Cuando se cumplen tan solo ocho días de la muerte del empresario Ángel Redondo Rodríguez, fundador de la empresa Mármoles Redondo, el empresariado conquense ha perdido a otro de sus nombres ilustres, Bernardino Moya Rubio, que ha fallecido este sábado por la mañana a los 97 años de edad. Sus restos mortales se encuentran en el tanatorio Ronda Alameda y el funeral está previsto para el domingo, a las 10 de la mañana, en la iglesia parroquial de San Esteban Protomártir, de la capital.
Natural de La Alberca de Záncara, casado y con cinco hijos, este destacado empresario fue todo un referente emprendedor dentro del mundo de la maquinaria agrícola en la provincia de Cuenca, especialmente con la marca John Deere, que le llevó a ser reconocido en 2014 con la Medalla de Oro de la Cámara de Comercio de Cuenca por “su contribución al desarrollo y bienestar de nuestra provincia a lo largo de su extraordinaria, a la vez que dilatada trayectoria empresarial”.
Asimismo, además de ser miembro fundador de la Asociación de Empresarios de Cuenca, estuvo muy ligado desde 1976 a la Cámara de Comercio, formando parte de sus órganos de gobierno, entre ellos como presidente de la Comisión de Formación de la institución cameral.
Aunque en sus inicios fue funcionario en el Servicio Nacional del Trigo con destino tanto en la capital como en diferentes municipios de la provincia, en 1958 pidió la excedencia y comenzó a trabajar en el concesionario en Cuenca y Tarancón de la marca de maquinaria agrícola Lanz. En 1987 creó la empresa Bermoya S.A, y en 1994, AutoBermoya S.A. para la venta y reparación de automóviles como concesionario para Cuenca y provincia de las marcas Chrysler y Jeep.
Desde estas líneas, transmitir nuestras condolencias a familiares y amigos de este insigne empresario conquense, que, sin duda, gracias a su trabajo y dedicación, dejó su nombre grabado en la historia más reciente del empresariado de esta provincia.
