El sector de la hostelería de Cuenca no ha recibido de buen grado el plan de desescalada anunciado por el Gobierno, en el que se contempla, si la evolución de la pandemia lo permite, la posible reapertura de las terrazas a partir del 11 de mayo al tercio de su aforo y en la misma proporción sus locales a partir del 26. Algo que está generando malestar en el sector porque consideran que el Ejecutivo de Sánchez pretende que la hostelería reanude su actividad en unas condiciones inasumibles e inadecuadas.
De hecho, el presidente de la Agrupación Provincial de Hostelería y Turismo de Cuenca, José Manuel Abascal, no ha dudado en calificar estas medidas de “inviables” para el sector, tanto económicamente como técnicamente, porque “no se puede pretender que un bar o un restaurante reabra sus puertas con un tercio de aforo, cuando muchos de esos establecimientos no tienen más de cuatro o cinco mesas, por lo que poco podrán vender en esas condiciones y, menos, cubrir gastos”.
No es de extrañar, por lo tanto, que los hosteleros conquenses tilden de “sinsentido” esta desescalada, tal y como la ha planteado el Ejecutivo central, puesto que, en opinión de Abascal, “no tiene ninguna lógica, por ejemplo, dejar abrir los hoteles en mayo cuando, sin embargo, no habrá libertad de circulación entre provincias hasta el mes de junio”.
Contradicciones que no dejan de defraudar al sector, que se siente ninguneado y apartado en la planificación de esta desescalada, al tiempo que les hace pensar en que “estas medidas sean, mas bien, un globo sonda para comprobar la reacción del sector y de los ciudadanos y, a raíz de ahí, revisarlas en estos días hasta que llegue el momento de su aplicación; otra cosa no tiene sentido”, señala Abascal.
PROPUESTAS
Pero lo que sí tienen muy claro los hosteleros es que ésta no es la mejor manera de que el sector regrese a la actividad. “Deberíamos de comenzar a trabajar con unos mínimos lógicos y, desde luego, ese tercio del aforo no lo es”, apunta Abascal.
Creen que es indispensable que la administración, tanto a nivel nacional como regional, provincial y local, se vuelque con el sector para ayudarle a esa deseada reactivación con ciertas garantías, ya que, tal y como recalca, “no podemos olvidar que la hostelería y el turismo suponen el 20% del Producto Interior Bruto de este país, sin dejar a un lado la importancia estratégica que tienen en provincias como Cuenca”.
Y es que, en su opinión, es momento de que las administraciones estén ahí, articulando las medidas económicas necesarias no solo en la transición, sino también durante los meses posteriores hasta que la actividad del sector retome el ritmo, si no el habitual, al menos, el más parecido al de antes de la crisis sanitaria.
Medidas tales como, por ejemplo, la flexibilización de los conocidos ERTEs permitiendo que los trabajadores se vayan incorporando a la empresa de manera paulatina, la rebaja del IVA al 4% que incite al ciudadano a viajar y consumir en los próximos meses o la reducción de la presión tributaria en los municipios, con la rebaja de impuestos, como el IBI, o de otros gravámenes como la tasa de basuras, etc.
Ayudar, en definitiva, al sector a recuperarse, porque, sin duda, esta crisis sanitaria está haciendo mucho daño a todo el tejido empresarial, que a priori va a tener muy difícil y complicada su total recuperación económica.