Este año se cumplirán tres décadas desde que la Alta Velocidad se implantara en España con la línea entre Madrid y Sevilla. Desde entonces, el AVE ha llegado a numerosas ciudades y han sido millones de personas las que han viajado en esta red de trenes que hoy ha vuelto a marcar un nuevo hito histórico con la incorporación del corredor Madrid-Cuenca- Valencia a la alta velocidad de bajo coste.
A los mandos de la máquina de este primer tren que Renfe comercializa con la marca Avlo está Miguel Crevillet, para quien este día también marca un antes y un después. Y es que después de 44 años como maquinista, diez en las grandes líneas, este ha sido su último viaje como conductor ferroviario.
“Me hace mucha ilusión”, señala ante los medios de comunicación que se han dado cita en la presentación de este nuevo servicio entre Madrid y Valencia, con parada en Cuenca, que arranca el próximo lunes con el bagaje de 100.000 billetes vendidos.
“Es el colofón a una carrera profesional que comencé en el 78”, añade Crevillet, quien destaca las ventajas del nuevo servicio Avlo, un tren igual de rápido que el AVE pero mucho más económico.
“El tren circula a 300 kilómetros por hora. Desde el centro de Madrid al centro de Valencia hay un recorrido de una hora y cuarenta minutos minutos. Tanto por precio como por tiempo de viaje es un transporte que no tiene competencia ni con el avión ni con el coche”, indica.
Por todo ello, este experimentado maquinista considera que el Avlo de Renfe es una apuesta segura por la movilidad en la franja de entre los 300 y 600 km por hora.
Con todo, muestra su satisfacción por terminar su carrera profesional inaugurando el nuevo servicio “con un trabajo bien hecho, como he hecho todos estos años”.
Y desde luego lo culminaba así. Tanto en el trayecto de ida como en el de vuelta, el Avlo ha cumplido con los tiempos.
Tras la presentación oficial que ha tenido lugar en la Estación Joaquín Sorolla de Valencia ante más de 40 medios de comunicación que se han dado cita en este primer viaje de prueba, el Avlo empleaba 45 minutos para llegar a Cuenca y seguir trayecto a Madrid, otros 55 minutos hasta culminar el primer viaje de un nuevo servicio que Renfe ya vaticina que tendrá una gran acogida.