Se trata de un parque que habitualmente no es muy frecuentado pero que en momentos puntuales, como la Semana Santa, registra una gran afluencia como lugar estratégico para contemplar el paso de las procesiones. Nos referimos al jardinillo de El Salvador, en pleno Casco Antiguo, cuyas obras de reforma están siendo ejecutadas con fondos del Consorcio Ciudad de Cuenca y, ya muy avanzadas, alcanzan su recta final.
Con un presupuesto que supera ligeramente los 100.000 euros, los trabajos arrancaron en marzo de este año. Tenían un plazo de ejecución de tres meses pero este se ha prolongado, entre otras cosas porque ha habido momentos obligados de parón, como la Semana Santa.
El parque se encontraba en muy malas condiciones, con numerosas piedras en la arena, pavimento deteriorado, muros levantados por los árboles, bancos envejecidos, una fuente que goteaba y verjas roñosas. Los vecinos llevaban más de una década reclamando que se interviniera en él.
Aunque existía un proyecto inicial para su reforma que data del año 2006, el Consorcio no lo aprobó hasta casi una década después, en 2014, sin que entonces pudiera no obstante prosperar al quedar a la espera de un informe de accesibilidad, de modo que para su aprobación definitiva hubo que esperar hasta 2018.
Proyecto aprobado
El proyecto, adjudicado a la empresa Álvaro Villaescusa, contempla, entre otras cosas, la sustitución de la arenilla de la parte superior por pavimento, aunque seguirá habiendo suelo de arena en la plataforma inferior. El pavimento que se está instalando es además de guijarro con recercados de losas de piedra caliza, aunque los vecinos habían pedido que fuera de baldosa para facilitar el tránsito a las personas mayores y/o en silla de ruedas.
Está previsto también que se reponga el mobiliario urbano (bancos y papeleras), se coloquen dos barandillas en las escaleras desde la calle Cesáreo Olivares y se reparen las partes del cerramiento metálico de la verja y las puertas deterioradas.
Se colocará además una barandilla decorativa de forja, similar a las existentes, que mejore la accesibilidad por las escaleras.
Se han llevado a cabo asimismo labores de jardinería, como el talado y poda de muchos de los árboles en mal estado, que serán sustituidos por nuevos. En el proyecto se apostaba por la variedad, entre ellas el Cercis siliquastrum, conocido como árbol del amor, o el Tilia platyphyllos, tilo de hoja ancha.
A ello hay que añadir la instalación de redes de saneamiento, drenaje, abastecimiento de agua, riego, y alumbrado público reubicando los puntos de iluminación actuales, con nuevas farolas con luminarias LED.
Lo que no se instalará, como habían solicitado los vecinos, es un parque infantil, algo de lo que el Casco Antiguo está bastante escaso aunque hay uno muy pequeño en el Jardín de los Poetas.
El objetivo es que el jardinillo sea más utilizado por los conquenses y visitantes una vez que se reforme, aunque también es verdad que su topografía, en cuesta y dividido en tramos a los que se accede por rampas y escaleras, además de hacerlo poco accesible lo imposibilita para actividades deportivas, convirtiéndolo más en un espacio recogido para el descanso en alguno de sus bancos o, como se ha dicho, para contemplar las procesiones de la Semana Santa, como el siempre emocionante encierro de la procesión Camino del Calvario.
