La apertura, el pasado verano, del parking de Astrana Marín, tiene su contrapartida: por haberse construido y puesto a disposición del público 294 plazas de un aparcamiento subterráneo de pago, el Ayuntamiento se ha visto obligado a permitir que la empresa que lo construyó y lo gestiona cierre la explanada de tierra de la calle Antonio Maura, a escasos metros del nuevo parking, donde había espacio para algo más de un centenar de vehículos y cada día aparcaban gratuitamente decenas de conquenses.
Era uno de las condiciones que el grupo Herce exigió al Ayuntamiento para animarse a llevar a cabo una infraestructura de incierta viabilidad, y que la administración local, propietaria de los terrenos de tierra ubicados bajo la sede de Cáritas, aceptó, propiciando ahora que un terreno público no pueda ser utilizado para lo que su propietario considere.
El alcalde de Cuenca, Darío Dolz, asegura que “no le gusta” tomar esta medida pero asegura que no le ha quedado más remedio ante una posible reclamación patrimonial de la empresa del parking de Astrana Marín, que llevaba un tiempo fotografiando cada día la explanada llena de vehículos para demostrar, en caso de llevar el asunto a los tribunales, que el Consistorio estaba incumpliendo el acuerdo pactado en la legislatura anterior.
El caso es que la explanada, con uso de zona verde, se cierra y el Ayuntamiento no sabe qué nuevo destino darle, por lo que podría permanecer meses o años sin ser utilizada. Hasta dentro de 40 no finaliza el compromiso con la empresa que construyó el parking.
Para justificar esta exigencia de la empresa sobre un terreno que no es de su propiedad, el anterior equipo municipal alegó en 2017 tanto la necesidad de contar con un parking en el centro de la ciudad (aunque la explanada de Antonio Maura está muy cerca del centro) como la de acabar con la incomodidad que para los vecinos y la ciudad en general suponía mantener abierto un enorme socavón tras la paralización de las obras del primer proyecto de parking en 2011.
Quejas vecinales
Se trata de una condición que en su día ya fue criticada por muchos vecinos, y que ahora que se ha puesto en práctica lo está siendo aún más, al verse muchos conquenses, tanto de la capital como de la provincia, imposibilitados para dejar su coche en el lugar en el que estaban acostumbrados.
No obstante es cierto que, mientras no se cierre la cercana y todavía más amplia explanada de asfalto donde se ubica el mercadillo, salvo los martes seguirá habiendo sitio para aparcar en esta misma zona, aunque en IU advierten de que estos otros terrenos son mayoritariamente privados y que “el día menos pensado el dueño nos va a querer cobrar el alquiler por aparcar y por el mercadillo”.
Terrenos del Serranía
A este respecto, hay que recordar que en estos terrenos hay varias parcelas de entidades financieras y/o inmobiliarias y que antes de la crisis económica se quiso habilitar la zona para construir viviendas a través de la redacción de un Plan de Ordenación Municipal (POM) que sin embargo quedó paralizado en 2007. El hecho de que, según los datos municipales, siga habiendo unas 5.000 viviendas vacías y otras tantas que son segunda residencia, unido a la falta de empleo y la despoblación, no invita a pensar en que la reactivación urbanística de la zona pudiera ser rentable, pero es una posibilidad.
Lo que también pedía la empresa al Consistorio pero este no asumió, aseguran en IU, era la supresión de plazas de aparcamiento de la ORA en las calles Colón y Sánchez Vera y convertir en zona azul El Sargal y la Gerencia de Urbanismo. En esta formación critican además que se eximiera a la empresa de pagar el canon de explotación y la licencia de obra.
En Cuenca, En Marcha! se unen a las críticas apuntando que la aceptación de las condiciones señaladas ha supuesto “una privatización encubierta de suelo público”, y que la construcción del parking de Astrana Marín ha sido “un error desde el minuto cero”, ya que “jamás han tenido en mente solucionar la movilidad en la ciudad, sino enriquecer a unos pocos a costa de la gente corriente”.