Este domingo, la familia de Laura del Hoyo Chamón le rendirá un homenaje íntimo con una misa en la iglesia de Fuentenava de Jábaga oficiada por el padre don Patricio y el hijo de una compañera de María Chamón, procedente de México y que contará con el acompañamiento musical de un cuarteto.
Una misa como a las que María asiste “el día seis de cada mes” en recuerdo de su hija. En su memoria también colocará un ramo de flores en el monumento en su honor ubicado en el Paseo del Huécar y dos rosas en la cruz ubicada en el camino de Palomera que, para ella, está “maldito”, al igual que el piso de la urbanización Ars Natura, donde presuntamente fueron asesinadas Laura y Marina.
HOMENAJE OFICIAL
María Chamón no sabe si este año se llevará a cabo algún homenaje oficial por las víctimas, pero se ha mostrado, una vez más, muy agradecida por el tributo que se le rindió el año pasado a instancias del Ayuntamiento de Cuenca con la colaboración de Mármoles Granero.
Un acto que recuerda como el “más bonito”, porque a Laura le gustaba pasear con su “perreta” Lulú por el Paseo del Huécar.
Reconocimiento que lleva “en el corazón”, al igual que a todas las personas que participaron en él y le brindaron su apoyo, cariño y afecto.
“Con ese homenaje me conformo”, asegura, “al igual que con el calor de todos los conquenses que se movilizaron el día de la concentración” que se celebró en la Plaza de España horas antes del descubrimiento de los dos cadáveres.
“No había visto nunca a tanta gente en mi vida y cómo se portó Cuenca y España entera”, defiende, por lo que sigue dando las gracias y las seguirá dando “siempre”, al igual que a los Reyes de España y a muchos de los ayuntamientos del país, que compartieron el dolor por ambos asesinatos.
Pozo de las nieves
Asimismo, María Chamón se muestra “muy agradecida” al barrio del Pozo de las Nieves, en el que nació Laura y de cuyas fiestas fue reina en 2008, barrio “al que siempre quiso y del que se sentía muy orgullosa”.
“Fue la reina más feliz y contenta que pudo representar a su barrio, en el que la quieren, la han querido y la van a querer siempre”, agrega, recordando y agradeciendo a sus vecinos “cómo se volcaron y lo bien que se portaron y cómo siguen recordándola”.
También la recuerdan en la localidad valenciana de Chirivella, donde residía y “la adoraban y querían”. “Sus amigas de dicen que no van a tener a una amiga con su gran corazón”, concluye