Se intentó, pero no pudo ser. Las sagrádas imágenes del Santo Entierro empezaron su recorrido por la Catedral conquense para intentar salir a una Plaza Mayor abarrotada pero la lluvia, al principio muy tímida, se ha ido intensificando, de modo que las hermandades han decidido suspender la procesión y que el desfile regresara al templo conquense en el momento en el que la Cruz Desnuda apenas había llegado a los Arcos del Ayuntamiento. Una nueva noticia triste para Cuenca en este Viernes Santo tan pasado por agua.
El cortejo ha partido desde la Catedral de la capital conquense pasadas las 21.30 horas, algo después de la hora prevista tras aplicar el protocolo de lluvia y dar una segunda oportunidad a esta procesión, muy concurrida por los fieles, que han cubierto de paraguas oscuros la Plaza Mayor.
Entre plásticos que resguardaban las imágenes y, capuz y capuz, ha salido el primero de los pasos, la Cruz Desnuda de Jerusalén, que ha permanecido durante varios minutos bajo los Arcos del Ayuntamiento, aunque ha tenido que darse la vuelta minutos después y volver al templo.
Allí, autoridades civiles y militares, junto al clero, han acompañado a las imágenes, en un ambiente de tristeza y silencio solo roto por las marchas que ha tocado la Banda de Música de Cuenca.
