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Semana Santa 2018

"Nuestra Semana Santa ha ganado en cantidad pero ha perdido en calidad"

José Luis Marco es un gran amante de la Semana de Pasión, pertenece a cinco hermandades y a sus 72 años, desde que tiene uso de razón, solo ha faltado una vez a esta cita y porque estaba ingresado en el hospital
"Nuestra Semana Santa ha ganado en cantidad pero ha perdido en calidad"
Foto: Saúl García
29/03/2018 - N.Lozano

Hay conquenses a los que les gusta la Semana Santa y conquenses semanasanteros, que la viven intensamente y participan con pasión año tras año. En el ‘top ten’ de este último grupo se encuentra José Luis Marco.

Pertenece a cinco hermandades y a sus 72 años, y desde que tiene uso de razón, no ha faltado ninguna vez a la Semana de Pasión. Para ser exactos solo una, hace tres años, pero porque estaba ingresado en el hospital.

Nació en la calle Andrés de Cabrera por lo que tenía muy cerca muchos de los puntos neurálgicos de la Semana Santa. Su primer recuerdo se remonta a cuando con diez años era monaguillo de la Iglesia de El Salvador y se tenía que poner delante de la Turba “por entonces mucho más pequeña”. Después llegaría su primera Hermandad y su primera túnica, la del Medinaceli del Martes Santo. En el año 1961 comenzó en La Borriquilla, convirtíendose en uno de los impulsores de la procesión del Domingo de Ramos y consiguiendo que se hiciera Hermandad en el 73.

“En aquellos primeros años era todo muy precario. La eclosión se produce en los 70 cuando los jóvenes y, sobre todo la incorporación de la mujer, dan un gran impulso a nuestra Semana Santa”, relata. A pesar de que todos los desfiles son especiales para él, su ojito derecho es sin duda el del Hosanna en cuya organización ha trabajado más de cuatro décadas.

Anécdotas tiene para escribir varios libros. Como su visita a Marco Pérez en la calle Serrano de Madrid mientras esculpía el actual Cristo de Medinaceli; la lucha para que saliera la Santa Cena el Miércoles Santo, muchos años antes de que se materilizara en 1985; o su empeño porque se recompusiera la procesión del Domingo de Resurrección después de un parón de cinco años, de 1967 a 1972. En 1973, el Resucitado lucía su majestad de nuevo por las calles de Cuenca gracias a sus gestiones.

Ha hecho de todo en las procesiones “desde monaguillo a Hermano Mayor o bancero. Ya solo me falta presidir como cura”, bromea.

José Luis Marco opina que lo que hace especial a la Semana Santa conquense son sus recorridos, los lugares por los que discurre, y que es una tradición que pasa de padres a hijos durante generaciones. Como ha ocurrido en su caso. De hecho su hija, María, forma parte de la actual Junta Directiva de la Junta de Cofradías y fue una de las primeras mujeres banceras.

No obstante, señala que “echo de menos como era antes. Ahora se ha ganado en cantidad, pero se ha perdido en calidad y en religiosidad, que es lo que debe primar en estos días”.

Ha recibido decenas de homenajes por su implicación, y prueba de su fervor nazareno son los múltiples documentos, cuadros, y otros enseres que atesora en su huerta de Palomera. Por ejemplo, tiene guardados todos los pregones desde 1985 a 2005 que él mismo grabó con su casette.

Dice que siempre llevará en su memoria a su gran maestro, Manuel Saiz Abad, “el número uno de nuestra Semana Santa y que nunca fue reconocido como tal”.

En la actualidad, ya solo sale en las procesiones más cortas como La Cena o el Resucitado. “Muy a mi pesar, la edad te jubila”.

Eso sí, mientras el cuerpo aguante seguirá ayudando en todo lo que pueda como ha hecho siempre.