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20 años luna miel reyes

José Manuel Álvarez hacía el turno de tarde en recepción: "Nos quedamos atónitos"

Los entonces Príncipes de Asturias ocuparon una habitación superior con vistas a la hoz, pero no la suite: "aquí pasaron su noche de bodas los reyes, sigue escuchándose entre nuestros clientes”
José Manuel Álvarez hacía el turno de tarde en recepción: "Nos quedamos atónitos"
Foto: Saúl García
23/05/2024 - C.I.P.

En el Parador Nacional de Cuenca la sorpresa al recibir la noche del 23 de mayo de 2004 a los Príncipes de Asturias recién casados también fue mayúscula. Ni revisiones previas ni ningún otro movimiento hizo sospechar al personal que el establecimiento hotelero ubicado en el antiguo Convento de San Pablo que aquella noche sería especial.

“Era un día normal y corriente para nosotros, no esperábamos nada fuera de lo común. Se había hecho una reserva de varias habitaciones bajo un nombre común español, sin ninguna indicación especial. No teníamos idea de quién llegaría”, reconocen.

“Cómo íbamos a imaginar que después de ver la boda real en todos los medios de comunicación, al día siguiente se presentarían en el Parador de Cuenca. Eso no se te pasa por la cabeza”, señala José Manuel Álvarez, que ese día tenía turno de tarde en la recepción.

La llegada de Don Felipe y Doña Letizia, a las 23:45 horas, tomó a todos por sorpresa. “Nos quedamos atónitos. Recuerdo además un gesto muy bonito. Ellos se dirigieron directamente a nosotros para saludarnos, pero no detrás del mostrador, pasaron dentro a darnos la mano y las buenas noches, un gesto muy amable y campechano. Luego, el director les mostró el Parador. Con el tiempo, te das cuenta de lo significativo que fue y el valor que le dio a la ciudad y a nuestro turismo de primer nivel”.

Ocuparon una habitación superior con vistas a la hoz y a las Casas Colgadas, pero no la suite, probablemente por razones de seguridad, ya que estaban flanqueados por las habitaciones de sus escoltas. “No pidieron nada especial y nos desearon buenas noches con una sonrisa. Nosotros, atónitos, solo pudimos felicitarlos”.

Un detalle curioso, cuenta Álvarez, es que todos los que se casaban en España ese año, antes o después de la luna de miel querían alojarse en el parador, especialmente en la habitación de los príncipes. Aún se sigue pidiendo, aunque ya no es tan demandada, “pero el comentario de: aquí pasaron su noche de bodas los reyes, sigue escuchándose entre muchos de los clientes que recibimos”.