El alcalde de Cuenca, Ángel Mariscal, ha anunciado este lunes la “inminente” puesta en servicio de un autobús lanzadera que unirá la zona centro de la ciudad con el barrio del Castillo, con parada intermedia en la Plaza Mayor. En principio, funcionará durante los fines de semana desde el viernes por la tarde y en los festivos nacionales cuando, habitualmente, se incrementa la afluencia de turistas.
En declaraciones a los medios de comunicación durante el acto de presentación de dos nuevos autobuses que se incorporarán a la flota del servicio de transporte urbano, Mariscal ha agregado que el consistorio se encuentra “trabajando ahora en ver cómo hacer para que no sea gravoso tampoco para la ciudad”.
El autobús lanzadera saldría del centro de la ciudad con el fin de que, “cualquier persona que tenga un billete de ese día o su abono, pueda subir al barrio del Castillo”, ha resuelto para, a continuación subrayar que, en un principio, hay sobre la mesa una oferta de horario de quince horas, “desde el viernes por la tarde a las seis o las siete, hasta la media noche y sábado y domingo unas quince horas, desde las diez de la mañana a la medianoche”.
Tras admitir que el Ayuntamiento lleva “dos años para poner en orden el contrato”, después de que se hayan llevado a cabo modificaciones “que no se habían hecho con los informes y la transparencia que se requiere”, ha avanzado que el nuevo contrato está “bastante bien atado”, a falta de que el consistorio comunique al contratista las “necesidades” que tiene la ciudad y reciba una oferta de coste del servicio.
En este punto, el regidor ha recordado que se va a “aprovechar” la implantación del nuevo sistema de regulación de acceso al Casco Antiguo para poner en marcha este autobús lanzadera, ya que dicha implantación es una “causa objetiva” que permitirá la modificación del contrato necesaria para ello y obligará a “potenciar el transporte público”.
De momento, el equipo de Gobierno municipal está analizando presupuestos para la puesta en marcha del servicio y estudiando su “organización, si se necesita algún autobús nuevo, algún conductor también”, para, a continuación, licitarlo y llevar a pleno la mejora prevista, “lo que lleva su tiempo”, ha espetado Mariscal, declinando fijar una fecha concreta “porque está costando mucho tiempo y mucho esfuerzo también el arreglar lo que nos habían dejado”.
Control de accesos
Con respecto al sistema para controlar el acceso al Casco Antiguo, Mariscal ha vuelto a pedir a la oposición “no solo responsabilidad, sino que ofrezcan alternativas”. “No tienen ninguna”, ha incidido, recordando que los técnicos continúan estudiando las alegaciones al proyecto de obras, aunque “no se han presentado tampoco muchas y van a buen ritmo”.
En este punto, ha destacado que “en cuanto” concluyan esta fase del proceso, se podrán admitir aquellas “que son lógicas, ideas que se nos pueden escapar al equipo de Gobierno y a los técnicos”.
Una vez analizadas dichas propuestas, el sistema entrará en funcionamiento “inmediatamente, con un periodo de pruebas” que puede prolongarse “dos o tres meses para ir corrigiendo fallos o enviando cartas”.
A su juicio, “no hay otra alternativa a los problemas de saturación que tiene el Casco Antiguo y es necesario tomar medidas, porque lo pide la ciudadanía”, pero siempre tratando de “compaginar los intereses de todos los colectivos y del resto de la ciudad, porque es un tema en el que está implicada toda la ciudad”.
“La idea es”, ha abundado, “que, antes de entrar al Puente de la Trinidad, haya información de las plazas de aparcamiento que hay libres en el Castillo o los parkings de San Pedro y Alfonso VIII y si hay saturación de tráfico” mediante la instalación de un “sistema inteligente que va a permitir que se pongan señales polivalentes y que permite ir creciendo”.
