Los usuarios del campo de fútbol de Los Tiradores denuncian el actual estado de abandono y deterioro que sufre la instalación. Y es que con sólo dar un pequeño paseo por el recinto pueden observarse sin dificultad los peligros que hay en la superficie del terreno de juego, o en lo que queda de ella.
En la mitad de campo más cercana a la entrada de la instalación, el verde artificial desaparece por zonas en favor del caucho negro, mientras que en otras directamente hace aparición en escena el hormigón base ante la ausencia de material por levantamiento o desprendimiento de la superficie.
De igual manera que ocurre en el Obispo Laplana, son varias las zonas en las que se ha ‘implantado’ soluciones de emergencia en forma de instalación de césped artificial, si bien, se puede observar con total claridad la diferencia de superficie por su ‘verde’ totalmente distinto del que usa la instalación, y por el desnivel entre la superficie primera y la colocada para subsanar la ausencia del material sintético.
Otro de los notables desperfectos que sufre el campo es la pendiente que existe en una de sus esquinas, donde desde dentro hacia fuera del campo se observa un desnivel del terreno hacia abajo.
Este panorama no está exento de críticas por parte de los deportistas que utilizan el espacio, en su mayoría futbolistas que van desde categorías inferiores, equipos femeninos y los de la Liga de Adheridos. En más de una ocasión, los baches del terreno y los trozos sueltos han provocado caídas inoportunas y más de un susto.
En esta línea también se sitúan los padres de muchos de los niños y niñas que entrenan en este campo, asegurando que es “totalmente lamentable” el estado de la instalación y calificándola de “peligrosa” debido a estas zonas en las que se evita en la medida de lo posible circular por ellas.
Distintos clubes y futbolistas que utilizan el campo semanalmente coinciden en que “está hecho un desastre” y que las condiciones de riesgo de lesiones “van en aumento” y que “cuando llueve es mucho peor, porque se le unen los resbalones”.
"Jugadores, entrenadores y padres de niños que utilizan la instalación coinciden en el deterioro de varias zonas donde se levanta el césped artificial o materiales punzantes en las porterías de fútbol 7”
HIERROS SALIENTES
Sin embargo, uno de los mayores peligros con los que lidian los deportistas en Los Tiradores es el estado de algunas porterías de fútbol 7. Tanto entrenadores, padres y jugadores alertan de que hay una portería que tiene uno de los hierros que pasa por su base arrancado y ladeado hacia fuera, y que “no hay manera de arrancarlo o doblarlo para que no suponga un peligro en el caso de que alguien pueda acabar dentro de la portería, con lo cual evitamos usarla, quedándonos con una portería menos”, indica uno de los entrenadores.
Otra de las quejas habituales de los clubes es el estado del vallado del campo, levantado y con vegetación descontrolada que se traduce en “la pérdida de unos 30 balones por temporada, bien porque es imposible dar con ellos, mucho menos de noche, o porque atraviesan la valla levantada y acaban ladera abajo”.
Ante esto y la falta de pago en las subvenciones correspondientes a la temporada actual, varios equipos no descartan dejar de pagar hasta que no haya una actuación por parte del responsable municipal.
SIN VISTAS A INVERSIONES
El pasado viernes, el concejal de Deportes del Ayuntamiento de Cuenca, Ángel Llorens, hacía un balance de los tres años de su mandato al frente de este área. En su intervención, el edil recordaba que “en estos momentos hay proyectos e inversiones por importe de 1,5 millones de euros, siendo las más importantes la de la pista de atletismo Luis Ocaña, la renovación del césped del campo Obispo Laplana y las obras de acondicionamiento de la Fuensanta”, al tiempo que anunciaba una futura licitación para el arreglo de las pistas exteriores de El Sargal, así como el perímetro del antiguo polideportivo, pero no hubo referencia alguna a la instalación de Los Tiradores en sí, a pesar de su comentado estado.
