Al igual que Machado decía ‘se hace camino al andar’, los estudiantes de Trabajo Social se convierten en profesionales al ejercer. De ahí que las prácticas en tercer y cuarto curso sean fundamentales en su formación. Así lo ponen de manifiesto Miriam Gutiérrez y Manu Maldonado, profesores, coordinadores y vicedecanos de la Facultad de Trabajo Social del Campus de Cuenca que, junto al decano, Paco Gallego, han ideado una novedosa fórmula de prácticas para los estudiantes de tercer año.
Todo se remonta al curso 2020/21, cuando todavía existían ciertas restricciones por la pandemia de la Covid. En ese momento, “tuvimos que reinventarnos”, recuerdan, ya que Cuenca no podía absorber toda la demanda de prácticas que había. Por ello, decidieron dar una vuelta al programa de prácticas establecido para convertirlas en proactivas.
Establecieron seis laboratorios de prácticas en torno a seis temáticas que son: Personas con Diversidad Funcional, Atención Sociosanitaria, Familia, Infancia y Adolescencia, Personas en situación de exclusión social, Personas mayores y, por último, Integración sociolaboral.
En el primer cuatrimestre de tercero, en la asignatura Iniciación a la práctica profesional, los estudiantes agrupados en función de la temática que hayan escogido previamente, conocerán la red de atención relacionada con el ámbito de actuación, con el fin de analizar carencias y potencialidades para así plantear una propuesta de intervención. Ésta se implementará en el marco de la asignatura, Prácticas en investigación y diagnóstico, que corresponde al segundo cuatrimestre. En esos meses, los integrantes de los grupos serán dinamizados por un profesor de tercero en colaboración con expertos en el tema. “Los estudiantes diseñan, ejecutan y evalúan los proyectos. Al final, todos ganan, tanto los alumnos y alumnas como los colectivos”, señalan los profesores.
Los estudiantes ven esta iniciativa como “una oportunidad para trabajar en equipo, enfrentar desafíos y encontrar soluciones creativas"
Otro de los valores añadidos de este modelo de prácticas es que, normalmente, las intervenciones suelen ser novedosas y complementan las acciones que llevan a cabo desde los propios colectivos y entidades. “Llevamos cuatro años con este modelo de prácticas y tanto los alumnos como los trabajadores sociales están muy satisfechos”, explican Gutiérrez y Maldonado. Tanto es así que los estudiantes valoran esto como “una oportunidad para trabajar en equipo, enfrentar desafíos y encontrar soluciones creativas, lo cual ha sido muy gratificante”. Del mismo modo, los profesionales destacan la “actitud positiva” de los alumnos en prácticas y, en líneas generales, califican la experiencia de “satisfactoria”.
En este sentido, al ser una facultad pequeña, los profesores están implicados con los estudiantes, prueba de ello es que han implementado esta novedosa reconversión de las prácticas. Sin duda, este es un gran aliciente para todos aquellos interesados en matricularse en el Grado de Trabajo Social que se imparte en el Campus de Cuenca.