia, “porque dentro de la residencia todo se sabe”, de la organización en masa de los residentes para conseguir asistir a grandes fiestas en “conocidos locales de ocio nocturno de la ciudad y pisos de antiguos residentes durante la semana del 8 de octubre”.
Por último, la limitación de circulación de personas en horario nocturno es una nueva barrera que ha conseguido frenar, en parte, las reuniones sociales de estudiantes universitarios en las residencias, puesto que deben volver al centro antes de las 00:00 horas.