Un jurado popular ha declarado este domingo, por unanimidad, a Sergio Morate culpable de las muertes de Marina Okarynska y Laura del Hoyo, cometidas el 6 de agosto de 2015 en el domicilio familiar del acusado ubicado en el número 3 de la calle Río Gritos, en la urbanización Ars Natura de Cuenca capital.
Un veredicto que apenas ha tardado unas seis horas en emitirse, ya que los nueve miembros del jurado, siete hombres y dos mujeres, recibían al final de la mañana de parte del presidente de la sala el cuestionario de 36 preguntas sobre el que tenían que deliberar para emitir su veredicto sobre la culpabilidad o no culpabilidad del acusado. Para considerarlo culpable, las cuestiones necesitaban una aprobación de siete de los nueve miembros del Tribunal.
Así, los jurados han considerado probado por unanimidad que Sergio Morate y Marina Okarynska habían mantenido una relación durante aproximadamente cuatro años y que esta finalizó por decisión de Marina en marzo de 2015, así como que, a raíz de dicha decisión, el acusado comenzó a gestar la idea de poner fin a la vida de Marina que, después de marcharse a Ucrania, regresó a España el 6 de julio de 2015.
En el mismo sentido, consideran acreditado, por unanimidad, que, desde los últimos días de ese mes, el acusado fue haciendo acopio de todos los medios necesarios, incluso cal, para ejecutar el plan de poner fin a la vida de Marina y deshacerse posteriormente de su cadáver.
En relación al día de los hechos, también han considerado probado por unanimidad que, en la mañana del 6 de agosto, Morate pidió prestado a un conocido un Seat Ibiza rojo con el fin de utilizarlo para trasladar el cadáver de Marina después de su muerte y que, hacia las 17.00 horas aproximadamente, y con todo preparado para acabar con su vida, la llamó y le pidió que acudiera esa misma tarde al domicilio de la calle Río Gritos para retirar parte de sus enseres, que todavía permanecían en el piso que habían compartido.
En la misma línea, han considerado probado, por unanimidad, que, inmediatamente después de recibir esa llamada y "ante el temor que tenía por el carácter violento de Morate", Marina solicitó a Laura del Hoyo que la acompañara así como que ambas llegaron a la urbanización Ars Natura alrededor de las 17.25 horas de la tarde, subieron al piso y, una vez dentro, el acusado procedió a cerrar con llave desde el interior la puerta de la vivienda, "asegurándose de que no pudieran salir de la casa".
En ejecución de su plan, según han estimado por unanimidad los jurados, Morate propinó a Marina, "de forma inesperada y totalmente sorpresiva", un fuerte golpe en la parte posterior de la cabeza, "dejándola inconsciente y sin posibilidad alguna de defenderse" y colocándole, a continuación, una brida de plástico corredera alrededor del cuello, "que apretó hasta acabar con su vida" causándole la muerte por asfixia mecánica para, posteriormente, cortarla.
Los jurados también han estimado acreditado por unanimidad que Laura del Hoyo intentó salir del domicilio y el acusado se lo impidió, iniciándose un forcejeo entre ambos en el transcurso del cual Morate le propinó un golpe en la parte posterior izquierda de la cabeza y un puñetazo en el pómulo izquierdo y que, "para no dejar testigo alguno de la muerte de su exnovia y no ser descubierto", agarró a su segunda víctima del cuello "apretándolo hasta matarla" y causándole la muerte por asfixia mecánica por estrangulación.
Tras considerar que ambas muertes se produjeron entre las 17.30 y las 18.00 horas del 6 de agosto de 2015, por unanimidad también han valorado como probado que el acusado envolvió ambos cadáveres y, aprovechando la ubicación de un ascensor inmediato a la puerta de su vivienda, aislado del resto, los trasladó hasta el garaje, depositándolos en el Seat Ibiza rojo para conducir hasta el paraje El Bodegón, sito en el término municipal de Palomera, "lugar elegido previamente y buscado para enterrar a Marina y en el que las enterró con cal".
Asimismo, han considerado probado por unanimidad que Marina se casó en Ucrania en mayo de 2015 y que Morate desconocía por completo dicho enlace, hecho, este último, favorable al acusado por unanimidad.
En cuanto a las agravantes, han estimado acreditado que Sergio Morate y Marina Okarynska estuvieron ligados de forma estable por una relación de afectividad "análoga al matrimonio" y que el acusado no asumió la decisión de ésta de poner fin a la relación sentimental que les unía, causándole la muerte "al no consentir que ella, como mujer, llevara una vida independiente y plena y al no poder seguir ejerciendo su dominio y control sobre la misma".
Respecto a Laura del Hoyo, los jurados han defendido que el acusado actuó con un "importante desequilibrio de fuerzas a su favor, lo que provocó una disminución notable de las posibilidades de defensa de la víctima", aprovechando Morate "esa situación de desequilibrio para conseguir así de manera más fácil su muerte", pero no han considerado, sin embargo, acreditado, que ambos mantuviesen una relación de especial amistad de la que se sirviese el acusado para dar muerte a la víctima.
En relación a la muerte de Marina, creen probado que Morate buscó y aprovechó un lugar que mejoraba la posibilidad de no recibir ningún castigo y, por tanto, facilitaba su impunidad.
Como elementos de convicción, los jurados han atendido a que el último lugar donde fueron vistas con vida las víctimas fue en las proximidades del domicilio de Morate en la calle Río Gritos y han tenido en cuenta también el testimonio de los agentes que le acompañaron en el trayecto de Rumanía a Cuenca, de los médicos forenses que realizaron la autopsia de ambos cuerpos, de su amigo Alexander Echeverry, que confesó que el acusado insinuó que tenía allí a Marina y que algo había pasado, así como que Laura estaba a esa hora en su domicilio y que Morate la mató para evitar dejar testigos.
Otros hechos considerados por los jurados a la hora de emitir su veredicto han sido la huida de Morate a Rumanía, “sin avisar a nadie y de manera apresurada”; la declaración de Istvan Horvath y su mujer, a los que habría confesado ambos crímenes; los restos de ADN encontrados en el lugar donde se hallaron los cadáveres; la compra de una tarjeta y un móvil nuevo de forma previa a los hechos y que empezó a usar en su huida a Rumanía y, por último, la no declaración del acusado para defenderse.
Por unanimidad, el jurado se ha manifiestado en contra de que le sea concedido el indulto o la suspensión de la pena.
El Ministerio Fiscal mantiene su petición de 25 años de privación de libertad por el asesinato de Marina y 23 más por el asesinato de Laura, al entender que sus antecedentes, unidos a estos dos asesinatos y a la peligrosidad del sujeto, "justifica más que sobradamente la aplicación de la pena en el caso de ambas en la horquilla máxima, al concurrir dos agravantes en el caso del asesinato de Marina y una agravante en el de Laura".
Además, el Ministerio Público pide para Morate la prohibición de comunicarse con los familiares de las víctimas y un periodo de libertad vigilada con prohibición de acercarse o residir en Cuenca de diez años superior al de la pena privativa de libertad que se le imponga y una vez cumplida esta. En concepto de responsabilidad civil, se mantienen las cantidades solicitadas a lo largo de la vista oral, que superan los 500.000 euros para los familiares de ambas víctimas.
Asimismo, la fiscal ha interesado la prórroga de la prisión preventiva para el supuesto del recurso de apelación por parte de la defensa hasta el límite de la mitad de la pena efectivamente impuesta.
Por su parte, la representación procesal de la familia de Marina Okarynska ha ratificado su petición de condena de 31 años y 3 meses de prisión con accesoria de inhabilitación absoluta durante el tiempo de condena, adhiriéndose a la petición de que se le imponga al acusado la medida de libertad vigilada, la prohibición de aproximarse a los familiares por tiempo de 41 años y 3 meses y de aproximarse o residir en Cuenca por el mismo periodo y se ha adherido a la petición de prisión provisional hasta el máximo legal por riesgo de fuga “evidente” y atendida la gravedad de las penas a que se enfrenta al haber sido declarado culpable.
Como responsabilidad civil, se le exige una indemnización de 150.000 euros para cada uno de los progenitores de Marina Okarynska y de 50.000 euros para su hermana.
En el mismo sentido, el letrado que representa a la familia de Laura del Hoyo ha mantenido su petición de 25 años de prisión por la muerte de esta víctima así como su petición en concepto de responsabilidad civil y se ha sumado a la petición de la prórroga de la prisión preventiva para Morate y el abogado que representa a la Junta de Comunidades, que ejerce la acusación popular, se ha adherido a las peticiones del Ministerio Fiscal.
Finalmente, la defensa de Sergio Morate ha manifestado que sería “entendible” imponer a su defendido la condena de 20 años y un día de prisión por la muerte de su exnovia y de 15 años por la muerte de Laura del Hoyo y se ha opuesto a la prórroga de prisión provisional, anunciando que, si la sentencia que finalmente se le imponga es recurrible, "se recurrirá".
Tras la lectura del veredicto, los familiares y amigos de Marina presentes en la sala de vistas han roto a aplaudir, ante el semblante serio de Morate, que se ha mostrado cabizbajo.