“Se reciben felicitaciones de lo limpia que está la ciudad”. Estas son unas palabras pronunciadas este miércoles por el alcalde de Cuenca, Ángel Mariscal, tras la firma del contrato con la nueva adjudicataria del servicio de limpieza, Fomento de Construcciones y Contratas (FCC), que gestionará este servicio durante los próximos diez años.
Se trata de unas palabras que chocan con la percepción que de la ciudad tienen los tres grupos políticos en la oposición, que si algo precisamente han reprochado durante estos tres primeros años de legislatura al equipo municipal es lo sucia que a su entender se encuentra la ciudad, y de igual modo con la opinión de no pocas asociaciones vecinales, empezando por la del barrio de La Paz, cuyos vecinos se movilizaron recientemente, y siguiendo por las de Casablanca, Casco Antiguo, Tiradores, Villa Román o Fuente del Oro.
“La ciudad está bien y lo que queremos es tenerla mejor”, añadía Mariscal al presentar una nueva gestión que, entre otras cosas, renovará todos los contenedores, papeleras y vehículos y ampliará la plantilla en unas diez personas.
Poco antes, eso sí, el primer edil reconocía haber recibido quejas por parte de distintos ciudadanos sobre la limpieza de la ciudad, unos “problemas” que a su entender son fruto del recorte de once operarios de limpieza que según sus datos tuvo lugar en la pasada legislatura.
