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Ezquiaga: “Para resolver la accesibilidad al Casco hay que hacer partícipes a los ciudadanos”

El prestigioso arquitecto afirma que el Plan de Ordenanción Municipal (POM) marcará una hoja de ruta para una ciudad mejor pero no servirá si no se materializa en una nueva cultura de la gestión pública que tenga en cuenta la realidad social
Ezquiaga: “Para resolver la accesibilidad al Casco hay que hacer partícipes a los ciudadanos”
José María Ezquiaga. Foto: Sául García
30/09/2017 - N. Lozano

Un reto para hacer urbanismo del nuevo siglo. Bajo esta premisa afronta el estudio del prestigioso arquitecto José María Ezquiaga la revisión del Plan de Ordenación Municipal (POM) de Cuenca que este jueves arrancaba con la presentación de las diferentes propuestas por parte del propio Ezquiaga. Ideas para un renacimiento de la ciudad que nos cuenta en esta entrevista el que es, hoy por hoy, el urbanista más reconocido en España y fuera de nuestras fronteras.

Tras más de 10 años, se retoma por fin la revisión del POM, y lo hará su estudio. ¿Cómo se hace frente a un trabajo de estas características?

Trabajar en una ciudad como Cuenca no es un encargo ordinario. El carácter irrepetible de su historia, su forma urbana y su paisaje la convierten en excepcional y como tal es reconocida como miembro de la selecta nómina de ciudades Patrimonio Mundial de Unesco. Un honor al que muy pocas ciudades en el mundo acceden.

Al mismo tiempo, los problemas de integración entre la ciudad tradicional y la ciudad contemporánea, la compleja movilidad y, sobre todo, el desafío de cómo alcanzar una calidad de vida excelente para sus ciudadanos modernizando además la base económica de una ciudad con tal peso de su historia y paisaje sin traicionar los valores que la hacen singular es un gran desafío y un honor para cualquier profesional. Indudablemente, nuestro equipo dedicará todos sus esfuerzos para estar a la altura del reto y no defraudar las esperanzas que la ciudad pone en su capacidad y esperanza de mejora, tan necesaria en estos momentos.

¿Cuáles serán los primeros pasos y a qué dificultades se enfrentan en una ciudad como ésta?

Los primeros pasos irán encaminados a la búsqueda de información. Las decisiones deben estar basadas en un análisis profundo de la realidad. Precisamente, uno de los problemas del urbanismo expansivo fue ese: alentar ordenaciones y crecimientos sobre bases, por ejemplo, las de previsión demográfica, poco probables. Es necesario reunir datos y hacer posible el conocimiento de los mismos para posibilitar otro de los pilares del POM: la participación social.

Uno de los principales problemas es el de la accesibilidad al Casco. Existen proyectos desde 1940 y nunca ha llegado a cuajar ninguna propuesta. ¿es realmente tan complicado dar una solución a este tema?

La solución indudablemente es compleja. Cuenca posee una determinante carga patrimonial y paisajística, lo que hace imprescindible la garantía de resolverlo de forma brillante. No es imposible, como demuestran los dos cercanos ejemplos de Toledo los cuales, lejos de suponer un agravio, han logrado constituirse en un valor añadido.

¿Es solo cuestión de dinero o afectan más cosas?

Más cosas. Cualquiera de estas iniciativas, por ejemplo, suele estar rodeada al principio de una cierta controversia social. Por ello, conviene hacer a la ciudadanía, como siempre, y a través de la información, partícipe del proceso.

En su opinión, ¿que solución sería más acertada?

Para que una solución pueda ser acertada debe atender al grave problema de despoblación que sufre el casco, analizando las ubicaciones estratégicas de embarque-desembarque y encontrando en los valores que definen la ciudad – patrimonio y paisaje- los factores que la configuren.

"Hay que prestar atención a las voces menos presentes en el Urbanismo"

Usted siempre ha apostado porque sean los ciudadanos los que participen y opinen en cuestiones urbanísticas. ¿Cómo se va a canalizar en este caso la participación? ¿Cree que los políticos al final escuchan?

En mi opinión el Plan urbanístico es una pequeña constitución de la ciudad. Lo entiendo como el marco de armonización de los intereses plurales presentes en la ciudad, entendiendo por tales no sólo los referidos a los actores tradicionales (Administración, colectivos vecinales, propietarios de suelo, constructores y promotores…) sino a toda la ciudadanía con atención a las voces menos presentes en el urbanístico convencional, especialmente desde la perspectiva de género y de los segmentos de población más frágiles (niños, ancianos…)

De esta forma, el Plan se puede convertir en un instrumento de garantía de los ciudadanos para conocer y decidir de manera efectiva en el futuro de su medio ambiente y los desafíos inherentes a sus transformaciones.

Otra cuestión clave son los antiguos terrenos de Adif. ¿Qué se puede hacer?

En este momento se precisan datos. Cuenca, como otras ciudades, sufre las desventajas de haber crecido en extensión sin hacerlo proporcionalmente en población. Dar solución a hectáreas de suelo vacante en el interior de la ciudad en esta tesitura es irresponsable si previamente no se analiza detenidamente la realidad, fase en la que entramos inmediatamente.

¿Y en los barrios más deteriorados?

Entendemos el Plan urbanístico como una totalidad, que no debe desatender ningún aspecto relevante de la vida urbana, como expresión del valor del capital social, económico, espacial y simbólico de la ciudad existente, abandonando la ilusión del urbanismo de crecimiento y expansión indiscriminada. Priorizando, alternativamente, la activación del centro urbano, el reciclaje del parque deficiente y poco ajustado a la demografía de viviendas, la integración y mixtura de usos y la cohesión social. Los barrios deteriorados no son pocos. Desde un centro que precisa atención y que sufre la competencia de un gran centro comercial, hasta tantas cooperativas de vivienda social cuyos entornos no han sido atendidos en décadas. Sin olvidar el magnífico Casco y su grave problema de despoblación.

José María Ezquiaga defiende en sus actuaciones mejorar la huella en lugar de la ampliación. ¿Cómo se va a materializar esto en Cuenca?

La naturaleza de los problemas de Cuenca y en general de las ciudades medias españolas demanda un profundo cambio tanto en los objetivos como en el objeto mismo del Proyecto: de la expansión y crecimiento indiscriminado a la transformación, rehabilitación y reciclaje de los tejidos, infraestructuras y actividades existentes; del énfasis exclusivo en la ordenación del suelo, a la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos.

Pensamos, y podemos aportar experiencias reales en este sentido.Esta estrategia se articula sobre tres ejes esenciales: mejorar el espacio público, naturalizar la ciudad como estrategia activa de construcción de un nuevo paisaje urbano en armonía con su entorno, y potenciar la ciudad, y en particular su centro, como activo económico.

¿Tendrán los conquenses la ciudad que quieren o que sueñan después de su actuación? ¿Es posible una Ciudad Patrimonio mejor?

El plan marcará una hoja de ruta pero el protagonismo corresponde a los ciudadanos y a los representantes municipales en quienes estos han confiado. Nosotros atribuimos al Plan urbanístico un papel importante en la conformación de una identidad compartida, de unos objetivos comunes que expresen los anhelos y esperanzas de la comunidad. Pero todo ello no será suficiente si al final no se materializa en una nueva cultura de la gestión pública pro activa y sensible a los cambios en la realidad económica y social y en la sensibilidad ciudadana.