El Gobierno regional, a través de la Consejería de Sanidad y el Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam), está llevando a cabo desde principios de esta semana en distintos puntos de la región los test rápidos para la detección del coronavirus entre los profesionales, pacientes y mayores en residencias. Test que desde este domingo se están realizando en el recinto ferial de la capital conquense, junto al Bosque de Acero.
La Gerencia de Urgencias, Emergencias y Transporte Sanitario (GUETS) ha desplazado esta mañana dos ambulancias a este emplazamiento con el fin de someter a estos test rápidos a los profesionales conquenses, como sanitarios, agentes de la Policía Nacional y bomberos de Diputación, tal y como han confirmado a Las Noticias de Cuenca fuentes de la Consejería de Sanidad.
Labores éstas que se vienen llevando a cabo desde este lunes y que, según confirmaba este sábado el consejero de Sanidad, Jesús Fernández, y que han permitido hasta el momento que se hayan alcanzado en torno a los 2.400 test rápidos en Castilla-La Mancha, siendo la primera comunidad autónoma en contar con esta prueba rápida que permite diagnosticar la enfermedad en menos tiempo.
Fernández Sanz comentaba que en los hospitales se han realizado un total de 1.080 test mientras que de forma externa, residencias de mayores, domicilios o dispositivos itinerantes que la GUETS organiza en distintos lugares de toda la región con cita previa, se han llevado a cabo 1.300 pruebas. No en vano, éstas se llevaban a cabo el jueves en Toledo y el viernes en Albacete, según han informado las citadas fuentes.
TEST RÁPIDOS
Los test se utilizan en función de un protocolo diseñado en el que se establecen los colectivos prioritarios: pacientes ingresados en hospitales pendientes de decisión de aislamiento, profesionales sanitarios, residentes y trabajadores de residencias de ancianos sospechosos y personal esencial.
El test rápido, que siempre debe realizar un profesional formado en la técnica, permite detectar la enfermedad en 10-15 minutos, utilizando una muestra de sangre, analizando la presencia de anticuerpos que el cuerpo produce frente al virus. Precisamente por esta circunstancia, el positivo en el test es concluyente mientras que, si el resultado es negativo, es necesario realizar la PCR para confirmar la negatividad.
Tal y como indican los protocolos, la utilización del test rápido está indicado para aquellas personas que presentan síntomas, pues son quienes habrán desarrollado anticuerpos. Su utilización facilita y agiliza la detección de las personas afectadas por el COVID-19, permitiendo la adopción de decisiones más rápidas en cuanto a la contención de la transmisión comunitaria de la enfermedad. En este sentido, es de mucha utilidad en servicios como las Urgencias hospitalarias.
Estos test rápidos, según aseguran desde la Consejería de Sanidad, cuentan con la certificación europea y la aprobación de la Agencia Española del Medicamento y han sido validados por especialistas del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha y el Instituto de Salud Carlos III.