DIPUTACIÓN CUENCA CIRCUITOS
Es noticia en Cuenca: Olimpiada Matemática Policía Local de Cuenca Fondos DUSI Gerencia Área Integrada Cuenca Feria del Libro Formación Ciudad Deportiva Parques infantiles de Cuenca Botellón
DIPUTACIÓN CUENCA FERIA DEL LIBRO

José R. Benito, peluquero y artesano de tambores de Turbas en sus ratos libres

Una vez que termina la Semana Santa empiezo a hacer nuevos tambores. Se suelen vender entre 30 y 35, aunque un año bueno pueden llegar a 40
José R. Benito, peluquero y artesano de tambores de Turbas en sus ratos libres
30/03/2014 - Las Noticias

Cuando uno entra por primera vez en la Peluquería de Caballeros ‘Iniesta’ puede llegar a pensar que se ha equivocado de lugar y que en realidad ha entrado en un espacio dedicado a la Semana Santa. Tambores de Turbas y clarines en las paredes, y figuras nazarenas ocupan el espacio. Y si coincide que entra justo cuando alguien está pidiendo comprar uno de dichos tambores, la sorpresa ya es total. Y es que el peluquero, José Ramón Benito, es también uno de los grandes conocidos de la Semana Santa conquense, entre otras muchas cuestiones por los tambores que hace y que son comprados por muchos turbos por su buena calidad y su carácter artesanal. 


¿Cómo surgió esta afición de hacer tambores de Turbas?

La afición me viene en parte porque soy de una de las familias fundadoras de las Turbas, de los “Patacos”, y desde pequeño he visto a mis tíos hacer sus propios tambores, así que de fijarme llegó un año en que decidí hacerme mi propio tambor. Al comprar la piel me terminó sobrando, así que hice varios, se los quedaron los amigos y poco a poco empecé a hacer más.


Parece que es una afición que va pasando de generación en generación.¿Te gustaría que tu hijo también los hiciera?

Sí me gustaría, pero mi hijo no tiene mucha afición ni a los tambores ni a las Turbas en general, aunque sí sale conmigo y ha salido desde pequeño, pero a él le gusta mucho más ser bancero.


Hacer tambores es un arte totalmente artesanal, ¿no es cierto?

Sí, por lo menos los míos lo son.


¿Supone entonces hacerlos un alto coste? Porque sólo la materia prima ya lo cuesta... ¿Se refleja esto luego en el precio final?

Yo lo que hago es que, como no tengo intermediarios, sino que yo los hago y yo los vendo, intento ajustar luego el precio al máximo. Porque a mí lo que me interesa es que se vendan todos los tambores posibles, así que prefiero ponerlos baratos y vender alguno más a ponerlos caros y no vender ninguno. 


Cuéntanos cómo se hace un tambor de Turbas. ¿Cuánto tiempo se tarda y qué proceso conlleva?

El tambor de Turbas, si se hiciera uno solo, rondaría entre los tres o cuatro días, porque tienes que ir a la carpintería, cortar las maderas, mojarlas, ponerlas en mi caso alrededor de una plataforma metálica y sujetarlas con gatos. Se dejan luego secar por lo menos 24 horas, se quitan los gatos y ya se tiene la forma más o menos cogida. Luego se montan las puntas, se encola, se grapa para que coja fuerza y a continuación hay que preparar los refuerzos o aros para darle fuerza al tambor y grapar la piel. Cuando la caja del tambor está preparada se mojan las pieles, se tienen unas cinco o seis horas en agua caliente y cuando la piel está blanda se pone y se grapa, para luego tenerlo los dos o tres días de secado que necesita la piel para que esté en condiciones, según sea su grosor.


¿Cuál es el coste de las pieles? Además de que cada vez será más difícil conseguirlas 

Sí, cada vez es más difícil. Incluso me han llegado a ofrecer pieles que yo no me esperaba, por ejemplo de caballo, lo que pasa es que he probado y no me han terminado de gustar. Prefiero pagar algo más por una piel de ternera, de novillo o de vaca pero que los tambores de las Turbas queden en condiciones, por lo menos los que yo hago. No me gusta ir en la procesión y que llegue alguien y me diga: “Vaya porquería de tambor me has vendido”.


¿El problema con las distintas pieles es el tema del sonido?

Por el sonido, sí, pero también porque se rompen. Porque ya sabemos que los palillos son gordos y son enormes en algunas ocasiones, de modo que si las pieles son finas o no son buenas se van a romper. Así que prefiero que me cueste algo más la piel, tener algo menos de margen, pero venderlos en condiciones. 


¿Cuánto tiempo llevas dedicándote a hacer tambores de Turbas?

Llevo 36 años ya.


¿Y de dónde sacas el tiempo, teniendo la peluquería?

Tengo un pequeño sótano en la peluquería y a ratos que no hago nada me voy entreteniendo. Y si no cuando termino de trabajar durante una o dos horas me entretengo haciéndolos. De todos modos ahora desgraciadamente sobra un poquito de tiempo porque ha bajado bastante el trabajo, así que se puede compaginar.


¿En qué momento del año empiezas a hacerlos?

En cuanto termina la Semana Santa, porque es cuando más o menos ya has recaudado el dinero de la venta, aunque no sea mucho. Se suelen vender 30 ó 35 tambores, un año bueno hasta 40, aunque llevamos dos años fatales por el tiempo que nos ha hecho.

Así que nada más terminar Semana Santa, ya sabiendo lo que se ha vendido y lo que se va a necesitar, y cuando tengo el dinero, lo que hago es pedir ya material en ese momento, y en cuanto dispongo de él me pongo a hacer tambores, y entre agosto y septiembre están ya terminados.

¿De modo que casi los tienes como siete u ocho meses en exposición?

No, en exposición no porque luego también hago zambombas para Navidad, por ejemplo, y voy cambiando el escenario.


Tambores, zambombas y, por lo que se ve en la peluquería, también clarines y palillos.

Clarines sí, palillos no. Los clarines sí, los hago yo en su totalidad.


¿También por tradición familiar?

En este caso no, porque la verdad que en mi familia no los he visto hacer. En un principio, como no sabía hacerlos, encargué a alguien que me los hiciera, yo compraba los materiales y pagaba el trabajo, la mano de obra, pero sucedió lo mismo. Me empecé a fijar y a fijar hasta que me atreví a hacerlos, y ya llevo unos 15 años que me los hago yo solo.


¿Cómo combinas los dos negocios? Habrá gente que viene a cortarse el pelo y a llevarse un tambor...

Pues sí es verdad, hay gente que viene y hace las dos cosas. Aparte, de unas 100 personas que entran a mirar a ver los tambores, a lo mejor como te he dicho se venden entre 30 y 35 tambores. También se venden a lo mejor 10 ó 15 clarines. Ahora parece que la gente se va animando con los clarines, más que nada por la picardía de que con los clarines les dejan ir más pegados al Jesús y no les molestan tanto. O también la comodidad, porque un clarín no es lo mismo que un tambor. 


Por cierto que tienes la peluquería convertida en un pequeño museo de Semana Santa.

Sí, es cierto. La mayoría son regalos y cuando va llegando Semana Santa me gusta ponerlo, como una figura que me regaló el Grupo Turbas por colaborar con ellos.


Seguro que incluso se montarán tertulias sobre Semana Santa en la peluquería.

Pues sí, muchas. En general todo el año hay mucha conversación sobre Semana Santa y también muchas veces vienen compañeros de mi Hermandad, de modo que como la gente ya lo sabe algunos sacan directamente la conversación. Sobre todo en cuanto pasa Navidad el tema principal, aunque yo no lo saque, es la Semana Santa, eso sin lugar a dudas.