Costa Rica, la costa atlántica de Panamá, el desierto de Atacama o la Isla de Pascua en Chile son algunos de los lugares emblemáticos en el mundo en los que Nayara Resorts tiene ubicados uno de sus seis hoteles boutique, además de contar actualmente con otros dos en construcción en el Caribe y en el Pacífico de Costa Rica.
Destinos de belleza singular, cumpliendo así con la filosofía de esta empresa, a los que se unirá Cuenca. Así lo ha trasladado el CEO de Nayara, Leo Ghitis, hoy en Cuenca, donde ha subrayado que todos son hoteles completamente diferentes pero que tienen en común el hecho de estar ubicados en lugares que destacan por su naturaleza, patrimonio y cultura.
Lugares únicos para complejos hoteleros igualmente únicos, que cada año reciben menciones del sector que los sitúan entre los mejores del mundo y que son elegidos por huéspedes con un alto poder adquisitivo. “Queremos poner a Cuenca en el mapa mundial del turismo de alto nivel”, ha destacado Ghitis, quien ha apostarán por “traer a Cuenca a las mismas personas que vienen a nuestros hoteles, que son extranjeros de Europa, EEUU o Australia”.
“Tenemos huéspedes fantásticos, esa es nuestra fortaleza”, ha insistido el CEO de Nayara Resorts, que ha alabado las fortalezas de Cuenca. “Ustedes lo tienen todo y más, naturaleza, historia, arqueología, gastronomía; para nosotros haber llegado aquí es haber encontrado el paraíso”.
Hotelería regenerativa, sostenibilidad y apuesta por la comunidad local
Ghitis, que ha apoyado su intervención en imágenes de algunos de los impresionantes complejos hoteleros que la compañía tiene en todo el mundo, ha añadido además que, aunque sus hoteles son pequeños en dimensión – el de Cuenca contará en una primera fase con 60 habitaciones-, sí generan un importante empleo directo. “En nuestros hoteles contratamos a cuatro empleados por cada habitación”, ha relatado.
Del mismo modo, el CEO de Nayara ha hablado de los pilares que conforman la política de la compañía como son la sostenibilidad, la hotelería regenerativa o la apuesta por la comunidad local y sus productos en cada uno de sus proyectos por todo el mundo.
A modo de ejemplo ha citado el Nayara Tenden Camp, en Costa Rica, donde han plantado más de 20.000 árboles y “ha vuelto la naturaleza” con la llegada de distintas especies de aves y animales que no habitaban la zona. Y es que, ha añadido, “la sostenibilidad es muy importante, pero no suficiente, y nosotros tenemos una responsabilidad profunda por entregar nuestro planeta a las próximas generaciones en mejores condiciones”.
Responsabilidad también con las comunidades locales de los lugares en los que operan, puesto que trabajadores, proveedores y productos son del entorno en el que se instalan. “Ofrecemos empleos con salarios dignos y, a nuestros colaboradores, oportunidades de crecimiento”, concluye.