El Gobierno de Castilla-La Mancha ha rebajado las restricciones en la comunidad autónoma a nivel 2, salvo once municipios, entre ellos Iniesta, que permanecerán en nivel 3. Una decisión adoptada en el Consejo de Gobierno extraordinario celebrado esta mañana y que responde, según el consejero de Sanidad, Jesús Fernández Sanz, a la buena evolución de las cifras de la Covid en la región, que, por ejemplo, ha visto bajar el número de contagios, pasando de los algo más de 1.600 del 18 enero –cuando se decretó el nivel 3 en toda la región– a los actuales 244 o en la incidencia acumulada en 14 días, que ha pasado de 1.006 a los actuales 239.
Restricciones que entrarán en vigor a partir de esta medianoche y que se mantendrán durante un periodo de 10 días, si bien ha recordado que se mantiene el toque de queda a las 22 horas, el cierre perimetral de la comunidad autónoma y el grupo máximo de 6 personas.
No obstante, desde este domingo la hostelería va a notar los cambios con una cierta relajación en las restricciones, puesto que se incrementa al 50% el aforo en el interior de los establecimientos, aunque continúe prohibido el servicio en barra, y hasta el 75% en las terrazas; eso sí, en todo caso, los clientes deberán estar sentados para poder ser atendidos.
Asimismo, se abren con una limitación en su aforo del 50 por ciento las salas de bingo, casinos, salones recreativos y de juegos, así como locales de apuestas. Mientras, en cuanto a las bodas, comuniones y otros eventos similares en establecimientos de hostelería y restauración, se incrementa el aforo hasta las 100 personas en espacio abierto y hasta 50 en espacio cerrado; algo que si se desarrolla en otro tipo de instalaciones, el máximo aforo se reduce a 6 personas.
Los hoteles, por su parte, ya podrán comercializar el 75 por ciento de su capacidad y el uso de sus zonas comunes se verá incrementado, pasando al 50%.
