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Semana Santa 2019

El mal tiempo pasa factura a hoteles y restaurantes

Numerosos clientes han cancelado sus reservas de alojamiento y otros han acortado su estancia
El mal tiempo pasa factura a hoteles y restaurantes
Foto: Saúl García
21/04/2019 - Dolo Cambronero

La lluvia que no terminaba de llegar este invierno ha venido toda de golpe esta Semana Santa, provocando la cancelación de varias procesiones, entre ellas la popular Camino del Calvario, conocida como Las Turbas, lo que también ha afectado negativamente a hoteles, restaurantes y bares de Cuenca con una “bajada del consumo” y anulaciones de reservas en el caso del alojamiento.

Es el caso del Hotel Torremangana, que ha visto como numerosos clientes cancelaban sus reservas para Semana Santa debido a unas previsiones meteorológicas nada optimistas. También ha habido otros que han acortado sus estancias en varios días partiendo antes de lo previsto al ver que la lluvia no daba tregua en la capital. Esto ha supuesto, además de pérdidas para el establecimiento, un coste para los clientes por las anulaciones.

No obstante, para el presidente de HC Hostelería de Cuenca, Jesús Segura, habrá que esperar a que finalice la Semana Santa para hacer una valoración más ajustada.

Campaña “menos fuerte”

La hostelera Jennifer Morter, de la Posada San José, explica que aunque no ha sufrido cancelaciones de reservas en el hotel, en el restaurante sí se ha notado que la campaña es menos fuerte que en otros años en los que ha habido mejor tiempo. No obstante, cree que a los que más afectará la lluvia es a los bares más pequeños que están situados a lo largo de los recorridos de las procesiones. Aunque subraya que la Semana Santa les “viene bien a todos” los negocios de la capital. “Es una inyección económica después de los meses de invierno”, apostilla.

Pero de todas formas, Morter insiste en que “lo que es realmente una pena es que no puedan salir las procesiones”, afectando sobre todo a las cofradías”. “La gente en Cuenca vive y siente mucho su Semana Santa”, recuerda.

Para el restaurador Félix Aceñero, restaurante 'Bien Porteño' obviamente el mal tiempo está afectando al sector porque mucha gente de los alrededores de Cuenca que iba a venir a la capital a ver las procesiones no lo ha hecho finalmente por la lluvia y también porque los propios conquenses no se han animado tanto a salir en estos días lluviosos tan desapacibles.

Desde el sector entienden que hay que respetar los protocolos de lluvia para las procesiones pero algunos hosteleros hablan de "rigidez"

No obstante, entiende la suspensión de los desfiles procesionales. “Si hay unos protocolos, hay que seguirlos. A todos nos fastidia. Afecta a los restauradores pero más lo sienten los conquenses que sienten la Semana Santa”, añade.

En la misma línea se pronuncia Luis San Juan, del restaurante Coto de San Juan, que dice que no hay que olvidar que, aunque para los hosteleros “no sea la mejor Semana Santa”, los que más sufren son los hermanos de las distintas cofradías porque las imágenes religiosas no pueden procesionar finalmente. “A los que más le duele es a ellos”, recalca.

Considera que, en segundo lugar, los más afectados por la lluvia son los hoteles porque, si hay cancelaciones, es difícil poder cubrir esas plazas de un día para otro. Sin embargo, señala que, aunque en los restaurantes también están sufriendo anulaciones, “inmediatamente se cubren con otras reservas” por lo que no se ven tan perjudicados.

Los establecimientos del Casco, más afectados

Pero los perjuicios de la lluvia se dejan sentir en unas zonas más que en otras. Así, San Juan explica que se está notando que, ante la suspensión de las procesiones, muchos conquenses han optado por quedarse en los establecimientos de la parte nueva en vez de subir al casco antiguo. Además del sector de la hostelería, recuerda que el mal tiempo también se deja sentir en el comercio y en los supermercados, entre otros negocios. “Pero no es lo importante. Pensamos más en lo material que en la parte espiritual de la Semana Santa”, apunta.

Pero para otros hosteleros, “la rigidez de los protocolos no beneficia” y suspender una procesión con tanta antelación afecta mucho a la hostelería. En opinión de estos, habría que esperar hasta el comienzo para cancelarlas y también deberían contemplarse opciones para salvaguardar las imágenes con, por ejemplo, plásticos con el fin de protegerlos de la lluvia.